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Desalojo de manifestantes frente a sede diplomática brasileña

Zelaya: “Sabemos que estamos en peligro, han rodeado la embajada”

Luego de un violento desalojo de seguidores del derrocado Presidente de Honduras frente a la embajada de Brasil, donde se encuentra refugiado, Manuel Zelaya llamó a la OEA a reaccionar frente al actuar del régimen de facto de Roberto Micheletti. En tanto, las autoridades no descartaron decretar estado de sitio si continúan los disturbios en Tegucigalpa.

Editora Diario Electrónico

  Martes 22 de septiembre 2009 12:35 hrs. 
Radio-Uchile

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Luego de un violento desalojo de seguidores del derrocado Presidente de Honduras frente a la embajada de Brasil, donde se encuentra refugiado, Manuel Zelaya llamó a la OEA a reaccionar frente al actuar del régimen de facto de Roberto Micheletti. En tanto, las autoridades no descartaron decretar estado de sitio si continúan los disturbios en Tegucigalpa.

El Presidente depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, se mantiene al interior de la embajada de Brasil en Tegucigalpa y, en declaraciones a la emisora colombiana Caracol Radio, denunció que “estamos en peligro, han rodeado la embajada (…) se han tirado bombas lacrimógenas encima de la embajada, han sacado a gente a tiros".

Periodistas hondureños informan a través de Internet que unos trescientos hombres estarían en el patio de la Embajada de Brasil y se aprestan a capturar al Mandatario institucional para ponerlo a disposición del gobierno golpista, que tiene preparadas varias acusaciones en su contra.

Efectivamente, durante la mañana, decenas de seguidores de Zelaya que estaban apostados frente a la legislación brasileña fueron desalojados por la policía y el Ejército a punta de gases, balas de goma y agua. Al respecto, el portavoz de la Secretaría de Seguridad, comisario Orlin Cerrato anunció que "la zona está bajo el control de las autoridades" y además agregó que “el sitio está acordonado para impedir nuevos disturbios y estamos dispuestos a aplicar los niveles necesarios de fuerza”.

El desalojo se habría producido luego de una serie de disturbios ocasionados por zelayistas  en contra del toque de queda de 26 horas, que decretó  ayer el gobierno de facto y que concluye hoy a las 18 horas. Sin embargo, el ministro de Defensa  golpista, Alfredo Lionel, afirmó que “si los manifestantes continúan sus desórdenes, se podría establecer un estado de sitio en Honduras”.

El régimen interno también suspendió de manera indefinida los vuelos locales e internacionales en los cuatro aeropuertos de Honduras por "motivos de seguridad",  pero según Zelaya en un intento por no permitir el arribo del Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, lo que debiera ser considerado por la organización para tomar acciones inmediatas. “Ya que han cerrado los aeropuertos para que no venga nadie a visitarnos, creo que el Consejo de Seguridad y la Carta Democrática de la OEA debieran de ser inmediatamente activadas para que haya una reacción a favor del pueblo hondureño, que está siendo fuertemente atacado”, agregó.

Junto al depuesto mandatario se encuentran en la sede diplomática brasileña varios de sus familiares, seguidores y también periodistas afines al derrocado Presidente.

En estos momentos, la capital hondureña vive un tenso ambiente desde que ayer Zelaya arribara por sorpresa al país, 86 días después del Golpe de Estado.

Informes periodísticos desde Tegucigalpa señalan que “hay movilizaciones por todas partes de los cuerpos de seguridad y concentraciones de centenares de éstos en los bajos del Congreso Nacional”. Además, denuncian que hay “centenares de personas que están retenidas en las entradas de la capital para obstaculizarles el paso”.

Desde ayer fue sacado del aire el canal 36 y esta madrugada Radio Globo, ambas han sido medios informativos que apoyan el restablecimiento del orden institucional. Sí están en el aire las cadenas golpistas y están informando que habrá capturas.
Zelaya fue expulsado del país el 28 de junio pasado por los militares y  fue sustituido el mismo día por el Parlamento, por Roberto Micheletti, entonces titular del Legislativo.

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