El Colegio de Arquitectos manifestó su rechazo a la instalación de una estatua de Juan Pablo Segundo frente a la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile.
En la misiva, los profesionales señalaron su “profunda preocupación” por las transformaciones que tendría el entorno, en caso de que el monumento, de 13,5 metros de altura, fuera erguido en la ex plaza José Domingo Gómez.
“Este desacuerdo se basa en la gravedad de la intervención de un espacio público por un ente privado, destruyendo un parque consolidado”, cita la declaración del Colegio de Arquitectos, que recalca que para estos efectos, ni siquiera se ha llamado a un concurso público.
Frente a principios urbanos básicos que deben ser salvaguardados, garantizando una plena participación ciudadana, los arquitectos afirman que la última palabra recae ahora en el Consejo de Monumentos, el cual deberá determinar si autoriza o no el proyecto.
El Colegio de Arquitectos manifestó su rechazo a la instalación de una estatua de Juan Pablo Segundo frente a la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile.
En la misiva, los profesionales señalaron su “profunda preocupación” por las transformaciones que tendría el entorno, en caso de que el monumento, de 13,5 metros de altura, fuera erguido en la ex plaza José Domingo Gómez.
“Este desacuerdo se basa en la gravedad de la intervención de un espacio público por un ente privado, destruyendo un parque consolidado”, cita la declaración del Colegio de Arquitectos, que recalca que para estos efectos, ni siquiera se ha llamado a un concurso público.
Frente a principios urbanos básicos que deben ser salvaguardados, garantizando una plena participación ciudadana, los arquitectos afirman que la última palabra recae ahora en el Consejo de Monumentos, el cual deberá determinar si autoriza o no el proyecto.
El Colegio de Arquitectos manifestó su rechazo a la instalación de una estatua de Juan Pablo Segundo frente a la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile.
En la misiva, los profesionales señalaron su “profunda preocupación” por las transformaciones que tendría el entorno, en caso de que el monumento, de 13,5 metros de altura, fuera erguido en la ex plaza José Domingo Gómez.
“Este desacuerdo se basa en la gravedad de la intervención de un espacio público por un ente privado, destruyendo un parque consolidado”, cita la declaración del Colegio de Arquitectos, que recalca que para estos efectos, ni siquiera se ha llamado a un concurso público.
Frente a principios urbanos básicos que deben ser salvaguardados, garantizando una plena participación ciudadana, los arquitectos afirman que la última palabra recae ahora en el Consejo de Monumentos, el cual deberá determinar si autoriza o no el proyecto.
