Esta semana el Diario Oficial publicó el Anteproyecto de regulación de centrales termoeléctricas, las que en su mayoría utilizan carbón.
Con la concreción de esta norma, la Comisión Nacional de Medio Ambiente (Conama), espera una reducción de 282 muertes por año. Además, se evitaría que se depositen aproximadamente 640 toneladas anuales de material particulado sobre áreas agrícolas, plantaciones, bosques y praderas, entre otros.
Sara Larraín, de Chile Sustentable, detalló que la reglamentación funcionará distinto para las centrales antiguas y las nuevas.
“Las nuevas parten con una norma más estricta, que se les va a exigir a las antiguas el año 2020. Sin embargo, hay una norma previa, que es de transición, que es un poquito más relajada para las centrales que hoy están construidas, con el objeto que una vez publicada la norma después, en marzo, empezarían a contar tres años para que fuera cumplida por las empresas que hoy generan con carbón, con petróleo y con gas natural”, informó Larraín.
La ambientalista explicó que esta norma se trabajó en un comité hace tres años y se había comprometido un texto final para un año y medio atrás, pero se retrasó.
De todas maneras, se mantiene la alerta porque diversas agrupaciones medioambientales han alertado al gobierno que este sector no tiene una regulación general. Lo que genera mucha preocupación, si se considera que la matriz eléctrica de Chile tiene una fuerte dependencia a este tipo de generación.
Sara Larraín informó que se pretende mejorar el proceso para hacerlo más limpio en tres gases (Carbón, diesel y gas natural) y tres metales pesados. Las
las plantas térmicas, que representan el 61 por ciento , generan muchas emisiones de material particulado como bióxido de azufre, oxido de nitrógeno, mercurio, niquel y paladio, señaló también.
Luis Mariano Rendón, de Acción Ecológica, descartó que esta legislación permita superar la actual preocupación sobre las emisiones de efecto invernadero, pues con este documento se pretende “blanquear esta tecnología obsoleta”.
“Pero también está la preocupación por emisión de gases de efecto invernadero y respecto a ello la norma no tiene ninguna incidencia, por el contrario, lo que hace es establecer condiciones a la instalación de termoeléctricas de tecnología prácticamente obsoleta, ineficiente. En el mismo texto de la norma se dice que está destinado a centrales de baja eficiencia en términos de emisiones de dióxido de carbono”, denunció Rendón.
Rendón alertó que existen mejores tecnologías en el mundo para revertir los problemas de emisiones.
Al mismo tiempo, se hace pública la complicación para algunas empresas porque con este nuevo reglamento aseguran que los costos serán muy altos.Sin embargo, Rendón aseguró que no necesitarán importantes inversiones para cumplir las reglas.
La etapa de participación ciudadana será de 60 días.
Esta semana el Diario Oficial publicó el Anteproyecto de regulación de centrales termoeléctricas, las que en su mayoría utilizan carbón.
Con la concreción de esta norma, la Comisión Nacional de Medio Ambiente (Conama), espera una reducción de 282 muertes por año. Además, se evitaría que se depositen aproximadamente 640 toneladas anuales de material particulado sobre áreas agrícolas, plantaciones, bosques y praderas, entre otros.
Sara Larraín, de Chile Sustentable, detalló que la reglamentación funcionará distinto para las centrales antiguas y las nuevas.
“Las nuevas parten con una norma más estricta, que se les va a exigir a las antiguas el año 2020. Sin embargo, hay una norma previa, que es de transición, que es un poquito más relajada para las centrales que hoy están construidas, con el objeto que una vez publicada la norma después, en marzo, empezarían a contar tres años para que fuera cumplida por las empresas que hoy generan con carbón, con petróleo y con gas natural”, informó Larraín.
La ambientalista explicó que esta norma se trabajó en un comité hace tres años y se había comprometido un texto final para un año y medio atrás, pero se retrasó.
De todas maneras, se mantiene la alerta porque diversas agrupaciones medioambientales han alertado al gobierno que este sector no tiene una regulación general. Lo que genera mucha preocupación, si se considera que la matriz eléctrica de Chile tiene una fuerte dependencia a este tipo de generación.
Sara Larraín informó que se pretende mejorar el proceso para hacerlo más limpio en tres gases (Carbón, diesel y gas natural) y tres metales pesados. Las
las plantas térmicas, que representan el 61 por ciento , generan muchas emisiones de material particulado como bióxido de azufre, oxido de nitrógeno, mercurio, niquel y paladio, señaló también.
Luis Mariano Rendón, de Acción Ecológica, descartó que esta legislación permita superar la actual preocupación sobre las emisiones de efecto invernadero, pues con este documento se pretende “blanquear esta tecnología obsoleta”.
“Pero también está la preocupación por emisión de gases de efecto invernadero y respecto a ello la norma no tiene ninguna incidencia, por el contrario, lo que hace es establecer condiciones a la instalación de termoeléctricas de tecnología prácticamente obsoleta, ineficiente. En el mismo texto de la norma se dice que está destinado a centrales de baja eficiencia en términos de emisiones de dióxido de carbono”, denunció Rendón.
Rendón alertó que existen mejores tecnologías en el mundo para revertir los problemas de emisiones.
Al mismo tiempo, se hace pública la complicación para algunas empresas porque con este nuevo reglamento aseguran que los costos serán muy altos.Sin embargo, Rendón aseguró que no necesitarán importantes inversiones para cumplir las reglas.
La etapa de participación ciudadana será de 60 días.
Esta semana el Diario Oficial publicó el Anteproyecto de regulación de centrales termoeléctricas, las que en su mayoría utilizan carbón.
Con la concreción de esta norma, la Comisión Nacional de Medio Ambiente (Conama), espera una reducción de 282 muertes por año. Además, se evitaría que se depositen aproximadamente 640 toneladas anuales de material particulado sobre áreas agrícolas, plantaciones, bosques y praderas, entre otros.
Sara Larraín, de Chile Sustentable, detalló que la reglamentación funcionará distinto para las centrales antiguas y las nuevas.
“Las nuevas parten con una norma más estricta, que se les va a exigir a las antiguas el año 2020. Sin embargo, hay una norma previa, que es de transición, que es un poquito más relajada para las centrales que hoy están construidas, con el objeto que una vez publicada la norma después, en marzo, empezarían a contar tres años para que fuera cumplida por las empresas que hoy generan con carbón, con petróleo y con gas natural”, informó Larraín.
La ambientalista explicó que esta norma se trabajó en un comité hace tres años y se había comprometido un texto final para un año y medio atrás, pero se retrasó.
De todas maneras, se mantiene la alerta porque diversas agrupaciones medioambientales han alertado al gobierno que este sector no tiene una regulación general. Lo que genera mucha preocupación, si se considera que la matriz eléctrica de Chile tiene una fuerte dependencia a este tipo de generación.
Sara Larraín informó que se pretende mejorar el proceso para hacerlo más limpio en tres gases (Carbón, diesel y gas natural) y tres metales pesados. Las
las plantas térmicas, que representan el 61 por ciento , generan muchas emisiones de material particulado como bióxido de azufre, oxido de nitrógeno, mercurio, niquel y paladio, señaló también.
Luis Mariano Rendón, de Acción Ecológica, descartó que esta legislación permita superar la actual preocupación sobre las emisiones de efecto invernadero, pues con este documento se pretende “blanquear esta tecnología obsoleta”.
“Pero también está la preocupación por emisión de gases de efecto invernadero y respecto a ello la norma no tiene ninguna incidencia, por el contrario, lo que hace es establecer condiciones a la instalación de termoeléctricas de tecnología prácticamente obsoleta, ineficiente. En el mismo texto de la norma se dice que está destinado a centrales de baja eficiencia en términos de emisiones de dióxido de carbono”, denunció Rendón.
Rendón alertó que existen mejores tecnologías en el mundo para revertir los problemas de emisiones.
Al mismo tiempo, se hace pública la complicación para algunas empresas porque con este nuevo reglamento aseguran que los costos serán muy altos.Sin embargo, Rendón aseguró que no necesitarán importantes inversiones para cumplir las reglas.
La etapa de participación ciudadana será de 60 días.
