Las organizaciones exigen al Gobierno que aplique la ley de protección cetácea del 2008, que haya una moratoria a la expansión de la industria salmonera y que se apliquen los planes de contingencia para proteger a las especies en peligro.
El país nipón abandonó el organismo que garantiza la preservación de los cetáceos para poder reanudar su caza comercial desde julio de 2019, causando de inmediato molestia y preocupación en quienes trabajan por el cuidado del medio ambiente y los animales.
La flota de la nación asiática incursionará en aguas del Océano Antártico y pretende cazar a 333 cetáceos. Autoridades loocales aseguran que se trata de una campaña con fines científicos, argumento que es rechazado por la CBI y el Tribunal de Justicia de La Haya.
El anuncio se ha mantenido con bajo perfil por supuestas divisiones internas que, por un lado, buscan no afectar las relaciones comerciales. Chile tendría la autoridad de detener a las naves que se encuentren cazando estos cetáceos, que según los acuerdos internacionales sería catalogado como “pesca ilegal”.
Aunque existen algunas medidas para proteger a especies marinas aún no hay claridad respecto al recorrido de los animales, mientras que por aire, las aves que llegan a Chiloé estarían en riesgo de perder sus zonas de descanso por instalación de parques eólicos.
El 31 de marzo la Corte Internacional de Justicia de La Haya deberá fallar sobre la demanda que Australia presentó en contra de Japón por una cuestionada “caza científica de ballenas”. Organizaciones iniciaron desde Sudamérica una campaña global para presionar al tribunal internacional y a los Gobiernos.
Con el fin de avanzar en materia de conservación de grandes cetáceos en Chile, la autoridad marítima implementó mensajes de seguridad para las grandes embarcaciones que navegan las aguas del sur de Chile y así alertar sobre la presencia de ballenas azules y otras especies de grandes cetáceos que durante la época estival se alimentan […]
