Ayer se realizó la audiencia de control de detención de los seis mapuche detenidos por las Fuerzas Especiales, luego de allanar la comunidad Juan Catrilaf de Lleu-peco, en la comuna de Vilcún.
Se trata de Sergio Catrilaf, Pedro Cheuque, Sergio Huinca, Claudio Sánchez y José e Ignacio Tralcal, acusados de participar en un ataque a un bus el pasado 28 de julio.
Luego de esta instancia, el sacerdote Fernando Díaz, coordinador ante la Conferencia Episcopal de la pastoral mapuche para la zona sur, acusó directamente a Carabineros del clima de violencia que se ha generado en la zona. El sacerdote además de acusar montaje y mentiras en las diligencias policiales, aseveró que si esto ocurriera en otro punto del país, el accionar sería claramente distinto.
“Aquí hay un atropello flagrante de los derechos de las personas, de los derechos del pueblo mapuche, de la paz de las comunidades. Entran a las comunidades como si fueran casa de terroristas, golpeando, disparando. Realmente están provocando a las comunidades. Hay una falta de tino y de respeto muy grande. El clima de tensión en este momento es responsabilidad de Carabineros y de los fiscales que actúan de forma desproporcionada, basta con que se acerquen a las comunidades con respeto y no de esta forma prepotente como si estuvieran allanando a un grupo de criminales. En Santiago cuando una persona del barrio alto comete un delito, no allanan el barrio, aquí sí, allanan una comunidad entera”, sostuvo Díaz.
En tanto, el abogado de los comuneros detenidos, Ricardo Cáceres, denunció que sus representados fueron golpeados por los efectivos policiales, cuando ya estaban esposados y reducidos, en presencia de sus hijos menores, a lo que agregó la denuncia de uno de los mapuches respecto a 300 mil pesos que mantenía en su casa al momento del ingreso de las fuerzas policiales.
La justicia amplió el plazo de detención de los seis comuneros mapuche hasta este miércoles 28.