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Las dramáticas horas de Haití después del terremoto

 El terremoto que azotó el martes a Haití es el peor que se ha registrado en ese país en dos siglos. La capital de Haití, Puerto Príncipe, quedó en ruinas. El primer ministro haitiano, Jean Max Bellerive, calculó que los muertos  podrían llegar a ser "muchos más de 100.000". Mientras, la Presidenta Michelle Bachelet ratificó el envió de una comitiva chilena y de suplementos de diversos tipos para socorrer a los heridos.

F.M con información RFI

  Jueves 14 de enero 2010 3:51 hrs. 
Radio-Uchile

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 Más de cien mil muertos es el saldo que, hasta el momento, ha arrojado el terremoto grado siete que azotó el martes a Haití.

 
Edificios derrumbados y habitantes aterrados deambulando por las calles entre cadáveres es el escenario que se vive en Puerto Príncipe, la capital de este país, donde las autoridades temen "centenares de miles" de muertos.
 
El primer ministro haitiano, Jean Max Bellerive, afirmó que el total de fallecidos por el sismo del martes podrían llegar a ser "muchos más de 100.000"
 
La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, reconoció que "esto va a ser uno de los hechos más altos en términos de muertes en los años recientes". Clinton no habló de cifras, pero comparó el hecho al maremoto ocurrido en el océano índico en 2004, que dejó 220.000 muertos.
Los testimonios ofrecidos por las agencias humanitarias que operan en el sector son aterradores: en las calles se acumulan los cadáveres y los heridos colapsan los hospitales que aún quedan en pie.
 
Lijia Neruda, Presidenta de la Cruz Roja de República Dominicana, país que está en primera línea de la ayuda de emergencia, confirmó la elevada cifra de muertos y la catastrófica situación que impera en la capital.
 
"Es difícil hacer una evaluación correcta del número de víctimas" y de "cuántas construcciones, cuántos edificios se derrumbaron", dijo  el mandatario haitiano. Pero considerando a quienes se encontraban en el interior de las viviendas, "estamos bastante por encima de los 100.000" muertos, agregó.
 
A su vez, el  presidente de Haití, René Préval, declaró al periódico estadounidense Miami Herald que "el Parlamento se derrumbó. La oficina de rentas se derrumbó. Las escuelas se derrumbaron. Los hospitales también se derrumbaron. Hay muchas escuelas con mucha gente muerta en su interior. El panorama de la capital con edificios en ruinas y cadáveres en las calles es "inimaginable", narró el mandatario, quien junto a su mujer se salvó del desplome del palacio presidencial. 
 
Alois Huij, miembro de Médicos sin Fronteras relató la extrema gravedad de la situación sanitaria en Haití. “Los tres hospitales han sido afectados por el terremoto. Algunos de ellos están muy mal donde parte del personal al parecer están heridos y se ha tenido que evacuar a los pacientes y a los profesionales. Para poder responder a este nuevo flujo vamos a intentar construir estructuras temporales alrededor de las anteriores. Estamos montando tiendas de campaña para poder tratar a los heridos”, comentó el facultativo.
 
Entre los varios edificios derrumbados quedó en ruinas el lujoso hotel Montana y unas 200 personas se encuentran atrapadas entre sus escombros.
 
Las comunicaciones se encuentran totalmente cortadas en un país donde la infraestructura es muy precaria. El envío de heridos a centros hospitalarios es casi imposible. Pero no es la única dificultad para los socorristas y habitantes: las líneas telefónicas resultaron seriamente afectadas y era muy difícil comunicarse con Haití desde el extranjero.
 
La mayoría de las estaciones de radio y de televisión seguían sin operar varias horas después del temblor, y las pocas radios que podían emitir lanzaban llamados urgentes.
 
La ayuda chilena
 
Doce toneladas de alimentos y otros artículos de primera necesidad, tres toneladas de medicamentos e insumos médicos, el Puesto de Atención Médica Especializada del Ejército (PAME), 20 médicos del ministerio de Salud, un dactiloscopista del Servicio Médico Legal, junto a dos expertos en identificación de víctimas del Registro Civil.
 
Esto, además de una unidad de despliegue territorial de la ONEMI para la administración de albergues, cuatro perros de búsqueda más seis especialistas de la PDI y dos carabineros, carpas, agua, elementos de cama y pañales desechables, entre otros elementos fueron comprometidos por el gobierno chileno como ayuda humanitaria para los habitantes de Haití.
 
El ministro de Defensa, Francisco Vidal, indicó que el grupo de 510 uniformados nacionales en misión de paz se encuentra en buenas condiciones físicas y se mantienen trabajando activamente e la zona.
 
Además destacó que la preocupación está centrada en las dos compatriotas desaparecidas: Andrea Loi, quien se desempeña en la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití, Minustah, y de María Teresa Dowling, esposa del segundo comandante de las fuerzas de paz chilenas apostadas en Haití, general Ricardo Toro, quien asumió como jefe civil de la ONU en la misión.
 
“Lo bueno dentro de este desastre es que a nuestros hombres y mujeres no les pasó nada. Lo malo es que todavía no encontramos a la señora del general y hay una funcionaria de Naciones Unidas que trabaja ahí que tampoco hemos encontrado. Esto es difícil. Eso es lo que tenemos en este minuto. Lo más importante es que Chile una vez más puede ayudar con sus fuerzas armadas y de orden”, afirmó el secretario de Estado
 
La Presidenta Michelle Bachelet, en tanto, designó al ex canciller Juan Gabriel Valdés como delegado presidencial en la zona para ayudar en la organización del país, puesto que él fue quien desde la intervención de la ONU en Haití estuvo como jefe civil de la Minustah.
 
“He dispuesto que esta misión sea liderada por Juan Gabriel Valdés, quien fue el primer alto comisionado de Naciones Unidas en Haití, que tiene la experiencia y los contactos necesarios para hacer de nuestra ayuda más expedita. Con esto Chile reafirma su compromiso con la comunidad internacional, en especial con el pueblo de Haití con el que sentimos una gran cercanía”, dijo la mandataria.
 
El delegado presidencial viajará a la zona acompañado del Jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional, general, Andrés Avendaño.
 
Luego de reunirse con Bachelet para recibir instrucciones, Valdés, calificó su labor como triste, a la vez que destacó que todas las acciones deben ser rápidas pero bien organizadas y priorizadas, en la repartición de alimentos y la construcción de albergues.
 
“Hay una primera fase que es de rescate y una segunda que es de apoyo y después viene la reconstrucción de una ciudad que quedó totalmente destruida y eso implica hablar con los organismos internacionales y con los países donantes para ver cómo se va a enfrentar una tarea de esta magnitud. Es muy dramático porque no solamente hay que palear el hambre. En este momento, los supermercados están destruidos, por lo tanto, la comida y la dotación de alimentos no es fácil. Hay que tranquilizar a la población para luego construir albergues”, precisó Valdés.
 
Juan Gabriel Valdés, indicó que aún no hay claridad de dónde se restableció el gobierno central, luego de que todos los edificios estatales resultaran cien por ciento destruidos, por lo que habrá que “partir casi de cero” con la administración local.
 
Además, confirmó que el gobierno recibió una propuesta de México, con el fin de coordinar toda la ayuda humanitaria y administrativa con Brasil y Estados Unidos, para trabajar de manera conjunta en Puerto Príncipe. 
 
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