El general declaró como supuesto encubridor por el caso Caravana de la Muerte, por lo que su nombramiento al mando del Ejército provoca rechazo en sectores de derechos humanos.

La designación de Juan Miguel Fuente – Alba como comandante en jefe del Ejército generó una profunda molestia entre las agrupaciones de derechos humanos y los abogados vinculados a la materia, pues el general estaría vinculado como encubridor en el caso Caravana de la Muerte.

Sin embargo, luego que la Presidenta Michelle Bachelet confirmara su nombramiento al mando del Ejército el viernes, desde el gobierno justificaron la decisión y manifestaron que los cuestionamientos a Fuente – Alba son infundados.

El ministro secretario general de la Presidencia, José Antonio Viera-Gallo, afirmó que esta designación
reafirma la postura del gobierno con el Ejército.

En tanto, la vocera del gobierno, Carolina Tohá, aseguró que "no hay ningún compromiso (pendiente) del general Fuente-Alba con la justicia" por el caso Caravana de la Muerte, por el que declaró como supuesto encubridor.

“El general Fuente-Alba pidió declarar voluntariamente en el caso y el ministro Montiglio, que lleva la investigación, descartó completamente los antecedentes. Hay que decir que se trata de antecedentes que se generaron por una declaración del brigadier Pedro Espinoza, que es una persona que tiene varias condenas por casos de Derechos Humanos, y que se ha caracterizado por entregar antecedentes que se han demostrado falsos en este y en varios casos más", señaló.

Desde las organizaciones de derechos humanos y de víctimas de la dictadura afirmaron que pedirán que se revisen nuevamente las eventuales vinculaciones de Fuente – Alba con las violaciones cometidas por el régimen militar.