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La campaña por el veinte por ciento

Casi un mes tuvieron los candidatos para hacer campaña antes de la segunda vuelta. Con los resultados de la primera votación en mano, se hizo evidente que el veinte por ciento de electores de Marco Enríquez Ominami serían quienes decidirían el nombre del Presidente, por esto, todos los esfuerzos se enfocaron en conquistarlos, convencer a los indecisos y disuadir a los nulos y blancos. Las estrategias que cada uno implementó fueron distintas, pero llenas de guiños al diputado díscolo. 

Diana Porras y Francisco Mardones

  Sábado 16 de enero 2010 21:22 hrs. 
Radio-Uchile

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Casi un mes tuvieron los candidatos para hacer campaña antes de la segunda vuelta. Con los resultados de la primera votación en mano, se hizo evidente que el veinte por ciento de electores de Marco Enríquez Ominami serían quienes decidirían el nombre del Presidente, por esto, todos los esfuerzos se enfocaron en conquistarlos, convencer a los indecisos y disuadir a los nulos y blancos. Las estrategias que cada uno implementó fueron distintas, pero llenas de guiños al diputado díscolo.  

Frei reordena sus huestes

El 13 de diciembre pasado, los chilenos le dieron apenas el 29,6 por ciento al candidato presidencial de la Concertación, Eduardo Frei Ruiz Tagle. Por eso, la estrategia del entorno del abanderado cambió radicalmente de cara a la segunda vuelta: se fue del comando el director comunicacional Pablo Halpern y lo reemplazó Juan Carvajal, ex jefe de comunicaciones de La Moneda. Además se cambiaron varias piezas, como Sebastián Bowen y Paula Narváez, quienes dejaron de aparecer. El equipo quedó con nueva imagen, nuevo eslogan y encabezado por una generalísima que se sumó el mismo 14 de diciembre a cargo de un grupo de rostros jóvenes. Carolina Tohá dejó la vocería de gobierno para asumir la del candidato, en una decisión que fue alabada incluso por la Presidenta Bachelet.

Ya en su primera intervención, Tohá, marcaba diferencias con Sebastián Piñera y llamaba a no dejar puerta sin golpear en la campaña de enero: "Lo que tenemos como tarea hoy es llegar a esos chilenos y chilenas que comparten valores con nosotros y que en la primera vuelta no estuvieron votando por esta candidatura, pero la elección presidencial es el 17 de enero y ese día queremos llegar luego de convocarlos, y de lograr su confianza".

Dos días después, el 16 de diciembre, durante el acto de relanzamiento de campaña en el Court Central del Estadio Nacional, los asistentes lanzaron una ensordecedora pifiadera a los presidentes de los partidos de la Concertación, que también respondía al emplazamiento que hizo Marco Enríquez Ominami la noche del 13 de diciembre, cuando la pidió la renuncia de los cuatro líderes.

A partir de ahí, el candidato sacó  la voz que había escondido durante todos los meses de campaña para tomar distancia de las cúpulas partidistas y afirmar que, de gobernar por segunda vez, lo iba a hacer con independencia de los partidos.

"Comparto plenamente esta exigencia y demanda. Yo he escuchado el mensaje, lo que se espera es que la política esté a tono con los tiempos y que se produzca la renovación y cambios verdaderos. Les comuniqué a los presidentes de los partidos de la Concertación de mi decisión, que tanto durante mi campaña como en mi futuro gobierno, tomaré con absoluta libertad, autonomía e independencia las determinaciones que me competen", subrayó Frei.

Luego,  los presidentes del Partido Radical, José Antonio Gómez, y del PPD, Pepe Auth, renunciaron a sus cargos. Mientras, el socialista Camilo Escalona convenció al DC Juan Carlos Latorre de no dimitir, y la mismísima Presidenta Bachelet lo mantenía a él en el puesto.

Si bien, la movida pudo haber generado un ambiente de división al interior de la coalición de gobierno y del comando, uno de los coordinadores de Frei, Claudio Orrego, llamaba a olvidar el impasse y trabajar de lleno en las últimas semanas de campaña.

"Creemos que lo importante es dejar atrás ese capítulo y centrarnos en la campaña de Frei. Respetamos profundamente lo que cada uno decida hacer. Me parece que cada persona que actúa en esta materia lo hace pensando en que tenemos que hacernos cargo de este reclamo que nos hace la ciudadanía. Creemos en la diversidad, los chilenos somos muy distintos y los partidos de la Concertación también y hemos sido capaces de administrar esta diversidad en la unidad", indicó el alcalde de Peñalolén.

Inmediatamente Frei sumó a Jorge Arrate y al PC, a figuras del mundo artístico y cultural, a los dirigentes sindicales, la CUT, la ANEF, el Colegio de Profesores, federaciones de estudiantes y algunos importantes colaboradores de Marco Enríquez, como el senador Carlos Ominami y el diputado Esteban Valenzuela. Y, finalmente, a cuatro días de las elecciones al ansiado ex candidato díscolo.

Esto, sumado a los constantes apoyos de la Presidenta Bachelet, quien reiteró, hasta el cansancio que “no da lo mismo quien gobierne”, hizo que Frei subiera como espuma entre el electorado.

Tanto así, que la encuesta MORI le dio un empate técnico con Piñera y algunos estudios encargados por el gobierno aseguraban que Frei le gana “por nariz” al candidato de la Coalición por el Cambio.
 

Piñera: sumar mujeres y nuevos adherentes 

“Quiero convocar desde el fondo del corazón a todos los que quieren un cambio de verdad, a los que sueñan con un Chile con más unidad y menos divisiones (…) a los que luchan por una sociedad más justa y tolerante, que no sólo acepte sino que también respete y valore la diversidad”, con estas palabras el candidato de la Coalición por el Cambio, Sebastián Piñera, le hacía un guiño a Marco Enríquez Ominami cuando recibía los resultados de la primera vuelta y daba el salto para iniciar una nueva campaña. 

El primer paso para la segunda vuelta  fue agregar un contingente femenino de apoyo liderado por Lily Pérez, Marcela Sabat,  Mónica Zalaquet, Karla Rubilar y, posteriormente, Ena Von Baer, como una estrategia para captar también el voto de las mujeres. 

Tres días desde de la primera vuelta fueron suficientes para que algunos personajes del comando de Enríquez Ominami usaran la libertad de acción dada por el ex candidato para unirse a la campaña de la Coalición por el Cambio. Uno de ellos fue Paul Fontaine, principal asesor económico del ex presidenciable independiente, quien afirmó que su idea de progreso estaba más cerca del programa de Piñera.

“Creo que vivir en un país en que el 1.1 de la población gana más que el 50 por ciento más  pobre me parece éticamente inaceptable. Y eso requiere un progreso, un progresismo liberal que lleve a que en verdad este país haga que la gente más necesitada pueda salir de la pobreza y prosperar, y por lo que hemos conversado y hemos visto, yo creo que esto lo encarna el programa de Sebastián”, aseguró Fontaine.

Pero no sólo la adhesión de miembros desde el comando del diputado “díscolo” fue el enganche para Piñera. También intentó acercarse a las ideas propuestas por Enríquez  Ominami, señalando que “si fuera necesario recurrir a la reforma tributaria, lo vamos a hacer, pero sin subir los impuestos a las Pymes y a las personas".

Por otra parte, a comienzos de la campaña de segunda vuelta, Piñera se excusó de asistir a una comparecencia por la querella presentada en su contra por injurias en el caso Banco de Talca, por encontrarse en medio de actividades de campaña.

Desde el gobierno no guardaron silencio.  Neftalí Carabantes, ministro (s) Secretario General de Gobierno dijo que “la ley en Chile rige para todos los habitantes de la República por igual. Nadie, absolutamente nadie, puede estar por sobre la ley, ni siquiera los candidatos a la Presidencia”.

El 5 de enero salen a la luz correos del cientista político Patricio Navia confirmando su apoyo a Piñera en esta segunda vuelta,  y donde le manifiesta su preocupación porque personajes identificados con la dictadura llegarían a puestos clave en su eventual gobierno.

Piñera respondió: “No debes temer”. Pero su jefe de campaña, días después, Rodrigo Hinzpeter aseguró que “ser parte del gobierno militar no es un delito en sí mismo”. Una de las apreciaciones que el propio Sebastián Piñera reiteró en el único debate entre ambos candidatos. 

“Para mí, el hecho de haber trabajado leal y honestamente en cualquier gobierno no es un delito ni es un pecado, sin embargo, nuestro gobierno está mirando al futuro, por lo tanto, vamos a convocar a una nueva generación de chilenos más jóvenes, mujeres. Reitero todo lo dicho, creo que no va a haber ningún ministro del gobierno militar, porque los gabinetes se designan una vez que los Presidentes están electos”. 

Para ambos candidatos se trató de una campaña de segunda vuelta marcada por captar nuevos adherentes y figuras claves para remontar en los votos o asegurar la victoria. Un esfuerzo que finalmente tendrá un resultado que sólo se conocerá al final de esta jornada, una cifra que marcará el futuro del país por cuatro años.
 

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