La crisis sanitaria remeció buena parte del tejido que, durante los últimos años, había generado un desarrollo sostenido de las prácticas artísticas y culturales en el país. Por ello, la próxima administración no sólo deberá recomponer ese entramado, sino que también, abordar la precariedad de las y los trabajadores de las artes, impulsar la ley de patrimonio cultural y consolidar una institución que, ante la pandemia, se volvió ausente.
Para la dirigenta, la polémica en torno al festival es difícil de abordar. Primero, porque el evento no beneficiaría mayormente a las y los artistas nacionales, y porque los técnicos suelen enfrentarse a situaciones de precarización laboral durante el desarrollo del encuentro. Aún así, reconoce que la realización de la actividad sería una señal importante: “La autoridad debería tener una consideración y apoyarnos como sector”, dice.
Las y los trabajadores de la cartera hoy viven una situación compleja. A raíz del incremento de los fondos concursables, han debido enfrentar, de manera constante, momentos de sobrecarga laboral y, con ello, la imposibilidad de tramitar a tiempo la entrega de los recursos. A ello se suma una denuncia que advierte sobre una amonestación que, según los funcionarios, es irregular.