La discusión que se lleva a cabo en el Senado sobre la ratificación del Acuerdo Transpacífico es vista de reojo por el gigante Bayer-Monsanto. La aprobación del tratado sería una jugada perfecta para la transnacional, pues la modernización de su planta en Paine -la única en Latinoamérica-, conlleva aumentar la producción para, así, cubrir el 70 por ciento de la demanda regional de semillas transgénicas.