Luego de suplir las necesidades básicas de las víctimas, se hará necesario la asistencia emocional para evitar problemas psicológicos como consecuencia del trauma. Además recomiendan potenciar el rol de los líderes y entregar información certera.

Las palabras del intendente de la región Metropolitana, Igor Garafulic, haciendo un llamado a la calma por la ola de rumores sobre saqueos y asaltos, reflejan parte de la situación que se vive en el país.

La descoordinación descubierta entre La Armada, las autoridades de gobierno y la Onemi por no dar la alarma de maremoto a tiempo, sólo ha causado más temor en una población que no termina de creer lo que ocurrió.

Este escenario, según los especialistas, sólo puede cambiar en la medida en que los líderes elegidos por la población sean sinceros en la información que entregan y se logre lentamente retornar a las actividades normales.

"La persona se ve enfrentada a una incertidumbre muy grande y entre creer y no tener otra información es lo único que tiene. Me parece que es importante que las autoridades administrativas, policiales, los líderes naturales asuman su rol y sean responsables con la información que entreguen y tomen posesión de su rol y actualmente es importante que las personas tengan el máximo de información posible", explicó la directora de la clínica psiquiátrica de la Universidad de Chile, Gabriela Rojas.

La especialista en problemas mentales post eventos traumáticos enfatizó en la necesidad de invertir materia psicológica, tanto de públicos como privados, para que el sistema pueda volver a funcionar.

"Es un evento traumático de alta intensidad y, por lo tanto, va a producir en forma normal reacciones angustiosas y depresivas en la gran mayoría de la población, no solamente en las personas más vulnerables. Después de una primera etapa se producen actos de violencia, hay un aumento de la delincuencia y la intensidad de los actos tiene relación también con la capacidad que tenga el sistema de entrar nuevamente en funcionamiento y de los liderazgos que se puedan implantar en ese momento", señaló la psiquiatra.

Ideas que comparte la socióloga y directora del Programa de Seguridad de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), Lucía Dammert, quien indicó que es fundamental un apoyo psicológico para evitar otras desgracias, como los suicidios y problemas sicológicos que se  han registrado después de guerras o el huracán Katrina en Nueva Orleans.

"El shock que esta experiencia de catástrofe ha originado probablemente vamos a empezar a vivirlo recién cuando las situaciones más trágicas hayan pasado y se haya quedado en nuestra mente más bien la precariedad. Por eso, el Estado tiene que llegar no sólo con hospitales y camas, sino también con servicios que empiecen a enfrentar las situaciones de duelo, de pérdida, de indefensión que siente la población en general y también reconocer los problemas que han habido y tratar de evitar frustraciones que pueden devenir en violencia social, suicidios, alcoholismo, desempleo", dijo  Dammert

Los psiquiatras de la Universidad de Chile recomiendan acompañar a los sobrevivientes, e intentar de alguna forma solucionar sus problemas. Los cuales pueden ir desde entregar víveres y servicios básicos, hasta llevar a  un especialista en estructuras para calmar a una persona preocupada por el estado de su vivienda.

Respecto del pánico, los expertos indican que si bien no es una conducta típica de la población, es considerada “normal” luego de una catástrofe de esta magnitud. En este sentido, recomiendan darles funciones a las personas que presenten estos cuadros, para que dejen de pensar negativamente. Además aconsejan entregar información certera de lo que ocurre y evitar alarmarse o perder el control cerca de ellas.

Finalmente, es necesario que todas las personas puedan ser escuchadas y se desahoguen respecto de lo que sienten. Ya que de esta forma se sienten tomados en cuenta y se evita el sentimiento de soledad y desamparo que desencadena severos problemas psicológicos.