Unidad socialista: La crisis de los 20

A 20 años de la unidad socialista en nuestro país, el partido de la Presidenta Michelle Bachelet parece más desunido que nunca. De sus filas salieron Jorge Arrate y Marco Enríquez Ominami, dos de los cuatro candidatos presidenciales, mientras sus militantes se enfrentan respecto a qué hacer para enmendar el rumbo, apostando por una reestructuración profunda, que incluya a la Concertación entera.


A 20 años de la unidad socialista en nuestro país, el partido de la Presidenta Michelle Bachelet parece más desunido que nunca. De sus filas salieron Jorge Arrate y Marco Enríquez Ominami, dos de los cuatro candidatos presidenciales, mientras sus militantes se enfrentan respecto a qué hacer para enmendar el rumbo, apostando por una reestructuración profunda, que incluya a la Concertación entera.

A 20 años de la unidad socialista en nuestro país, el partido de la Presidenta Michelle Bachelet parece más desunido que nunca. De sus filas salieron Jorge Arrate y Marco Enríquez Ominami, dos de los cuatro candidatos presidenciales, mientras sus militantes se enfrentan respecto a qué hacer para enmendar el rumbo, apostando por una reestructuración profunda, que incluya a la Concertación entera.

El próximo 27 de diciembre se cumplen 20 años de la unidad socialista. Dos décadas de unidad que hoy no se ven por ningún lado. Al interior del Partido Socialista reconocen que se vive una crisis profunda. Algunos hablan de una crisis de principios, de convicciones y de desacuerdos enconados y coinciden en la necesidad de generar una reestructuración al interior de la colectividad que también incluya a la Concertación como conglomerado.

En el PS hay quienes apoyan la candidatura de Jorge Arrate, algunos que sigilosamente trabajan en la campaña presidencial de Marco Enríquez Ominami y otros que se cuadran con el candidato oficial de la Concertación, Eduardo Frei.

Lo cierto es que las sanciones se han convertido en una constante desde la directiva del partido, liderada por Camilo Escalona. Algunos fueron expulsados de la colectividad, mientras que otros no saben si ya se les levantaron sus castigos.

Osvaldo Torres, ex concejal por Peñalolén, señaló que el momento que marcó el cambio de rumbo del PS fue cuando dejó la alianza con el Partido por la Democracia, es decir, cuando abandonó el bloque conocido como “progresista” al interior de la Concertación.

“Como los demócratas cristianos no estaban disponibles a un tercer gobierno del polo progresista, aquí una dirección política lo primero que hizo fue romperlo. El partido socialista tuvo un giro inconsulto a su comité central, cuando señaló que la alianza más importante del PS era con la Democracia Cristiana y no con el PPD, lo que hizo con eso fue liquidar el polo progresista que podía levantar un candidato a la presidencia y, a reglón seguido, se puso de acuerdo para entregarle esa candidatura a la DC”, señaló.

Para Cecilia Suárez, también militante socialista, toda la contradicción política que existe al interior del partido se refleja también en el rumbo de la Concertación, puesto que a su juicio, hoy existe un concubinato entre la coalición de gobierno y la derecha, que le costará caro al oficialismo.

“Lamentablemente debemos asumir que en estos años ha existido un matrimonio o concubinato entre la Concertación y la derecha. Aquí parece que no ha existiera ley de divorcio, porque no se ha asumido políticamente  la necesidad de separar las aguas”.

El diputado Marcelo Díaz, una de las cartas jóvenes del partido que busca disputar la presidencia de la colectividad en enero próximo, indica que hay una crisis al interior del PS.

El parlamentario, aseguró que no se pueden obviar las diferencias. Indicó que la situación no se ha manejado bien, lo que se ve reflejado en las dimisiones de personeros importantes como el mismo Jorge Arrate o el senador Carlos Ominami, entre otros.

“Y a 20 años de ese momento que permitió refundar una sola organización socialista en Chile, el partido tiene que abocarse a cumplir con ciertas tareas internas que, mi juicio, tienen que ver con su renovación en ideas, liderazgo, de práctica, de estilo. Se engañan aquellos que creen que hoy día el socialista tiene normas de convivencia internas democráticas, porque más bien lo que tenemos es una lógica oligárquica y fraccional tremendamente instalada, que ha hecho daño y ha permitido que militantes socialistas voten o trabajen para candidatos que no son los candidatos oficiales del Partido Socialista. Eso no es indisciplina, es expresión de una crisis”.

Díaz, quien ha recibido públicamente el respaldo de figuras como José Miguel Insulza para una eventual postulación a la presidencia del PS, manifestó que el momento de definir correctamente los nuevos destinos de la colectividad será después de las elecciones de fin de año.

Sin embargo, destacó que lo más importante es ir dando una muestra de unidad durante la carrera presidencial y parlamentaria, escudados en la premisa de ser una fuerza progresista.





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