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Marcha Mundial por la Paz llega al fin de su camino

Ante la presencia de numerosas personas de todo el mundo, este sábado finalizó en Punta de Vacas, Argentina,  la Marcha Mundial de la Paz. La iniciativa recorrió los cinco continentes, en 93 días, llevando un mensaje de paz y no violencia.

Diana Porras desde Punta de Vacas, Argentina

  Lunes 4 de enero 2010 12:39 hrs. 
Radio-Uchile

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Ante la presencia de numerosas personas de todo el mundo, este sábado finalizó en Punta de Vacas, Argentina,  la Marcha Mundial de la Paz. La iniciativa recorrió los cinco continentes, en 93 días, llevando un mensaje de paz y no violencia.

Después de 93 días de recorrido por los cinco continentes, el 2 de enero Finalizó la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia en Punta de Vacas, Argentina.

Numerosas personas de todo el mundo se reunieron en este lugar para cerrar la primera marcha que pretendió crear conciencia frente a la alta y peligrosa probabilidad de un conflicto nuclear, dada la carrera armamentista de algunos países y la violenta ocupación militar de otros.

Personas de Ecuador y Bolivia llegaron bailando a los pies del Aconcagua, manifestando su alegría por ser parte de esta iniciativa.

“Es muy emocionante ver a nuestra gente que ha llegado desde Bolivia y Ecuador. Nunca pensamos acudir a este evento, pero la verdad nos emociona mucho y es un honor haber llegado acá. Muy contentos, apoyando La Paz, contentos de estar acá”, dijo uno de los participantes.

Con declaraciones de agradecimiento y un llamado a trabajar en equipo para el futuro próximo, los máximos dirigentes del movimiento humanista finalizaron este recorrido de más de 160 mil kilómetros en medio de un  lugar que representa reflexión y hermandad.

Banderas, lienzos, cánticos y bailes se dieron cita mientras se observaba que los cerros del parque se cubrían de un grito: “NO MÁS VIOLENCIA”.

Rafael de La Rubia, coordinador mundial de la manifestación, dijo que este objetivo se puede cumplir con las voluntades políticas de todos los líderes.

“Podemos decir que se ha dado una señal, creemos que la no violencia comienza  a circular en distintos ámbitos, por supuesto en los ámbitos académicos, en la educación, en asociaciones y también en los medios de comunicación; en algunos gobiernos nos han recibido y corroboramos que era necesario hacer esta marcha, que era urgente llamar la atención sobre las armas nucleares, que era urgente llamar la atención sobre reducir los gastos de armamentos en el mundo”, afirmó De la Rubia.

En este sentido, Edine Von Herold, diputada en Costa Rica, explicó algunos de los caminos posibles, como una legislación conjunta que elimine las armas nucleares.

“Hemos hecho contribuciones legislativas para la primera marcha mundial. Nos parece que es importante que los parlamentos se unan y empiecen a legislar a favor de la eliminación y la abolición de las armas nucleares. En mi país puse una moción para eliminar el uranio empobrecido en las zonas francas”, aseguró Von Herold.

En general, los cientos de manifestantes que actuaron como equipo de base por los más de 90 países visitados, fueron recibidos por la mayoría de los gobernantes en América Latina a su paso por las naciones, a excepción del Presidente colombiano, Álvaro Uribe, quien aprobó la instalación de bases militares estadounidenses en su país.

En ese sentido, Giorgio Schultz, coordinador de la marcha en Europa, alertó sobre la política de Estados Unidos y de su Presidente, Barack Obama, quien a pesar de ganar el Premio Nobel de la Paz, continúa con las políticas de guerra.

“Parece un resultado de grandísima relevancia, justo en el momento en que por el otro lado un Presidente que tiene el Premio Nobel decide seguir la misma filosofía de siempre: para querer la paz, organicemos la guerra. Cuando Barack Obama insiste con esta ideología, con esta idea, es como seguir el sendero de la Prehistoria. Es muy interesante que los pueblos que nos han encontrado, que nos han abrazado, han decidido ir por otra historia”, sostuvo Schultz.

El espíritu de la esperada marcha mundial fue proyectar nuevos desafíos para lograr ese consenso que deje atrás la violencia, la guerra, el enfrentamiento y las miles de muertes que se producen día a día.

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