Un profundo rechazo ha generado en diversos sectores la instalación de la estatua de trece metros y medio de altura del fallecido pontífice Juan Pablo II, en la ex Plaza José Domingo Gómez Rojas, ubicada en el frontis de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile.
Y pese a que ya se instalaron rudimentarios espacios para dar luz verde a la obra, el secretario ejecutivo del Consejo de Monumentos, Óscar Acuña, afirmó que recién se está analizando el proyecto de la Universidad San Sebastián por las entidades correspondientes, ya que la documentación llegó a sus manos hace menos de una semana.
“El expediente ingresó el miércoles a nuestra organización y ahora lo que corresponde es que sea analizado por la comisión de Patrimonio Histórico que trabajará en torno a la materialidad, los valores y la estructura de la obra. Luego deberá ingresar a la comisión de Arquitectura porque el otro tema que es central es su emplazamiento urbanístico, es decir, cómo dialoga esta intervención con los edificios aledaños en el sector de Bellavista”, indicó Acuña.
El representante del organismo técnico informó además que todas las decisiones que se tomen en torno al proyecto sólo podrán ser conocidas el próximo mes, una vez realizado en Consejo Plenario.
“Resulta prematuro para nosotros emitir una opinión porque no ha sido analizado por ninguna comisión, pero el abanico va desde aprobar la propuesta hasta rechazarla. En ese ámbito es factible que el Consejo pueda tomar cualquier decisión. Nosotros presupuestamos que este proceso podría concluir una vez realizada la sesión plenaria, con todos los consejeros debatiendo sobre el tema, que se llevará a cabo el 11 de noviembre”, precisó Acuña.
Pero uno de los actores claves en esta discusión ha sido el Colegio de Arquitectos, que ha mostrado una férrea oposición a la realización de este proyecto. Según el presidente nacional del gremio, Patricio Gross, el problema más grave es que se pretende intervenir un legado histórico como lo es el barrio Bellavista de Recoleta.
“El problema no es sólo de la estatua, sino la transformación de un espacio público que se interviene fuertemente. Hay que tener siempre presente la importancia de este lugar que tiene más de 100 años y que precisamente fue construido a propósito del primer centenario”, aseveró el dirigente.
Gross además cuestionó el valor estético de la obra y señaló que, si bien, el barrio en cuestión está en precarias condiciones, una estatua de estas proporciones no arreglaría las cosas.
“Hay un espacio alterado por esta instalación precaria de los artesanos y por dos letreros enormes de responsabilidad de la municipalidad de Recoleta, pero el hecho que haya que mejorar esas condiciones no debe desembocar en el proyecto que conocemos coronado por una estatua de proporciones descomunales. Todo esto llama la atención que en un lugar tan frágil, con tanta tradición, donde hay monumentos históricos muy importantes como la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile”, dijo Gross.
Los dardos no sólo apuntan a la construcción de la estatua en sí misma, sino también al proceso que ha llevado la Universidad San Sebastián para concretar este proyecto, que comenzó a ser construido sin una autorización del Consejo de Monumentos Nacionales.
Por otro lado, la Universidad de Chile también se mostró contraria a la ubicación del monumento. El rector de nuestra casa de estudios, Víctor Pérez, señaló a un diario capitalino que no cree que sea una buena alternativa la instalación de la obra, porque no e posible que en democracia se imponga un proyecto de esta magnitud sin tener en cuenta las indicaciones de los organismos correspondientes.
Por lo mismo, ya se están barajando otras alternativas para instalar el cuestionado monumento al sumo pontífice, entre las que se incluye el camino Juan Pablo II ubicado en la intersección de la Dehesa y Chicureo.