Anoche, el gobierno de Perú entregó al encargado de negocios de Chile en la embajada de ese país, Andrés Barbé, un expediente judicial de casi dos mil páginas, que probarían el supuesto espionaje del suboficial de la Fuerza Aérea peruana Víctor Ariza en favor de Chile.
Según la prensa peruana, a través de un comunicado divulgado por su abogado, Ariza afirmó estar "totalmente arrepentido de lo que he hecho y le pido disculpas a mi familia, a mi país, a mis padres y al Presidente de la República (Alan García)".
Asimismo, esta noticia también comenzó a ser comentada por nuestros otros vecinos. El vicecanciller de Bolivia, Hugo Fernández, afirmó que “en todo el mundo, todos los Estados, en todos los tiempos, han espiado a los otros Estados porque forma parte de su manera de defenderse", lo que pasa es que no hay que dejarse atrapar, el que se deja pescar es el que “paga el pato".
Fernández admitió que "Bolivia tiene información de inteligencia, por ejemplo, sobre intromisión en asuntos internos de la DEA y por eso expulsó a fines de 2008 de su territorio a la oficina norteamericana antinarcóticos.
A pesar de la creciente crisis entre Lima y Santiago, un eventual espionaje "no le causa ninguna susceptibilidad" a Bolivia, sostuvo.