Pinzas que se rompen en medio de las operaciones, monitores en mal estado y tijeras oxidadas, son algunos de los elementos que grafican el deplorable estado en que se realizan las intervenciones quirúrgicas en el centro asistencial de Iquique. Los trabajadores denuncian un déficit de más de tres mil millones de pesos y exigen al ministerio de Salud una inyección urgente de recursos para salvar la vida del hospital.
El primero de diciembre es una fecha clave para la Asociación de Funcionarios Médicos del Hospital de Iquique porque suspenderán las intervenciones quirúrgicas. Esto responde a un llamado permanente sobre la carencia de instrumentos de trabajo.
Es una alerta que permanece a medida que avanzan los meses y que, incluso, hace algunas semanas terminó con nuevas movilizaciones por la demanda de recursos para mejorar la infraestructura del recinto hospitalario.
El compromiso del gobierno es integrar el dinero necesario al proyecto de Presupuesto, pero en la actualidad éste y otros problemas no pueden seguir esperando.
Nelson Garrido, presidente del capítulo médico del Hospital, concluyó que existen dos temas principales a tratar: el mal estado de las herramientas de trabajo y la deuda del centro asistencial que bordea los 3 mil millones de pesos y que a fin de año podría llegar a 5 mil millones.
“Tenemos una deuda de arrastre que en estos momentos se aproxima a los tres mil 500 millones de pesos y eso ha traído aparejado situaciones como que algunos proveedores del hospital no estén entregando insumos. Además, sin dinero te pueden cortar la luz, el agua. Esperamos no llegar a esos extremos y eso es lo que estamos haciendo ver al ministerio para que, de una vez por todas, se ponga con los recursos necesarios para sacar a flote nuestra institución”, afirmó Garrido.
Desde la propia dirección del recinto hospitalario se reconoce que hace más de 15 años que no hay una renovación de material quirúrgico. En este sentido, algunos ejemplos citados por los médicos son las pinzas que se rompen en medio de las operaciones, monitores en mal estado y tijeras oxidadas.
La Intendencia Regional aseguró que se requieren cerca de 550 millones de pesos para renovar las piezas que están en mal estado.
Pero Brenda Pastene, presidenta de la Federación Nacional de Profesionales Universitarios de los Servicios de Salud, fenpruss del hospital, indicó que se requiere una inyección de recursos inmediata, pues los principales perjudicados son los usuarios de la salud pública.
“Todos los años nos planificamos de acuerdo a la demanda y detectamos que necesitamos más recursos humanos, insumos entre otras cosas. En el 2009 ni siquiera nos dejaron informar nuestros requerimientos. Llegamos a un punto donde es casi imposible llevar adelante este hospital y lo malo es que es la comunidad la que se ve afectada”, indicó Pastene.
Ambos dirigentes aseguraron que el Hospital, en gran parte, se mantiene por la organización de los trabajadores. Por lo mismo, deben proceder incluso en la conciencia de que el entorno no alcanza para cumplir con su labor.
Ese primero de diciembre es sólo una posible salida ante un grave problema de fondo que va más allá de los implementos porque se trata de las opciones de salud de la comunidad.
Pinzas que se rompen en medio de las operaciones, monitores en mal estado y tijeras oxidadas, son algunos de los elementos que grafican el deplorable estado en que se realizan las intervenciones quirúrgicas en el centro asistencial de Iquique. Los trabajadores denuncian un déficit de más de tres mil millones de pesos y exigen al ministerio de Salud una inyección urgente de recursos para salvar la vida del hospital.
El primero de diciembre es una fecha clave para la Asociación de Funcionarios Médicos del Hospital de Iquique porque suspenderán las intervenciones quirúrgicas. Esto responde a un llamado permanente sobre la carencia de instrumentos de trabajo.
Es una alerta que permanece a medida que avanzan los meses y que, incluso, hace algunas semanas terminó con nuevas movilizaciones por la demanda de recursos para mejorar la infraestructura del recinto hospitalario.
El compromiso del gobierno es integrar el dinero necesario al proyecto de Presupuesto, pero en la actualidad éste y otros problemas no pueden seguir esperando.
Nelson Garrido, presidente del capítulo médico del Hospital, concluyó que existen dos temas principales a tratar: el mal estado de las herramientas de trabajo y la deuda del centro asistencial que bordea los 3 mil millones de pesos y que a fin de año podría llegar a 5 mil millones.
“Tenemos una deuda de arrastre que en estos momentos se aproxima a los tres mil 500 millones de pesos y eso ha traído aparejado situaciones como que algunos proveedores del hospital no estén entregando insumos. Además, sin dinero te pueden cortar la luz, el agua. Esperamos no llegar a esos extremos y eso es lo que estamos haciendo ver al ministerio para que, de una vez por todas, se ponga con los recursos necesarios para sacar a flote nuestra institución”, afirmó Garrido.
Desde la propia dirección del recinto hospitalario se reconoce que hace más de 15 años que no hay una renovación de material quirúrgico. En este sentido, algunos ejemplos citados por los médicos son las pinzas que se rompen en medio de las operaciones, monitores en mal estado y tijeras oxidadas.
La Intendencia Regional aseguró que se requieren cerca de 550 millones de pesos para renovar las piezas que están en mal estado.
Pero Brenda Pastene, presidenta de la Federación Nacional de Profesionales Universitarios de los Servicios de Salud, fenpruss del hospital, indicó que se requiere una inyección de recursos inmediata, pues los principales perjudicados son los usuarios de la salud pública.
“Todos los años nos planificamos de acuerdo a la demanda y detectamos que necesitamos más recursos humanos, insumos entre otras cosas. En el 2009 ni siquiera nos dejaron informar nuestros requerimientos. Llegamos a un punto donde es casi imposible llevar adelante este hospital y lo malo es que es la comunidad la que se ve afectada”, indicó Pastene.
Ambos dirigentes aseguraron que el Hospital, en gran parte, se mantiene por la organización de los trabajadores. Por lo mismo, deben proceder incluso en la conciencia de que el entorno no alcanza para cumplir con su labor.
Ese primero de diciembre es sólo una posible salida ante un grave problema de fondo que va más allá de los implementos porque se trata de las opciones de salud de la comunidad.
Pinzas que se rompen en medio de las operaciones, monitores en mal estado y tijeras oxidadas, son algunos de los elementos que grafican el deplorable estado en que se realizan las intervenciones quirúrgicas en el centro asistencial de Iquique. Los trabajadores denuncian un déficit de más de tres mil millones de pesos y exigen al ministerio de Salud una inyección urgente de recursos para salvar la vida del hospital.
El primero de diciembre es una fecha clave para la Asociación de Funcionarios Médicos del Hospital de Iquique porque suspenderán las intervenciones quirúrgicas. Esto responde a un llamado permanente sobre la carencia de instrumentos de trabajo.
Es una alerta que permanece a medida que avanzan los meses y que, incluso, hace algunas semanas terminó con nuevas movilizaciones por la demanda de recursos para mejorar la infraestructura del recinto hospitalario.
El compromiso del gobierno es integrar el dinero necesario al proyecto de Presupuesto, pero en la actualidad éste y otros problemas no pueden seguir esperando.
Nelson Garrido, presidente del capítulo médico del Hospital, concluyó que existen dos temas principales a tratar: el mal estado de las herramientas de trabajo y la deuda del centro asistencial que bordea los 3 mil millones de pesos y que a fin de año podría llegar a 5 mil millones.
“Tenemos una deuda de arrastre que en estos momentos se aproxima a los tres mil 500 millones de pesos y eso ha traído aparejado situaciones como que algunos proveedores del hospital no estén entregando insumos. Además, sin dinero te pueden cortar la luz, el agua. Esperamos no llegar a esos extremos y eso es lo que estamos haciendo ver al ministerio para que, de una vez por todas, se ponga con los recursos necesarios para sacar a flote nuestra institución”, afirmó Garrido.
Desde la propia dirección del recinto hospitalario se reconoce que hace más de 15 años que no hay una renovación de material quirúrgico. En este sentido, algunos ejemplos citados por los médicos son las pinzas que se rompen en medio de las operaciones, monitores en mal estado y tijeras oxidadas.
La Intendencia Regional aseguró que se requieren cerca de 550 millones de pesos para renovar las piezas que están en mal estado.
Pero Brenda Pastene, presidenta de la Federación Nacional de Profesionales Universitarios de los Servicios de Salud, fenpruss del hospital, indicó que se requiere una inyección de recursos inmediata, pues los principales perjudicados son los usuarios de la salud pública.
“Todos los años nos planificamos de acuerdo a la demanda y detectamos que necesitamos más recursos humanos, insumos entre otras cosas. En el 2009 ni siquiera nos dejaron informar nuestros requerimientos. Llegamos a un punto donde es casi imposible llevar adelante este hospital y lo malo es que es la comunidad la que se ve afectada”, indicó Pastene.
Ambos dirigentes aseguraron que el Hospital, en gran parte, se mantiene por la organización de los trabajadores. Por lo mismo, deben proceder incluso en la conciencia de que el entorno no alcanza para cumplir con su labor.
Ese primero de diciembre es sólo una posible salida ante un grave problema de fondo que va más allá de los implementos porque se trata de las opciones de salud de la comunidad.
