Desde el 28 de noviembre, hasta el 6 de diciembre se produce en Guadalajara, México, la más importante cita del mundo del libro en nuestra lengua. Autores, lectores, editores, bibliotecarios y una gama enorme de personas ligadas a la cadena del libro vienen hasta aquí a dar a conocer sus obras, contactarse con el público interesado, explorar lo que está sucediendo con las nuevas tendencias y tecnologías, maravillarse con una oferta literaria de gran nivel.
Nubia Macías, directora de la Feria de Guadalajara, señala las cuantiosas cifras que se esperan para la versión de este año del encuentro literario: ““Creo que vamos a tener un poquito más de 17 mil profesionales del libro de cuarenta países. Estamos esperando unas 600 mil personas de publico en general, tenemos más de 1900 casas editoriales, más o menos son como unos 365 mil títulos que se exhiben en el marco de la feria y estamos hablando de más de mil actividades literarias, 500 escritores desde los Premios Nobel hasta los más nuevísimos narradores que ya traen sus novedades a presentar al público”
Cifras que ponen de manifiesto las enormes dimensiones de la verdadera fiesta literaria tapatiense, como se les llama a los nativos de Guadalajara.
Las figuras literarias que ya han estado o lo harán en los próximos días es una clave inequívoca de su importancia. La inauguración estuvo a cargo del Premio Nobel de Literatura, el escritor de origen turco, Orhan Pamuk. Otras luminarias son Ray Bradbury, Mario Vargas Llosa y, claro, los autores mexicanos que se pasean por su propia casa, como Carlos Monsiváis, Elena Poniatowska, el reciente ganador del Premio José Donoso, Jorge Volpi, que ya prometió visita a nuestro país para marzo de 2010 y también Carlos Fuentes, quien tiene una estrecha relación con nuestro país, como lo deja de manifiesto, en exclusiva para Radio Universidad de Chile:
“Acabo de estar en Chile, un país donde crecí, le tengo un enorme cariño. Es muy importante el país donde se vive entre los dos y los quince años, es muy formativo. Soy mexicano por casualidad, porque debería ser chileno. Le tengo un gran cariño a Chile, siempre que voy me encuentro con amigos, ya desde la época del bachillerato tengo amigos chilenos y nuevos amigos, nuevos escritores, una literatura muy productiva, una política muy interesante. De manera que voy con mucho placer siempre”, afirmó.
La presencia chilena está marcada por el homenaje que recibirá el ilustrador chileno radicado en México desde hace décadas, Pepe Palomo, quien recibe este sábado el homenaje "La Catrina". También está presente la poesía mapuche con Elikura Chihauilaf, la narrativa con Pablo Simonetti y el periodismo con Juan Pablo Meneses y Patricio Fernández.
Nuestra imagen país está representada también en el pabellón internacional donde se ubica el stand de Chile, que está muy bien en lo formal y que no destiñe frente al argentino. Sin embargo, la escasa presencia de la industria editorial chilena, es decir, la de los libros producidos en nuestro país por editoriales chilenas es un aspecto que resulta irritante cuando se compara con el orgullo con que otras naciones muestran el trabajo muchas veces silencioso que se desarrolla al interior de sus fronteras.
Sin embargo, el aspecto más importante de esta Feria y que la diferencia de manera sustantiva de sus similares es el hecho de que sea una Universidad pública, como la de Guadalajara la que convoca. La presencia del mundo académico acá es muy relevante y da gusto cómo son los planteles públicos de educación superior los que dan un sustrato ideológico imprescindible, dando cuenta de la diferencia entre la literatura de formación con la de enajenación, como lo señaló el escritor Carlos Monsiváis: “Solo puede organizarla en México una universidad pública, porque tiene el espacio ya garantizado de diversidad de opiniones, de pluralidad, de crítica libre. En este momento de ser razón de tantos espacios en México, esta feria del libro de un modo muy amplio y generoso, es una zona de resistencia”, señaló.
Desde el 28 de noviembre, hasta el 6 de diciembre se produce en Guadalajara, México, la más importante cita del mundo del libro en nuestra lengua. Autores, lectores, editores, bibliotecarios y una gama enorme de personas ligadas a la cadena del libro vienen hasta aquí a dar a conocer sus obras, contactarse con el público interesado, explorar lo que está sucediendo con las nuevas tendencias y tecnologías, maravillarse con una oferta literaria de gran nivel.
Nubia Macías, directora de la Feria de Guadalajara, señala las cuantiosas cifras que se esperan para la versión de este año del encuentro literario: ““Creo que vamos a tener un poquito más de 17 mil profesionales del libro de cuarenta países. Estamos esperando unas 600 mil personas de publico en general, tenemos más de 1900 casas editoriales, más o menos son como unos 365 mil títulos que se exhiben en el marco de la feria y estamos hablando de más de mil actividades literarias, 500 escritores desde los Premios Nobel hasta los más nuevísimos narradores que ya traen sus novedades a presentar al público”
Cifras que ponen de manifiesto las enormes dimensiones de la verdadera fiesta literaria tapatiense, como se les llama a los nativos de Guadalajara.
Las figuras literarias que ya han estado o lo harán en los próximos días es una clave inequívoca de su importancia. La inauguración estuvo a cargo del Premio Nobel de Literatura, el escritor de origen turco, Orhan Pamuk. Otras luminarias son Ray Bradbury, Mario Vargas Llosa y, claro, los autores mexicanos que se pasean por su propia casa, como Carlos Monsiváis, Elena Poniatowska, el reciente ganador del Premio José Donoso, Jorge Volpi, que ya prometió visita a nuestro país para marzo de 2010 y también Carlos Fuentes, quien tiene una estrecha relación con nuestro país, como lo deja de manifiesto, en exclusiva para Radio Universidad de Chile:
“Acabo de estar en Chile, un país donde crecí, le tengo un enorme cariño. Es muy importante el país donde se vive entre los dos y los quince años, es muy formativo. Soy mexicano por casualidad, porque debería ser chileno. Le tengo un gran cariño a Chile, siempre que voy me encuentro con amigos, ya desde la época del bachillerato tengo amigos chilenos y nuevos amigos, nuevos escritores, una literatura muy productiva, una política muy interesante. De manera que voy con mucho placer siempre”, afirmó.
La presencia chilena está marcada por el homenaje que recibirá el ilustrador chileno radicado en México desde hace décadas, Pepe Palomo, quien recibe este sábado el homenaje "La Catrina". También está presente la poesía mapuche con Elikura Chihauilaf, la narrativa con Pablo Simonetti y el periodismo con Juan Pablo Meneses y Patricio Fernández.
Nuestra imagen país está representada también en el pabellón internacional donde se ubica el stand de Chile, que está muy bien en lo formal y que no destiñe frente al argentino. Sin embargo, la escasa presencia de la industria editorial chilena, es decir, la de los libros producidos en nuestro país por editoriales chilenas es un aspecto que resulta irritante cuando se compara con el orgullo con que otras naciones muestran el trabajo muchas veces silencioso que se desarrolla al interior de sus fronteras.
Sin embargo, el aspecto más importante de esta Feria y que la diferencia de manera sustantiva de sus similares es el hecho de que sea una Universidad pública, como la de Guadalajara la que convoca. La presencia del mundo académico acá es muy relevante y da gusto cómo son los planteles públicos de educación superior los que dan un sustrato ideológico imprescindible, dando cuenta de la diferencia entre la literatura de formación con la de enajenación, como lo señaló el escritor Carlos Monsiváis: “Solo puede organizarla en México una universidad pública, porque tiene el espacio ya garantizado de diversidad de opiniones, de pluralidad, de crítica libre. En este momento de ser razón de tantos espacios en México, esta feria del libro de un modo muy amplio y generoso, es una zona de resistencia”, señaló.
Desde el 28 de noviembre, hasta el 6 de diciembre se produce en Guadalajara, México, la más importante cita del mundo del libro en nuestra lengua. Autores, lectores, editores, bibliotecarios y una gama enorme de personas ligadas a la cadena del libro vienen hasta aquí a dar a conocer sus obras, contactarse con el público interesado, explorar lo que está sucediendo con las nuevas tendencias y tecnologías, maravillarse con una oferta literaria de gran nivel.
Nubia Macías, directora de la Feria de Guadalajara, señala las cuantiosas cifras que se esperan para la versión de este año del encuentro literario: ““Creo que vamos a tener un poquito más de 17 mil profesionales del libro de cuarenta países. Estamos esperando unas 600 mil personas de publico en general, tenemos más de 1900 casas editoriales, más o menos son como unos 365 mil títulos que se exhiben en el marco de la feria y estamos hablando de más de mil actividades literarias, 500 escritores desde los Premios Nobel hasta los más nuevísimos narradores que ya traen sus novedades a presentar al público”
Cifras que ponen de manifiesto las enormes dimensiones de la verdadera fiesta literaria tapatiense, como se les llama a los nativos de Guadalajara.
Las figuras literarias que ya han estado o lo harán en los próximos días es una clave inequívoca de su importancia. La inauguración estuvo a cargo del Premio Nobel de Literatura, el escritor de origen turco, Orhan Pamuk. Otras luminarias son Ray Bradbury, Mario Vargas Llosa y, claro, los autores mexicanos que se pasean por su propia casa, como Carlos Monsiváis, Elena Poniatowska, el reciente ganador del Premio José Donoso, Jorge Volpi, que ya prometió visita a nuestro país para marzo de 2010 y también Carlos Fuentes, quien tiene una estrecha relación con nuestro país, como lo deja de manifiesto, en exclusiva para Radio Universidad de Chile:
“Acabo de estar en Chile, un país donde crecí, le tengo un enorme cariño. Es muy importante el país donde se vive entre los dos y los quince años, es muy formativo. Soy mexicano por casualidad, porque debería ser chileno. Le tengo un gran cariño a Chile, siempre que voy me encuentro con amigos, ya desde la época del bachillerato tengo amigos chilenos y nuevos amigos, nuevos escritores, una literatura muy productiva, una política muy interesante. De manera que voy con mucho placer siempre”, afirmó.
La presencia chilena está marcada por el homenaje que recibirá el ilustrador chileno radicado en México desde hace décadas, Pepe Palomo, quien recibe este sábado el homenaje "La Catrina". También está presente la poesía mapuche con Elikura Chihauilaf, la narrativa con Pablo Simonetti y el periodismo con Juan Pablo Meneses y Patricio Fernández.
Nuestra imagen país está representada también en el pabellón internacional donde se ubica el stand de Chile, que está muy bien en lo formal y que no destiñe frente al argentino. Sin embargo, la escasa presencia de la industria editorial chilena, es decir, la de los libros producidos en nuestro país por editoriales chilenas es un aspecto que resulta irritante cuando se compara con el orgullo con que otras naciones muestran el trabajo muchas veces silencioso que se desarrolla al interior de sus fronteras.
Sin embargo, el aspecto más importante de esta Feria y que la diferencia de manera sustantiva de sus similares es el hecho de que sea una Universidad pública, como la de Guadalajara la que convoca. La presencia del mundo académico acá es muy relevante y da gusto cómo son los planteles públicos de educación superior los que dan un sustrato ideológico imprescindible, dando cuenta de la diferencia entre la literatura de formación con la de enajenación, como lo señaló el escritor Carlos Monsiváis: “Solo puede organizarla en México una universidad pública, porque tiene el espacio ya garantizado de diversidad de opiniones, de pluralidad, de crítica libre. En este momento de ser razón de tantos espacios en México, esta feria del libro de un modo muy amplio y generoso, es una zona de resistencia”, señaló.
