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Año XVI, 29 de marzo de 2024


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Francisco Huenchumilla:

“He seguido el camino de Lautaro”

El ex alcalde de Temuco, diputado y ministro Secretario General de la Presidencia, Francisco Huenchumilla, asegura que, al igual que el caudillo mapuche, conoció primero el mundo huinca y ahora se enfrenta a una nueva contienda electoral por un escaño por la Araucanía Sur distanciado de los círculos de poder y aproximado a sus raíces indígenas.

Soledad Pino

  Lunes 14 de septiembre 2009 14:40 hrs. 
Radio-Uchile

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El ex alcalde de Temuco, diputado y ministro Secretario General de la Presidencia, Francisco Huenchumilla, asegura que, al igual que el caudillo mapuche, conoció primero el mundo huinca y ahora se enfrenta a una nueva contienda electoral por un escaño por la Araucanía Sur distanciado de los círculos de poder y aproximado a sus raíces indígenas.

Usted era un político muy metido en los círculos de poder del gobierno y hoy parece que sus prioridades han virado hacia el tema indígena ¿Qué le ha ocurrido?
Soy Francisco Huenchumilla que estudió en Temuco, que luego fui abogado de la Universidad de Chile en Santiago, posteriormente fui profesor. En mi carrera política siempre que he sido elegido ha sido por zonas urbanas, no rurales, nunca he sido elegido con las banderas del indigenismo. Pero de a poco, a medida que iba conociendo al Estado desde dentro, mi mundo político se fue encontrando con el mundo indígena. Siendo abogado y diputado en los años ’90 me fui encontrando con el mundo indígena, ha sido parte de un crecimiento personal de cada vez identificarme más con los problemas y los dolores de mi pueblo. Entonces ha sido una cosa muy auténtica de mi parte, así lo siento. Me he ido formando en el tiempo, pero sin renunciar a mi condición de político, esencialmente… pero nunca he pretendido representar al mundo mapuche y siempre me he definido como un político.

¿Habla mapudungún?
Mi padre lo hablaba perfectamente, pero él no quiso que yo lo aprendiera por protegerme de la discriminación, pensaba que si lo hablaba en el colegio se iban a burlar de mí si llegaba a salírseme y hablar en esa lengua… ahora creo que estoy muy viejo para aprenderlo.

Aucán Huilcamán lo ha reconocido públicamente como un posible mediador válido entre el gobierno y las organizaciones mapuches…

A los dirigentes indígenas les he manifestado que yo he seguido el camino de Lautaro, que conoció primero por dentro todo el mundo de Pedro de Valdivia. A mí me ha pasado algo similar. Creo que los mapuches tenemos, debemos acumular poder para poder participar e influir en el mundo huinca, por decirlo de alguna manera.

De llegar al Senado, ¿será como un representante del pueblo mapuche?
Si llego al Senado representaré todos los de mi región, al igual como lo hice mientras fui alcalde. Pero si llego a la Cámara Alta sé que mi voto va a valer oro para cualquiera que sea el Presidente de la República que se haya elegido, porque voy a colaborar activamente en avanzar y resolver el problema mapuche,. Y ese peso político que le falta hoy al mundo mapuche lo va a tener conmigo si llego a ser senador. Esto va a ocurrir sin que deje de aportar además en todos los otros temas que conozco y en los cuales me he estado desempeñando: la Defensa, la Inteligencia y los temas estratégicos.

El 15 de septiembre entrará en vigencia el artículo 169 que Chile suscribió ante la OIT y que garantiza la libre determinación de los pueblos originarios. ¿Cree que el gobierno está consciente de que esto puede traer nuevos conflictos?

Es un tema muy complejo. La aplicación del 169 requiere de la dictación de algunas normas y leyes complementarias para poder desarrollarse, pero también hay muchos derechos o alcances que se autoejecutan con la sola entraba en vigencia. Creo que se viene una larga lucha política por esto… pero aún hay mucho desconocimiento de lo que va a significar. De hecho, estoy estudiando este tema que es muy extenso, complejo, y aún no podría tener un pronunciamiento de cómo se presentará este problema realmente.

¿En qué radica el conflicto mapuche?

Hay un conflicto entre el Estado, el pueblo mapuche y la sociedad chilena. Básicamente, es un problema social, histórico y político. El problema profundo es que el Estado chileno redujo y aplastó al mundo mapuche, le quitó su territorio y lo convirtió en campesino pobre y discriminado. Eso ocurrió a partir de 1881, desde la fundación de Temuco. Hoy existen nuevas generaciones de mapuches que han empezado a despertar y han desarrollado planteamientos más estratégicos para su relación con el Estado.
Pero al conflicto mapuche se lo presenta como un problema de orden público y pobreza. Es decir, existe un mal diagnóstico que hace que los ‘remedios’ que se aplican no sean los adecuados. Se está intentando atacar los síntomas sin ir al problema de fondo.

El gobierno ya ha entregado 650 mil hectáreas, ¿entregar más tierras es una forma de atacar el problema de fondo?

Esa medida sin duda que constituye un avance porque tiene dos objetivos, uno político y otro productivo o agrícola.

¿Qué es específicamente la deuda histórica? ¿Es la restitución de tierras?

La deuda histórica surge por el trato que en general el Estado chileno dio a los mapuches, dentro de lo cual el Estado despojó a los mapuches de cerca del 95 por ciento de su territorio… entonces es una parte importante de dicha deuda, pero no es todo.

¿De qué manera se puede resarcir a los cientos de miles de mapuches que viven en las urbes?
El proceso de urbanización de los pueblos originarios se produjo en toda América, producto de que las tierras improductivas donde se establecieron los asentamientos, no les permitieron la subsistencia. Los indígenas se fueron a las ciudades, sin educación, a buscar trabajo. Al mapuche urbano, habría que pagarle la deuda histórica de otra manera, con un sistema de becas para educación de calidad. Hoy ya se entregan 45 mil, pero se podrían entregaran más, también ayudar al emprendimiento de los mapuches para que puedan surgir más pequeñas y medianas empresas, ayudarlos al respeto y la promoción de su identidad, etc. Se pueden hacer muchos proyectos de corte urbanísticos como decretar lugares sagrados o cementerios… Pero se debe partir por escuchar y saber qué es lo que quiere el mapuche urbano.

El año pasado usted propuso que el gobierno destinara un ministro de Estado en la zona para buscar salidas al conflicto. Se ha enviado al ministro José Antonio Viera Gallo, ¿cuál debe ser su aporte?
Esa propuesta la hice en el entendido de que la clase dirigente chilena, en general, no conoce a sus pueblos originarios. La Conadi es un organismo técnico, un servicio público que se ha visto sobrepasada por los acontecimientos. Esta entidad no tiene ni la autoridad ni el peso político para hacer frente a un problema mayor que está demandando a esta altura una respuesta del Estado. Pero además, en el inconsciente colectivo de los mapuches está presente el hecho de que históricamente ellos se entendieron con quien era la primera autoridad, con los gobernadores y luego los acuerdos que tomaban eran ratificados por el Rey de España. Se debe conocer esa historia para comprender la sicología del pueblo mapuche y entender porqué reclaman ser oídos por la Presidenta o con quien sea el que corte el queque.

¿Qué expectativa tiene de las gestiones del ministro Viera Gallo?

El ministro Viera Gallo ya hizo su visita a la zona y estuvo muy abierto a conversar. Ahora él ha transmitido lo que escuchó a la Presidenta y es ella quien tiene la palabra, ella debe hacer una propuesta concreta para poner encima de la mesa y enviarla al Parlamento en este momento, porque también resulta indispensable que los candidatos se refieran en serio a este tema, porque alguno de ellos será el que tenga que afrontar esta problemática a partir de marzo del próximo año. Hasta ahora ningún candidato se ha pronunciado, han hablado puras generalidades no más.

Se identifica que los episodios violentos en territorios del sur comenzaron en los años ’90. ¿En qué estuvieron las reivindicaciones mapuches durante la dictadura?
Durante el régimen militar hubo muchos dirigentes que fueron perseguidos y asesinados. También hubo muchos despojos de gente, de las tierras que se habían recuperado durante la Unidad Popular. En la época de Pinochet, además, se dictó un decreto especial que produjo la división de las comunidades al otorgar títulos individuales. Pero ya a fines de los años ’80 y al alero de la Iglesia Católica, comenzó una lenta recomposición del pueblo mapuche.

¿Cómo es la participación electoral de los mapuches?

Al menos en las zonas rurales de La Araucanía, el mapuche participa activamente de las elecciones. Si hay algo que le gusta al mundo mapuche son las elecciones. Ellos reciben a los candidatos y los escuchan. Creo que en el mundo mapuche hay muy poca abstención. Esto es las personas individuales, quizá las personas que forman parte de las organizaciones sea diferente, no lo sé.

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