Con el ingreso de Chile a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la educación chilena está bajo el atento escrutinio del mundo.
Un reciente informe de este organismo, que reúne a los países más desarrollados del planeta, no sólo revela que la educación superior en Chile está entre las más costosas, sino que también el acceso a ésta es uno de los más inequitativos del planeta.
La Prueba de Selección Universitaria (PSU), instrumento que al fin y al cabo determina el ingreso de los jóvenes chilenos a la universidad, está siendo fuertemente criticada, ademá,s desde diversos sectores e inclusive por los propios estudiantes.
Los dirigentes del zonal metropolitano de la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) exigen una reforma al sistema de la PSU y una mayor vigilancia sobre el proceso, apelando a la Ley de Transparencia, para así conocer los términos de la licitación a la auditoría a la que será sometida la prueba durante 2010.
El presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), Julio Sarmiento, criticó el secretismo que rodea la elaboración y los resultados de la PSU.
“Queremos abogar por la transparencia de todos los mecanismos de selección de las instituciones, de los resultados y de las consecuencias sociales. No se le ha hecho una auditoría a la PSU que permita evaluar cómo funciona y cuáles han sido las consecuencias reales de este instrumento aplicado en Chile desde los siete años en que está funcionando. Queremos conocer las bases de esta auditoría para asegurar que ahí se den garantías de calidad, de transparencia y de bien común”, señaló Sarmiento.
Más radical en sus planteamientos es el investigador del Observatorio de Políticas Educacionales (Opech), Juan González, quien dijo que la PSU es un instrumento que acentúa las inequidades de la educación chilena y que el mejor escenario sería eliminarla como mecanismo de acceso a la universidad.
“Lo del puntaje de la PSU se ve favorecido por variables que están asociadas al nivel socioeconómico de los estudiantes, los altos puntajes reflejan el capital social que tiene los chicos más que su desempeño académico. En ese sentido es una medida positiva, ahora lo ideal es que se pudiese eliminar la PSU como un criterio de ingreso que es lo que está discriminando y está generando el nivel de segmentación que ya está aplicado en la educación general y que claramente se refleja en la educación superior también”, aseguró González.
Por su parte, el Consejo de Rectores de Universidades Chilenas (Cruch), anunció que a fines de enero se licitarán las bases para la auditoría que se hará a la Prueba de Selección Universitaria, donde una serie de expertos extranjeros analizarán el mecanismo de acceso a la educación superior en Chile.
El comité que establecerá estas bases está compuesto por representantes del ministerio de Educación, de la vicerrectoría de Asuntos Académicos de la Universidad de Chile y por expertos técnicos del Consejo de Rectores.
Esta situación vendría a profundizar el secretismo en torno a la PSU que hace tiempo rechaza la Confech, por cuanto el comité no incluye a organizaciones de estudiantes ni a representantes de la sociedad civil, indicó el líder de la confederación y presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (FEUC), Joaquín Walker.
“Lo que nos preocupa es que las mismas personas que propusieron cambiar la prueba, quienes son los que la confeccionaron, quienes son los que la evalúan, además establezcan las bases para una licitación de una evaluación de otros organismos. Al final, se da la opción que ellos bajos sus propios intereses establezcan una evaluación de sus propias medidas. Nos parece preocupante, por lo que exigimos mayor participación en la creación de estas bases de licitación, para que mayores actores sociales, ya sean dirigentes estudiantiles con otros miembros de la sociedad civil, puedan contribuir a la construcción de esas bases”, dijo Walker.
La Confech, rechaza además los términos de la evaluación a la que será sometida la Prueba de Selección Universitaria, pues sólo incluye la confiabilidad o la validez predictiva del instrumento y no estaría contemplando las consecuencias sociales que tiene esta prueba, que es la puerta de entrada a la universidad y al mundo profesional para miles de estudiantes cada año.