Los economistas afirmaron que el país cuenta con las holguras fiscales suficientes y acceso al mercado de capitales externo para financiar el plan de reconstrucción y que, pese a este escenario, las metas del gobierno de Sebastián Piñera no deberían sufrir cambios radicales.
Ante la nueva realidad y las exigencias que demandará la reconstrucción del país después del terremoto, el Presidente electo Sebastián Piñera anunció que hará algunos ajustes y cambios en el programa de su mandato.
El envío de un proyecto de ley para adecuar las glosas de la Ley de Presupuestos 2010 y la modificación al sistema de alerta temprana son algunos de los cambios que adelantó el futuro gobernante, sin embargo, todavía se desconoce qué mecanismos echará a andar para conseguir el financiamiento de la reconstrucción.
Pese a que Piñera confirmó que otra de sus prioridades legislativas será el proyecto denominado como el “bono marzo de 40.000 pesos”, sigue en la incertidumbre cuál será el destino de la promesa electoral de crear un millón de empleos y un crecimiento anual del PIB de seis por ciento.
El presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC), Rafael Guilisasti, sostuvo que evidentemente la agenda de la próxima administración sufrirá modificaciones a raíz del sismo, pero afirmó que la reconstrucción de las zonas más devastadas por la catástrofe generará más empleo y repunte en la actividad.
“El país es distinto después del terremoto y tsunami. Se van a readecuar los programas, hay prioridades distintas, me imagino que la reconstrucción pasa a ser número uno, eso genera empleo, creo que también hay un dinamismo económico que reestablecida la normalidad del país va a florecer posteriormente”, sostuvo.
Respecto de la situación fiscal que heredará Piñera del actual gobierno, el economista del instituto Cenda, Manuel Riesco, señaló que las finanzas públicas hoy se encuentran en uno de sus mejores momentos de la Historia de Chile para enfrentar una emergencia de este tipo y aseguró que el proceso de reconstrucción producirá dividendos para el futuro mandatario.
“Nunca un gobierno en la Historia ha recibido una situación fiscal tan holgada como la que recibe el gobierno de Piñera. El terremoto tiene, como toda catástrofe de este tipo, un aspecto en la economía que significa curiosamente lo contrario, es decir, un estímulo. Una catástrofe como esta va a tener un efecto reactivador muy estimulante si Piñera hace lo que tiene que hacer, es decir, reconstruir como corresponde, con los recursos que tiene”, afirmó Riesco.
En tanto, el analista de BanChile Inversiones, Rodrigo Aravena, dijo que los recursos para el levantamiento de las viviendas e infraestructura caídas pueden obtenerse de los ahorros que tiene el país en el exterior, de la emisión de deuda interna o de créditos en el mercado de capitales.
“Creemos que el nuevo presupuesto va a tener un crecimiento mayor del gasto fiscal, el incremento del gasto podría superar los tres mil millones de dólares. En ese contexto, los recursos para financiar serían una mayor emisión de deuda en el mercado local, a través de una mayor emisión de bonos, podría ser también mediante la utilización de recursos provenientes del Fondo de Estabilización Económica y de deuda con organismos internacionales”.
Hasta ahora no hay un dato exacto sobre la destrucción de capital físico que tuvo el aparato productivo, la infraestructura vial y viviendas, sin embargo, diversas entidades financieras han estimado que el monto de los daños superaría los 30 mil millones de dólares.
Los economistas afirmaron que el país cuenta con las holguras fiscales suficientes y acceso al mercado de capitales externo para financiar el plan de reconstrucción y que, pese a este escenario, las metas del gobierno de Sebastián Piñera no deberían sufrir cambios radicales.
Ante la nueva realidad y las exigencias que demandará la reconstrucción del país después del terremoto, el Presidente electo Sebastián Piñera anunció que hará algunos ajustes y cambios en el programa de su mandato.
El envío de un proyecto de ley para adecuar las glosas de la Ley de Presupuestos 2010 y la modificación al sistema de alerta temprana son algunos de los cambios que adelantó el futuro gobernante, sin embargo, todavía se desconoce qué mecanismos echará a andar para conseguir el financiamiento de la reconstrucción.
Pese a que Piñera confirmó que otra de sus prioridades legislativas será el proyecto denominado como el “bono marzo de 40.000 pesos”, sigue en la incertidumbre cuál será el destino de la promesa electoral de crear un millón de empleos y un crecimiento anual del PIB de seis por ciento.
El presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC), Rafael Guilisasti, sostuvo que evidentemente la agenda de la próxima administración sufrirá modificaciones a raíz del sismo, pero afirmó que la reconstrucción de las zonas más devastadas por la catástrofe generará más empleo y repunte en la actividad.
“El país es distinto después del terremoto y tsunami. Se van a readecuar los programas, hay prioridades distintas, me imagino que la reconstrucción pasa a ser número uno, eso genera empleo, creo que también hay un dinamismo económico que reestablecida la normalidad del país va a florecer posteriormente”, sostuvo.
Respecto de la situación fiscal que heredará Piñera del actual gobierno, el economista del instituto Cenda, Manuel Riesco, señaló que las finanzas públicas hoy se encuentran en uno de sus mejores momentos de la Historia de Chile para enfrentar una emergencia de este tipo y aseguró que el proceso de reconstrucción producirá dividendos para el futuro mandatario.
“Nunca un gobierno en la Historia ha recibido una situación fiscal tan holgada como la que recibe el gobierno de Piñera. El terremoto tiene, como toda catástrofe de este tipo, un aspecto en la economía que significa curiosamente lo contrario, es decir, un estímulo. Una catástrofe como esta va a tener un efecto reactivador muy estimulante si Piñera hace lo que tiene que hacer, es decir, reconstruir como corresponde, con los recursos que tiene”, afirmó Riesco.
En tanto, el analista de BanChile Inversiones, Rodrigo Aravena, dijo que los recursos para el levantamiento de las viviendas e infraestructura caídas pueden obtenerse de los ahorros que tiene el país en el exterior, de la emisión de deuda interna o de créditos en el mercado de capitales.
“Creemos que el nuevo presupuesto va a tener un crecimiento mayor del gasto fiscal, el incremento del gasto podría superar los tres mil millones de dólares. En ese contexto, los recursos para financiar serían una mayor emisión de deuda en el mercado local, a través de una mayor emisión de bonos, podría ser también mediante la utilización de recursos provenientes del Fondo de Estabilización Económica y de deuda con organismos internacionales”.
Hasta ahora no hay un dato exacto sobre la destrucción de capital físico que tuvo el aparato productivo, la infraestructura vial y viviendas, sin embargo, diversas entidades financieras han estimado que el monto de los daños superaría los 30 mil millones de dólares.
Los economistas afirmaron que el país cuenta con las holguras fiscales suficientes y acceso al mercado de capitales externo para financiar el plan de reconstrucción y que, pese a este escenario, las metas del gobierno de Sebastián Piñera no deberían sufrir cambios radicales.
Ante la nueva realidad y las exigencias que demandará la reconstrucción del país después del terremoto, el Presidente electo Sebastián Piñera anunció que hará algunos ajustes y cambios en el programa de su mandato.
El envío de un proyecto de ley para adecuar las glosas de la Ley de Presupuestos 2010 y la modificación al sistema de alerta temprana son algunos de los cambios que adelantó el futuro gobernante, sin embargo, todavía se desconoce qué mecanismos echará a andar para conseguir el financiamiento de la reconstrucción.
Pese a que Piñera confirmó que otra de sus prioridades legislativas será el proyecto denominado como el “bono marzo de 40.000 pesos”, sigue en la incertidumbre cuál será el destino de la promesa electoral de crear un millón de empleos y un crecimiento anual del PIB de seis por ciento.
El presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC), Rafael Guilisasti, sostuvo que evidentemente la agenda de la próxima administración sufrirá modificaciones a raíz del sismo, pero afirmó que la reconstrucción de las zonas más devastadas por la catástrofe generará más empleo y repunte en la actividad.
“El país es distinto después del terremoto y tsunami. Se van a readecuar los programas, hay prioridades distintas, me imagino que la reconstrucción pasa a ser número uno, eso genera empleo, creo que también hay un dinamismo económico que reestablecida la normalidad del país va a florecer posteriormente”, sostuvo.
Respecto de la situación fiscal que heredará Piñera del actual gobierno, el economista del instituto Cenda, Manuel Riesco, señaló que las finanzas públicas hoy se encuentran en uno de sus mejores momentos de la Historia de Chile para enfrentar una emergencia de este tipo y aseguró que el proceso de reconstrucción producirá dividendos para el futuro mandatario.
“Nunca un gobierno en la Historia ha recibido una situación fiscal tan holgada como la que recibe el gobierno de Piñera. El terremoto tiene, como toda catástrofe de este tipo, un aspecto en la economía que significa curiosamente lo contrario, es decir, un estímulo. Una catástrofe como esta va a tener un efecto reactivador muy estimulante si Piñera hace lo que tiene que hacer, es decir, reconstruir como corresponde, con los recursos que tiene”, afirmó Riesco.
En tanto, el analista de BanChile Inversiones, Rodrigo Aravena, dijo que los recursos para el levantamiento de las viviendas e infraestructura caídas pueden obtenerse de los ahorros que tiene el país en el exterior, de la emisión de deuda interna o de créditos en el mercado de capitales.
“Creemos que el nuevo presupuesto va a tener un crecimiento mayor del gasto fiscal, el incremento del gasto podría superar los tres mil millones de dólares. En ese contexto, los recursos para financiar serían una mayor emisión de deuda en el mercado local, a través de una mayor emisión de bonos, podría ser también mediante la utilización de recursos provenientes del Fondo de Estabilización Económica y de deuda con organismos internacionales”.
Hasta ahora no hay un dato exacto sobre la destrucción de capital físico que tuvo el aparato productivo, la infraestructura vial y viviendas, sin embargo, diversas entidades financieras han estimado que el monto de los daños superaría los 30 mil millones de dólares.
