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Año XVI, 28 de marzo de 2024


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Presidente del Colegio de Ingenieros: “La norma asegura el no colapso, pero no el interior de los edificios

El estado de las edificaciones que, pese a quedar en pie después del terremoto presentan graves daños en su construcción, preocupa a los propietarios que, en algunos casos, han sido evacuados de sus viviendas por posibles derrumbes. Ante esto, el Presidente del Colegio de Ingenieros, Fernando Agüero, indicó que la normativa sobre la estructura es exigente, no así lo que regula el interior de los inmuebles. 

Loreto Soto

  Miércoles 3 de marzo 2010 21:25 hrs. 
Radio-Uchile

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Más allá de las construcciones y viviendas que resultaron dañadas por el devastador terremoto que azotó al país el sábado pasado, por estos días la preocupación se ha centrado en las edificaciones que, pese a resistir el sismo, hoy presentan fallas que podrían poner en riesgo la seguridad de las personas que los habitan.

Esta situación se ha percibido incluso en Santiago, donde un edificio ubicado en pleno centro, en la intersección de las calles Presidente Balmaceda y General Baquedano, fue desalojado la madrugada del miércoles debido a las serias fallas estructurales que presentan. A esto se suma el caso del edificio Emerald ubicado en avenida Irarrázaval, en la comuna de Ñuñoa, que está inclinado y con riesgos de derribarse sobre otra construcción vecina.

Según el presidente del Colegio de Ingenieros, Fernando Agüero, “lo que es propiamente estructural ha respondido mucho mejor ante este sismo que al del 85, considerando la mayor intensidad, sin embargo, todo lo interior como estucos, paneles y muros divisorios puede sufrir daños”.

Y aunque este segundo nivel no es determinante a la hora del desplome de una construcción, perjudica considerablemente la calidad de vida de los propietarios.

“En la actualidad hay más construcciones en altura. La condición antisísmica hace que los edificios tengan mayor flexibilidad, es decir, que se comporten mejor ante los terremotos. Su  estructura es más liviana, por lo que se  puede mover  más sin desplomarse. Esto se puede graficar como una juguera, el vaso es lo primario y todo lo que se le agrega es el segundo nivel”, dijo el profesional y agregó que “la primera está plenamente normada en el país, pero en las estructuras internas hay poco control”.

En este sentido, Agüero señaló que “corresponde apelar a la ley de calidad de la construcción  porque, en estos momentos, no está vinculando  la seguridad a la calidad. La norma asegura el no colapso, pero no está resguardando la seguridad de las construcciones complementarias”.

Es el caso de las oficinas donde la mayoría de la inmobiliarias entregan las denominadas “plantas libres”, es decir, pilares, vigas, lozas y ascensores y todo lo interior queda bajo la responsabilidad de los dueños. Ante esto, el experto precisó que “no está calculado por nadie que los elementos que se agregan vayan a resistir el terremoto”.

Por otra parte, el líder del gremio aseguró que “como regla general, el determinar si hay una falla estructural en una construcción, ya sea en vivienda de uno o dos pisos o en un edificio, no es un tema sencillo y no es algo que pueda diagnosticar cualquier persona. Ningún propietario está capacitado para determinar si hay una falla estructural cuando observa grietas, panderetas caídas o estucos separados”.

Para eso es recomendable acudir a un ingeniero estructural o a un arquitecto especialista en la materia, únicos profesionales calificados para decidir si es necesario demoler o reparar alguna construcción.

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