Rabia, ese fue el sentimiento que provocó en los afectados la resolución de primera instancia del ministro en visita, Juan Cristóbal Mera, quien determinó liberar de responsabilidad judicial a los hermanos Pedro y Marco Elgueta, controladores de la desaparecida financiera Eurolatina.
Después de doce años de investigación, el magistrado decidió absolverlos de los delitos de usura y estafa reiterada y que afectaron a 234 personas que pidieron dinero prestado a la compañía entre 1997 y 2003
En el extenso fallo, Mera explica su sentencia. "(…) Yo sólo me limito a dictarlo y las partes tienen el derecho a impugnarlo en la medida que sienten que agravia sus intereses. Se acusó por estafa y usura, pero el fallo señala que no hay estafa, en el concepto de magistrado que suscribe que soy yo, porque no hay engaño. En cuanto a la usura, no se excedieron del interés máximo convencional, que es lo que la ley estipula”.
María Elena Huaiquipán, representante de la Agrupación de Deudores de Eurolatina, a quien el 2003 el ministro Rubén Ballesteros le acogió la demanda, reaccionó con molestia ante la resolución de juez. “Esto es vergonzoso. Tendremos que ir a la Corte Interamericana, porque aquí en Chile no hay justicia, y los que gobiernan no están ni ahí con lo que le pasa a la gente. Los usureros son informales, no son fiscalizados por la Superintendencia de Bancos ni la de Valores. Y qué pasa con las leyes, no hay ley impida el accionar de estos delincuentes (…) El poder del dinero en Chile siempre gana, somos los pobres los que perdemos”, afirmó.
Armando Muñoz es uno de los afectados por el préstamo que pidió a Eurolatina. “Me quitaron mi casa, que me costó toda la vida, y que estos desgraciados se la lleven así fácilmente, como quitarle un dulce a un niño. Yo pedí 500 mil pesos, y de inmediato me subió a un millón doscientos, después pagué tres letras, no alcancé a pagar la tercera y me dijeron que juntara 200 mil pesos, que hacíamos una repactación para que la letra me saldría más baja, y que fuera en un mes más. Volví al mes y me dijeron que mi casa estaba rematada”, relata.
Quien también reaccionó con indignación frente a la decisión del juez Mera fue el senador radical, Nelson Ávila. “Buscaremos todas las formas posibles para contrarrestar el inmenso daño que este magistrado le está haciendo, no sólo a las víctimas, sino que a la justicia en general, porque todo el mundo tiene la impresión que una sentencia de este tipo resulta completamente desenfocada”, enfatizó.
El escándalo de Eurolatina estalló en 1997, después de que un grupo de personas presentaran acciones judiciales en contra de los hermanos Elgueta, dueños de la financiera, en las que aseguraban que la firma habría cobrado intereses abusivos a familias de escasos recursos que no podían acceder a créditos en el mercado financiero tradicional.
Rabia, ese fue el sentimiento que provocó en los afectados la resolución de primera instancia del ministro en visita, Juan Cristóbal Mera, quien determinó liberar de responsabilidad judicial a los hermanos Pedro y Marco Elgueta, controladores de la desaparecida financiera Eurolatina.
Después de doce años de investigación, el magistrado decidió absolverlos de los delitos de usura y estafa reiterada y que afectaron a 234 personas que pidieron dinero prestado a la compañía entre 1997 y 2003
En el extenso fallo, Mera explica su sentencia. "(…) Yo sólo me limito a dictarlo y las partes tienen el derecho a impugnarlo en la medida que sienten que agravia sus intereses. Se acusó por estafa y usura, pero el fallo señala que no hay estafa, en el concepto de magistrado que suscribe que soy yo, porque no hay engaño. En cuanto a la usura, no se excedieron del interés máximo convencional, que es lo que la ley estipula”.
María Elena Huaiquipán, representante de la Agrupación de Deudores de Eurolatina, a quien el 2003 el ministro Rubén Ballesteros le acogió la demanda, reaccionó con molestia ante la resolución de juez. “Esto es vergonzoso. Tendremos que ir a la Corte Interamericana, porque aquí en Chile no hay justicia, y los que gobiernan no están ni ahí con lo que le pasa a la gente. Los usureros son informales, no son fiscalizados por la Superintendencia de Bancos ni la de Valores. Y qué pasa con las leyes, no hay ley impida el accionar de estos delincuentes (…) El poder del dinero en Chile siempre gana, somos los pobres los que perdemos”, afirmó.
Armando Muñoz es uno de los afectados por el préstamo que pidió a Eurolatina. “Me quitaron mi casa, que me costó toda la vida, y que estos desgraciados se la lleven así fácilmente, como quitarle un dulce a un niño. Yo pedí 500 mil pesos, y de inmediato me subió a un millón doscientos, después pagué tres letras, no alcancé a pagar la tercera y me dijeron que juntara 200 mil pesos, que hacíamos una repactación para que la letra me saldría más baja, y que fuera en un mes más. Volví al mes y me dijeron que mi casa estaba rematada”, relata.
Quien también reaccionó con indignación frente a la decisión del juez Mera fue el senador radical, Nelson Ávila. “Buscaremos todas las formas posibles para contrarrestar el inmenso daño que este magistrado le está haciendo, no sólo a las víctimas, sino que a la justicia en general, porque todo el mundo tiene la impresión que una sentencia de este tipo resulta completamente desenfocada”, enfatizó.
El escándalo de Eurolatina estalló en 1997, después de que un grupo de personas presentaran acciones judiciales en contra de los hermanos Elgueta, dueños de la financiera, en las que aseguraban que la firma habría cobrado intereses abusivos a familias de escasos recursos que no podían acceder a créditos en el mercado financiero tradicional.
Rabia, ese fue el sentimiento que provocó en los afectados la resolución de primera instancia del ministro en visita, Juan Cristóbal Mera, quien determinó liberar de responsabilidad judicial a los hermanos Pedro y Marco Elgueta, controladores de la desaparecida financiera Eurolatina.
Después de doce años de investigación, el magistrado decidió absolverlos de los delitos de usura y estafa reiterada y que afectaron a 234 personas que pidieron dinero prestado a la compañía entre 1997 y 2003
En el extenso fallo, Mera explica su sentencia. "(…) Yo sólo me limito a dictarlo y las partes tienen el derecho a impugnarlo en la medida que sienten que agravia sus intereses. Se acusó por estafa y usura, pero el fallo señala que no hay estafa, en el concepto de magistrado que suscribe que soy yo, porque no hay engaño. En cuanto a la usura, no se excedieron del interés máximo convencional, que es lo que la ley estipula”.
María Elena Huaiquipán, representante de la Agrupación de Deudores de Eurolatina, a quien el 2003 el ministro Rubén Ballesteros le acogió la demanda, reaccionó con molestia ante la resolución de juez. “Esto es vergonzoso. Tendremos que ir a la Corte Interamericana, porque aquí en Chile no hay justicia, y los que gobiernan no están ni ahí con lo que le pasa a la gente. Los usureros son informales, no son fiscalizados por la Superintendencia de Bancos ni la de Valores. Y qué pasa con las leyes, no hay ley impida el accionar de estos delincuentes (…) El poder del dinero en Chile siempre gana, somos los pobres los que perdemos”, afirmó.
Armando Muñoz es uno de los afectados por el préstamo que pidió a Eurolatina. “Me quitaron mi casa, que me costó toda la vida, y que estos desgraciados se la lleven así fácilmente, como quitarle un dulce a un niño. Yo pedí 500 mil pesos, y de inmediato me subió a un millón doscientos, después pagué tres letras, no alcancé a pagar la tercera y me dijeron que juntara 200 mil pesos, que hacíamos una repactación para que la letra me saldría más baja, y que fuera en un mes más. Volví al mes y me dijeron que mi casa estaba rematada”, relata.
Quien también reaccionó con indignación frente a la decisión del juez Mera fue el senador radical, Nelson Ávila. “Buscaremos todas las formas posibles para contrarrestar el inmenso daño que este magistrado le está haciendo, no sólo a las víctimas, sino que a la justicia en general, porque todo el mundo tiene la impresión que una sentencia de este tipo resulta completamente desenfocada”, enfatizó.
El escándalo de Eurolatina estalló en 1997, después de que un grupo de personas presentaran acciones judiciales en contra de los hermanos Elgueta, dueños de la financiera, en las que aseguraban que la firma habría cobrado intereses abusivos a familias de escasos recursos que no podían acceder a créditos en el mercado financiero tradicional.
