La Comisión Económica para América Latina (Cepal) informó que durante el segundo trimestre de 2010 cambiará la medición de la línea de pobreza en todos los países del continente.
Esta nueva metodología incluye también a la población de Chile, donde el valor de la línea de pobreza es de 47 mil pesos per cápita y la línea de indigencia de 23 mil 500.
Los motivos de actualización del nivel de subdesarrollo serían los cambios significativos que han experimentado la estructura de consumo y el ingreso per cápita de las personas.
La oficina regional de Naciones Unidas va a disponer de una nueva línea de pobreza para Chile con la información más reciente basada en la encuesta de presupuestos familiares 2007-08.
En conversación con el programa Economía al Día de nuestra emisora, el jefe de la Unidad de Estadísticas Sociales de la Cepal, Juan Carlos Feres, afirmó que el cambio no implica, necesariamente, un aumento del nivel de pobreza.
“Se han realizado algunas estimaciones que señalan que introducir una nueva línea, suponiendo cuál podría ser su valor, tendría una implicancia en términos de aumentar el nivel de pobreza que había sido medido últimamente con la encuesta del 2006. Sin embargo, es un poco prematuro anticiparse a ese resultado porque es un proceso metodológico complejo”, precisó el experto.
Feres, que además es vicepresidente de la Fundación para la Superación de la Pobreza, puntualiza que esa medición no es directamente comparable con las que el país y la Cepal han hecho hasta 2006.
El porcentaje de población en situación de indigencia pasó de 38,6 por ciento en 1990 a 13,7 en 2006, según la encuesta Casen de Mideplan.
Por su parte, el investigador de la Universidad Católica Silva Henríquez, Marcelo Yáñez, aseguró que las transformaciones en los hábitos de consumo y los salarios deberían impulsar al alza el valor de la línea de pobreza e indigencia.
“En la medida en que la canasta básica de bienes que se modifica en función de las nuevas necesidades y desarrollos, van siendo incorporadas en un conjunto de bienes que las personas deben tener para satisfacer sus necesidades básicas. Eso implica que el nivel de ingreso relativo que debiera ser necesario para cubrir esta nueva canasta también debiera elevarse, que es la única manera en que podemos considerar el que las personas estén obteniendo la cantidad necesaria para comprar de acuerdo a esta realidad”, explicó Yáñez.
La línea de pobreza es un indicador o valor que se construye en base al costo de satisfacción de un conjunto de necesidades básicas, con los recursos de que disponen las familias para adquirir esa canasta.
La Comisión Económica para América Latina (Cepal) informó que durante el segundo trimestre de 2010 cambiará la medición de la línea de pobreza en todos los países del continente.
Esta nueva metodología incluye también a la población de Chile, donde el valor de la línea de pobreza es de 47 mil pesos per cápita y la línea de indigencia de 23 mil 500.
Los motivos de actualización del nivel de subdesarrollo serían los cambios significativos que han experimentado la estructura de consumo y el ingreso per cápita de las personas.
La oficina regional de Naciones Unidas va a disponer de una nueva línea de pobreza para Chile con la información más reciente basada en la encuesta de presupuestos familiares 2007-08.
En conversación con el programa Economía al Día de nuestra emisora, el jefe de la Unidad de Estadísticas Sociales de la Cepal, Juan Carlos Feres, afirmó que el cambio no implica, necesariamente, un aumento del nivel de pobreza.
“Se han realizado algunas estimaciones que señalan que introducir una nueva línea, suponiendo cuál podría ser su valor, tendría una implicancia en términos de aumentar el nivel de pobreza que había sido medido últimamente con la encuesta del 2006. Sin embargo, es un poco prematuro anticiparse a ese resultado porque es un proceso metodológico complejo”, precisó el experto.
Feres, que además es vicepresidente de la Fundación para la Superación de la Pobreza, puntualiza que esa medición no es directamente comparable con las que el país y la Cepal han hecho hasta 2006.
El porcentaje de población en situación de indigencia pasó de 38,6 por ciento en 1990 a 13,7 en 2006, según la encuesta Casen de Mideplan.
Por su parte, el investigador de la Universidad Católica Silva Henríquez, Marcelo Yáñez, aseguró que las transformaciones en los hábitos de consumo y los salarios deberían impulsar al alza el valor de la línea de pobreza e indigencia.
“En la medida en que la canasta básica de bienes que se modifica en función de las nuevas necesidades y desarrollos, van siendo incorporadas en un conjunto de bienes que las personas deben tener para satisfacer sus necesidades básicas. Eso implica que el nivel de ingreso relativo que debiera ser necesario para cubrir esta nueva canasta también debiera elevarse, que es la única manera en que podemos considerar el que las personas estén obteniendo la cantidad necesaria para comprar de acuerdo a esta realidad”, explicó Yáñez.
La línea de pobreza es un indicador o valor que se construye en base al costo de satisfacción de un conjunto de necesidades básicas, con los recursos de que disponen las familias para adquirir esa canasta.
La Comisión Económica para América Latina (Cepal) informó que durante el segundo trimestre de 2010 cambiará la medición de la línea de pobreza en todos los países del continente.
Esta nueva metodología incluye también a la población de Chile, donde el valor de la línea de pobreza es de 47 mil pesos per cápita y la línea de indigencia de 23 mil 500.
Los motivos de actualización del nivel de subdesarrollo serían los cambios significativos que han experimentado la estructura de consumo y el ingreso per cápita de las personas.
La oficina regional de Naciones Unidas va a disponer de una nueva línea de pobreza para Chile con la información más reciente basada en la encuesta de presupuestos familiares 2007-08.
En conversación con el programa Economía al Día de nuestra emisora, el jefe de la Unidad de Estadísticas Sociales de la Cepal, Juan Carlos Feres, afirmó que el cambio no implica, necesariamente, un aumento del nivel de pobreza.
“Se han realizado algunas estimaciones que señalan que introducir una nueva línea, suponiendo cuál podría ser su valor, tendría una implicancia en términos de aumentar el nivel de pobreza que había sido medido últimamente con la encuesta del 2006. Sin embargo, es un poco prematuro anticiparse a ese resultado porque es un proceso metodológico complejo”, precisó el experto.
Feres, que además es vicepresidente de la Fundación para la Superación de la Pobreza, puntualiza que esa medición no es directamente comparable con las que el país y la Cepal han hecho hasta 2006.
El porcentaje de población en situación de indigencia pasó de 38,6 por ciento en 1990 a 13,7 en 2006, según la encuesta Casen de Mideplan.
Por su parte, el investigador de la Universidad Católica Silva Henríquez, Marcelo Yáñez, aseguró que las transformaciones en los hábitos de consumo y los salarios deberían impulsar al alza el valor de la línea de pobreza e indigencia.
“En la medida en que la canasta básica de bienes que se modifica en función de las nuevas necesidades y desarrollos, van siendo incorporadas en un conjunto de bienes que las personas deben tener para satisfacer sus necesidades básicas. Eso implica que el nivel de ingreso relativo que debiera ser necesario para cubrir esta nueva canasta también debiera elevarse, que es la única manera en que podemos considerar el que las personas estén obteniendo la cantidad necesaria para comprar de acuerdo a esta realidad”, explicó Yáñez.
La línea de pobreza es un indicador o valor que se construye en base al costo de satisfacción de un conjunto de necesidades básicas, con los recursos de que disponen las familias para adquirir esa canasta.
