A casi dos años de la entrada en vigencia de la Ley de Violencia Intrafamiliar, promulgada en octubre del 2005, al parecer, no se han presentado grandes avances en la materia.
La cuenta pública del año 2009 reveló que la violencia intrafamiliar ha aumentado en un 13 por ciento respecto del anterior.
Uno de los puntos más débiles de esta institucionalidad está dado por el hecho de que, en la actualidad, sólo existe la ley de violencia intrafamiliar, donde no se especifica el delito de femicidio, que es uno de los aspectos más recurrentes en este ámbito.
Por lo mismo, en el 2006 se ingresó un proyecto de ley que tipifica el femicidio en el Código Penal. Y si bien la iniciativa legal fue aprobada en ambas Cámaras, el Senado le introdujo modificaciones por lo que se encuentra estancada en comisión mixta.
Ante esto la Coordinadora nacional de la Red Chilena contra la violencia Femenina, Soledad Rojas, criticó la falta de prolijidad en materia de género y violencia contra la mujer.
“Genera una nebulosa en términos de que las mujeres son las más afectadas. Además parcializa el problema circunscribiéndolo al espacio dentro de las familias cuando la violencia contra las mujeres ocurre en las sociedades en lo público, lo privado y existiendo una cultura que sustenta todo esto”, afirmó Rojas.
Los especialistas son aún más pesimistas y no creen que una ley pueda cambiar las situaciones que se producen hoy en día.
Así lo graficó el estudio “Ni una más, del dicho al hecho. Cuanto falta por recorrer” de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), que busca terminar con la violencia contra las mujeres de todo el mundo.
Según la autora del texto y Jefa de la Unidad Mujer y Desarrollo de la organización internacional, Sonia Montaño, la idea es establecer la distancia entre las políticas públicas de un país y la realidad.
“Se trata de poner el lente sobre la violencia contra las mujeres, pero al mismo tiempo, mostrar los nexos que hay entre eso y las múltiples formas de de ciudadanía. Por ejemplo, hay todavía en la letra de la ley y en su aplicación una enorme distancia. Hay que mostrar que la violencia está ligada al desarrollo”, sentenció la experta.
Montaño indicó además que lo más importante no es crear leyes que aumenten las penas contra la violencia, como lo plantea la nueva legislación, sino que enfrentarla desde múltiples focos como la educación.
“El femicidio no se enfrenta sólo con penas más duras. Este es un tema que requiere modificaciones a las leyes de familia, oportunidades laborales para las mujeres y prevención. De hecho, en la mayoría de los delitos mientras más duras las penas, mayor es la impunidad”, dijo.
Idea compartida por la abogada experta en materias de género, Lidia Casas, para quien “los femicidios no van a parar por aumentar las penas”
“Sujetos que agreden en este nivel extremo no van a parar simplemente porque haya una ley con penas más altas. Algunos de los datos que ha mostrado el Ministerio Público en los últimos años es que cuando los hombres matan, normalmente, se autoagreden o se suicidan. Por lo tanto, sería irrelevante una pena perpetua o una efectiva de 40 años”, precisó la jurista.
Ya sea por políticas públicas o por cambios sociales, está claro que se deben tomar medidas que puedan combatir el femicidio y la violencia contra la mujer en distintas áreas. Sobre todo considerando que desde el año 2001 a la fecha van más de 500 mujeres asesinadas por sus pareja o ex parejas en nuestro país.
Y Pese a lo lamentable de esta situación, ningún candidato presidencial ha puesto el tema dentro de sus propuestas de campaña.
A casi dos años de la entrada en vigencia de la Ley de Violencia Intrafamiliar, promulgada en octubre del 2005, al parecer, no se han presentado grandes avances en la materia.
La cuenta pública del año 2009 reveló que la violencia intrafamiliar ha aumentado en un 13 por ciento respecto del anterior.
Uno de los puntos más débiles de esta institucionalidad está dado por el hecho de que, en la actualidad, sólo existe la ley de violencia intrafamiliar, donde no se especifica el delito de femicidio, que es uno de los aspectos más recurrentes en este ámbito.
Por lo mismo, en el 2006 se ingresó un proyecto de ley que tipifica el femicidio en el Código Penal. Y si bien la iniciativa legal fue aprobada en ambas Cámaras, el Senado le introdujo modificaciones por lo que se encuentra estancada en comisión mixta.
Ante esto la Coordinadora nacional de la Red Chilena contra la violencia Femenina, Soledad Rojas, criticó la falta de prolijidad en materia de género y violencia contra la mujer.
“Genera una nebulosa en términos de que las mujeres son las más afectadas. Además parcializa el problema circunscribiéndolo al espacio dentro de las familias cuando la violencia contra las mujeres ocurre en las sociedades en lo público, lo privado y existiendo una cultura que sustenta todo esto”, afirmó Rojas.
Los especialistas son aún más pesimistas y no creen que una ley pueda cambiar las situaciones que se producen hoy en día.
Así lo graficó el estudio “Ni una más, del dicho al hecho. Cuanto falta por recorrer” de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), que busca terminar con la violencia contra las mujeres de todo el mundo.
Según la autora del texto y Jefa de la Unidad Mujer y Desarrollo de la organización internacional, Sonia Montaño, la idea es establecer la distancia entre las políticas públicas de un país y la realidad.
“Se trata de poner el lente sobre la violencia contra las mujeres, pero al mismo tiempo, mostrar los nexos que hay entre eso y las múltiples formas de de ciudadanía. Por ejemplo, hay todavía en la letra de la ley y en su aplicación una enorme distancia. Hay que mostrar que la violencia está ligada al desarrollo”, sentenció la experta.
Montaño indicó además que lo más importante no es crear leyes que aumenten las penas contra la violencia, como lo plantea la nueva legislación, sino que enfrentarla desde múltiples focos como la educación.
“El femicidio no se enfrenta sólo con penas más duras. Este es un tema que requiere modificaciones a las leyes de familia, oportunidades laborales para las mujeres y prevención. De hecho, en la mayoría de los delitos mientras más duras las penas, mayor es la impunidad”, dijo.
Idea compartida por la abogada experta en materias de género, Lidia Casas, para quien “los femicidios no van a parar por aumentar las penas”
“Sujetos que agreden en este nivel extremo no van a parar simplemente porque haya una ley con penas más altas. Algunos de los datos que ha mostrado el Ministerio Público en los últimos años es que cuando los hombres matan, normalmente, se autoagreden o se suicidan. Por lo tanto, sería irrelevante una pena perpetua o una efectiva de 40 años”, precisó la jurista.
Ya sea por políticas públicas o por cambios sociales, está claro que se deben tomar medidas que puedan combatir el femicidio y la violencia contra la mujer en distintas áreas. Sobre todo considerando que desde el año 2001 a la fecha van más de 500 mujeres asesinadas por sus pareja o ex parejas en nuestro país.
Y Pese a lo lamentable de esta situación, ningún candidato presidencial ha puesto el tema dentro de sus propuestas de campaña.
A casi dos años de la entrada en vigencia de la Ley de Violencia Intrafamiliar, promulgada en octubre del 2005, al parecer, no se han presentado grandes avances en la materia.
La cuenta pública del año 2009 reveló que la violencia intrafamiliar ha aumentado en un 13 por ciento respecto del anterior.
Uno de los puntos más débiles de esta institucionalidad está dado por el hecho de que, en la actualidad, sólo existe la ley de violencia intrafamiliar, donde no se especifica el delito de femicidio, que es uno de los aspectos más recurrentes en este ámbito.
Por lo mismo, en el 2006 se ingresó un proyecto de ley que tipifica el femicidio en el Código Penal. Y si bien la iniciativa legal fue aprobada en ambas Cámaras, el Senado le introdujo modificaciones por lo que se encuentra estancada en comisión mixta.
Ante esto la Coordinadora nacional de la Red Chilena contra la violencia Femenina, Soledad Rojas, criticó la falta de prolijidad en materia de género y violencia contra la mujer.
“Genera una nebulosa en términos de que las mujeres son las más afectadas. Además parcializa el problema circunscribiéndolo al espacio dentro de las familias cuando la violencia contra las mujeres ocurre en las sociedades en lo público, lo privado y existiendo una cultura que sustenta todo esto”, afirmó Rojas.
Los especialistas son aún más pesimistas y no creen que una ley pueda cambiar las situaciones que se producen hoy en día.
Así lo graficó el estudio “Ni una más, del dicho al hecho. Cuanto falta por recorrer” de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), que busca terminar con la violencia contra las mujeres de todo el mundo.
Según la autora del texto y Jefa de la Unidad Mujer y Desarrollo de la organización internacional, Sonia Montaño, la idea es establecer la distancia entre las políticas públicas de un país y la realidad.
“Se trata de poner el lente sobre la violencia contra las mujeres, pero al mismo tiempo, mostrar los nexos que hay entre eso y las múltiples formas de de ciudadanía. Por ejemplo, hay todavía en la letra de la ley y en su aplicación una enorme distancia. Hay que mostrar que la violencia está ligada al desarrollo”, sentenció la experta.
Montaño indicó además que lo más importante no es crear leyes que aumenten las penas contra la violencia, como lo plantea la nueva legislación, sino que enfrentarla desde múltiples focos como la educación.
“El femicidio no se enfrenta sólo con penas más duras. Este es un tema que requiere modificaciones a las leyes de familia, oportunidades laborales para las mujeres y prevención. De hecho, en la mayoría de los delitos mientras más duras las penas, mayor es la impunidad”, dijo.
Idea compartida por la abogada experta en materias de género, Lidia Casas, para quien “los femicidios no van a parar por aumentar las penas”
“Sujetos que agreden en este nivel extremo no van a parar simplemente porque haya una ley con penas más altas. Algunos de los datos que ha mostrado el Ministerio Público en los últimos años es que cuando los hombres matan, normalmente, se autoagreden o se suicidan. Por lo tanto, sería irrelevante una pena perpetua o una efectiva de 40 años”, precisó la jurista.
Ya sea por políticas públicas o por cambios sociales, está claro que se deben tomar medidas que puedan combatir el femicidio y la violencia contra la mujer en distintas áreas. Sobre todo considerando que desde el año 2001 a la fecha van más de 500 mujeres asesinadas por sus pareja o ex parejas en nuestro país.
Y Pese a lo lamentable de esta situación, ningún candidato presidencial ha puesto el tema dentro de sus propuestas de campaña.
