Pasado el mediodía del martes, hora en que se levantó el toque de queda en Concepción, cientos de personas salieron en masa a las calles, buscando alimentos y agua.
Y pese a que la ciudad – una de las más afectadas por el sismo – amaneció fuertemente militarizada y con sus habitantes organizados en grupos de autodefensa armados para enfrentar los saqueos, de todas formas se registraron algunos principalmente en tiendas de ropa y en supermercados.
Y mientras algunos ciudadanos siguen en búsqueda de alimentos para su subsistencia, continúan las labores de rescate en el edificio Alto Río que después de las reiteradas réplicas terminó por derrumbarse. Aún quedan seis personas por rescatar bajo los escombros.
Luego que el presidente de la Cámara Chilena de Construcción, Lorenzo Constans, reconociera que pudieron haber existido errores en la edificación de las obras colapsada, el presidente de la delegación Regional de la Cámara, Juan Ignacio Ortigosa, dueño de la inmobiliaria que levantó el edificio Alto Río, renunció a su cargo.
“En estos momentos en los que se aplican medidas de emergencia, quisiera pensar que lo más importante es ayudar a las familias afectadas. Efectivamente, el ex presidente de la delegación de Concepción, puso ayer a disposición su cargo para ayudar a la víctimas. Lamentamos la situación y le damos una palabra de aliento y le recomendamos que esté presente en estos momentos mientras se trata de recuperar a las personas que aún están dentro del edificio”, declaro Constans.
Más allá de este episodio, poco a poco comienza a volver la esperanza a la ciudad de Concepción. Incluso, la Presidenta, Michelle Bachelet, señaló desde La Moneda que la situación de la devastada ciudad ya estaría bajo control.
Lentamente el servicio eléctrico se ha ido recuperando en la capital de la octava región y, si bien, sigue la espera de agua potable que ha llevado a los ciudadanos incluso a sacar agua de pozos de los servicentros, ha comenzado a operar la planta “Mochita” que distribuye este servicio para la región. A esto se suma la llegada de la ayuda internacional, materializada en agua, alimentos y hospitales móviles.
Sin embargo, esta mejoría fue cuestionada por la alcaldesa de la ciudad, Jacqueline van Rysselberghe, para quien todo indica que aún falta mucho tiempo para que la ciudad se restablezca completamente, y quien ha criticado con fuerza la lentitud por parte del gobierno.
“Hay algunos sectores del centro de Concepción que están con luz y agua, pero la gran mayoría de las comunas de esta región todavía están a oscuras y sin abastecimiento de agua. Como municipalidad y como representante de las personas puedo señalar que aún no hemos recibido ni siquiera un paquete de tallarines para repartir a la comunidad. Nos informaron que recién mañana vamos a obtener ayuda para poder repartirla entre la gente, después de cinco días del terremoto. Esa es una ineficiencia extrema que no se puede entender”, sentenció la edil.
La población está desesperada por falta de petróleo y bencinas para la calefacción y el desplazamiento, y ha esperado durante horas en las bombas de bencina que se encuentran agotadas.
También hay incertidumbre sobre la llegada de la ayuda. Los víveres acopiados ya estarían en la ciudad pero, hasta la noche de ayer, no habían sido repartidos.
Respecto de ello, el intendente de Concepción, Jaime Tohá, informó que las aproximadamente seis mil bolsas de ayuda familiar se están empaquetando en cajas individuales durante la noche y que serán entregados a los municipios, los que determinarán las necesidades en cada comuna y comenzarán a repartirlos.
Además, este miércoles también comienza la instalación de un segundo puente mecano de dos pistas que en diez días más restauraría completamente la conectividad de la zona.
Pasado el mediodía del martes, hora en que se levantó el toque de queda en Concepción, cientos de personas salieron en masa a las calles, buscando alimentos y agua.
Y pese a que la ciudad – una de las más afectadas por el sismo – amaneció fuertemente militarizada y con sus habitantes organizados en grupos de autodefensa armados para enfrentar los saqueos, de todas formas se registraron algunos principalmente en tiendas de ropa y en supermercados.
Y mientras algunos ciudadanos siguen en búsqueda de alimentos para su subsistencia, continúan las labores de rescate en el edificio Alto Río que después de las reiteradas réplicas terminó por derrumbarse. Aún quedan seis personas por rescatar bajo los escombros.
Luego que el presidente de la Cámara Chilena de Construcción, Lorenzo Constans, reconociera que pudieron haber existido errores en la edificación de las obras colapsada, el presidente de la delegación Regional de la Cámara, Juan Ignacio Ortigosa, dueño de la inmobiliaria que levantó el edificio Alto Río, renunció a su cargo.
“En estos momentos en los que se aplican medidas de emergencia, quisiera pensar que lo más importante es ayudar a las familias afectadas. Efectivamente, el ex presidente de la delegación de Concepción, puso ayer a disposición su cargo para ayudar a la víctimas. Lamentamos la situación y le damos una palabra de aliento y le recomendamos que esté presente en estos momentos mientras se trata de recuperar a las personas que aún están dentro del edificio”, declaro Constans.
Más allá de este episodio, poco a poco comienza a volver la esperanza a la ciudad de Concepción. Incluso, la Presidenta, Michelle Bachelet, señaló desde La Moneda que la situación de la devastada ciudad ya estaría bajo control.
Lentamente el servicio eléctrico se ha ido recuperando en la capital de la octava región y, si bien, sigue la espera de agua potable que ha llevado a los ciudadanos incluso a sacar agua de pozos de los servicentros, ha comenzado a operar la planta “Mochita” que distribuye este servicio para la región. A esto se suma la llegada de la ayuda internacional, materializada en agua, alimentos y hospitales móviles.
Sin embargo, esta mejoría fue cuestionada por la alcaldesa de la ciudad, Jacqueline van Rysselberghe, para quien todo indica que aún falta mucho tiempo para que la ciudad se restablezca completamente, y quien ha criticado con fuerza la lentitud por parte del gobierno.
“Hay algunos sectores del centro de Concepción que están con luz y agua, pero la gran mayoría de las comunas de esta región todavía están a oscuras y sin abastecimiento de agua. Como municipalidad y como representante de las personas puedo señalar que aún no hemos recibido ni siquiera un paquete de tallarines para repartir a la comunidad. Nos informaron que recién mañana vamos a obtener ayuda para poder repartirla entre la gente, después de cinco días del terremoto. Esa es una ineficiencia extrema que no se puede entender”, sentenció la edil.
La población está desesperada por falta de petróleo y bencinas para la calefacción y el desplazamiento, y ha esperado durante horas en las bombas de bencina que se encuentran agotadas.
También hay incertidumbre sobre la llegada de la ayuda. Los víveres acopiados ya estarían en la ciudad pero, hasta la noche de ayer, no habían sido repartidos.
Respecto de ello, el intendente de Concepción, Jaime Tohá, informó que las aproximadamente seis mil bolsas de ayuda familiar se están empaquetando en cajas individuales durante la noche y que serán entregados a los municipios, los que determinarán las necesidades en cada comuna y comenzarán a repartirlos.
Además, este miércoles también comienza la instalación de un segundo puente mecano de dos pistas que en diez días más restauraría completamente la conectividad de la zona.
Pasado el mediodía del martes, hora en que se levantó el toque de queda en Concepción, cientos de personas salieron en masa a las calles, buscando alimentos y agua.
Y pese a que la ciudad – una de las más afectadas por el sismo – amaneció fuertemente militarizada y con sus habitantes organizados en grupos de autodefensa armados para enfrentar los saqueos, de todas formas se registraron algunos principalmente en tiendas de ropa y en supermercados.
Y mientras algunos ciudadanos siguen en búsqueda de alimentos para su subsistencia, continúan las labores de rescate en el edificio Alto Río que después de las reiteradas réplicas terminó por derrumbarse. Aún quedan seis personas por rescatar bajo los escombros.
Luego que el presidente de la Cámara Chilena de Construcción, Lorenzo Constans, reconociera que pudieron haber existido errores en la edificación de las obras colapsada, el presidente de la delegación Regional de la Cámara, Juan Ignacio Ortigosa, dueño de la inmobiliaria que levantó el edificio Alto Río, renunció a su cargo.
“En estos momentos en los que se aplican medidas de emergencia, quisiera pensar que lo más importante es ayudar a las familias afectadas. Efectivamente, el ex presidente de la delegación de Concepción, puso ayer a disposición su cargo para ayudar a la víctimas. Lamentamos la situación y le damos una palabra de aliento y le recomendamos que esté presente en estos momentos mientras se trata de recuperar a las personas que aún están dentro del edificio”, declaro Constans.
Más allá de este episodio, poco a poco comienza a volver la esperanza a la ciudad de Concepción. Incluso, la Presidenta, Michelle Bachelet, señaló desde La Moneda que la situación de la devastada ciudad ya estaría bajo control.
Lentamente el servicio eléctrico se ha ido recuperando en la capital de la octava región y, si bien, sigue la espera de agua potable que ha llevado a los ciudadanos incluso a sacar agua de pozos de los servicentros, ha comenzado a operar la planta “Mochita” que distribuye este servicio para la región. A esto se suma la llegada de la ayuda internacional, materializada en agua, alimentos y hospitales móviles.
Sin embargo, esta mejoría fue cuestionada por la alcaldesa de la ciudad, Jacqueline van Rysselberghe, para quien todo indica que aún falta mucho tiempo para que la ciudad se restablezca completamente, y quien ha criticado con fuerza la lentitud por parte del gobierno.
“Hay algunos sectores del centro de Concepción que están con luz y agua, pero la gran mayoría de las comunas de esta región todavía están a oscuras y sin abastecimiento de agua. Como municipalidad y como representante de las personas puedo señalar que aún no hemos recibido ni siquiera un paquete de tallarines para repartir a la comunidad. Nos informaron que recién mañana vamos a obtener ayuda para poder repartirla entre la gente, después de cinco días del terremoto. Esa es una ineficiencia extrema que no se puede entender”, sentenció la edil.
La población está desesperada por falta de petróleo y bencinas para la calefacción y el desplazamiento, y ha esperado durante horas en las bombas de bencina que se encuentran agotadas.
También hay incertidumbre sobre la llegada de la ayuda. Los víveres acopiados ya estarían en la ciudad pero, hasta la noche de ayer, no habían sido repartidos.
Respecto de ello, el intendente de Concepción, Jaime Tohá, informó que las aproximadamente seis mil bolsas de ayuda familiar se están empaquetando en cajas individuales durante la noche y que serán entregados a los municipios, los que determinarán las necesidades en cada comuna y comenzarán a repartirlos.
Además, este miércoles también comienza la instalación de un segundo puente mecano de dos pistas que en diez días más restauraría completamente la conectividad de la zona.
