Este lunes el ministerio de Salud inició el programa de vacunación gratuita contra la influenza AH1N1, enfocado en el personal de salud y que proseguirá con mujeres embarazadas con más de 13 semanas de gestación, los niños entre 6 y 23 meses de edad, los enfermos crónicos y los mayores de 65 años.
El ministerio espera vacunar a cerca de cuatro millones de personas en todo el país, quienes deben acudir a consultorios, postas rurales y vacunatorios del sistema privado.
El infectólogo del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, doctor Mario Luppi, afirma que cerca de un 95 por ciento de los casos de influenza que se presenten este año corresponderán a la llamada influenza humana.
En el programa Semáforo de Radio Universidad de Chile, el especialista valoró los esfuerzos realizados por la cartera de salud el año pasado y destacó que se estén tomando medidas a tiempo.
El médico enfatizó que esta enfermedad es transversal y advirtió que el ministerio de Salud tendrá que adoptar un plan especial en las regiones afectadas por el terremoto y maremoto: “Evidentemente las personas que están viviendo hacinadas en albergues tienen una mayor facilidad para la transmisión. El ministerio debiera hacer un catastro de la situación y priorizarlos dentro de los grupos de riesgos. Debe haber una buena distribución de los recursos, grandes cantidades de mascarillas, alcohol gel…” dijo.
El especialista dijo que, además de la vacunación, es recomendable tomar las medidas generales para evitar enfermedades respiratorias como no exponerse a cambios de temperatura, evitar la calefacción en espacios sin ventilación y disminuir el contacto con el humo de cigarro, entre otros.
Para una detección temprana, el médico recalcó que los síntomas son una fiebre mayor a 38 grados, tos frecuente e intensa, dolor de cabeza, congestión nasal, fatiga, falta de apetito, dolor muscular severo e incluso algunos síntomas digestivos como vómitos o diarrea en algunos casos.
El doctor Luppi entregó una señal de tranquilidad respecto a la mortalidad del virus, recordando que incluso el año pasado no tuvo tantas víctimas como la influenza estacional: “No debe interpretarse como que esta influenza va a matar más que la otra. Sólo se pudo establecer grupos de riesgo que, una vez que contraían la infección, podrían complicarse más rápidamente con fallas respiratorias y neumonías bacterianas muy severas. Los tres grupos con mayor relevancia fueron los jóvenes, pacientes obesos y con patologías respiratorias y las embarazadas”, advirtió.
El infectólogo del Hospital Clínico de la Universidad de Chile explicó que, si bien existe un grupo de riesgo, cualquier persona fuera de éste puede comprar la vacuna, que acorta el período de síntomas, disminuye el riesgo de complicaciones y permite un menos ausentismo laboral.
Este lunes el ministerio de Salud inició el programa de vacunación gratuita contra la influenza AH1N1, enfocado en el personal de salud y que proseguirá con mujeres embarazadas con más de 13 semanas de gestación, los niños entre 6 y 23 meses de edad, los enfermos crónicos y los mayores de 65 años.
El ministerio espera vacunar a cerca de cuatro millones de personas en todo el país, quienes deben acudir a consultorios, postas rurales y vacunatorios del sistema privado.
El infectólogo del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, doctor Mario Luppi, afirma que cerca de un 95 por ciento de los casos de influenza que se presenten este año corresponderán a la llamada influenza humana.
En el programa Semáforo de Radio Universidad de Chile, el especialista valoró los esfuerzos realizados por la cartera de salud el año pasado y destacó que se estén tomando medidas a tiempo.
El médico enfatizó que esta enfermedad es transversal y advirtió que el ministerio de Salud tendrá que adoptar un plan especial en las regiones afectadas por el terremoto y maremoto: “Evidentemente las personas que están viviendo hacinadas en albergues tienen una mayor facilidad para la transmisión. El ministerio debiera hacer un catastro de la situación y priorizarlos dentro de los grupos de riesgos. Debe haber una buena distribución de los recursos, grandes cantidades de mascarillas, alcohol gel…” dijo.
El especialista dijo que, además de la vacunación, es recomendable tomar las medidas generales para evitar enfermedades respiratorias como no exponerse a cambios de temperatura, evitar la calefacción en espacios sin ventilación y disminuir el contacto con el humo de cigarro, entre otros.
Para una detección temprana, el médico recalcó que los síntomas son una fiebre mayor a 38 grados, tos frecuente e intensa, dolor de cabeza, congestión nasal, fatiga, falta de apetito, dolor muscular severo e incluso algunos síntomas digestivos como vómitos o diarrea en algunos casos.
El doctor Luppi entregó una señal de tranquilidad respecto a la mortalidad del virus, recordando que incluso el año pasado no tuvo tantas víctimas como la influenza estacional: “No debe interpretarse como que esta influenza va a matar más que la otra. Sólo se pudo establecer grupos de riesgo que, una vez que contraían la infección, podrían complicarse más rápidamente con fallas respiratorias y neumonías bacterianas muy severas. Los tres grupos con mayor relevancia fueron los jóvenes, pacientes obesos y con patologías respiratorias y las embarazadas”, advirtió.
El infectólogo del Hospital Clínico de la Universidad de Chile explicó que, si bien existe un grupo de riesgo, cualquier persona fuera de éste puede comprar la vacuna, que acorta el período de síntomas, disminuye el riesgo de complicaciones y permite un menos ausentismo laboral.
Este lunes el ministerio de Salud inició el programa de vacunación gratuita contra la influenza AH1N1, enfocado en el personal de salud y que proseguirá con mujeres embarazadas con más de 13 semanas de gestación, los niños entre 6 y 23 meses de edad, los enfermos crónicos y los mayores de 65 años.
El ministerio espera vacunar a cerca de cuatro millones de personas en todo el país, quienes deben acudir a consultorios, postas rurales y vacunatorios del sistema privado.
El infectólogo del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, doctor Mario Luppi, afirma que cerca de un 95 por ciento de los casos de influenza que se presenten este año corresponderán a la llamada influenza humana.
En el programa Semáforo de Radio Universidad de Chile, el especialista valoró los esfuerzos realizados por la cartera de salud el año pasado y destacó que se estén tomando medidas a tiempo.
El médico enfatizó que esta enfermedad es transversal y advirtió que el ministerio de Salud tendrá que adoptar un plan especial en las regiones afectadas por el terremoto y maremoto: “Evidentemente las personas que están viviendo hacinadas en albergues tienen una mayor facilidad para la transmisión. El ministerio debiera hacer un catastro de la situación y priorizarlos dentro de los grupos de riesgos. Debe haber una buena distribución de los recursos, grandes cantidades de mascarillas, alcohol gel…” dijo.
El especialista dijo que, además de la vacunación, es recomendable tomar las medidas generales para evitar enfermedades respiratorias como no exponerse a cambios de temperatura, evitar la calefacción en espacios sin ventilación y disminuir el contacto con el humo de cigarro, entre otros.
Para una detección temprana, el médico recalcó que los síntomas son una fiebre mayor a 38 grados, tos frecuente e intensa, dolor de cabeza, congestión nasal, fatiga, falta de apetito, dolor muscular severo e incluso algunos síntomas digestivos como vómitos o diarrea en algunos casos.
El doctor Luppi entregó una señal de tranquilidad respecto a la mortalidad del virus, recordando que incluso el año pasado no tuvo tantas víctimas como la influenza estacional: “No debe interpretarse como que esta influenza va a matar más que la otra. Sólo se pudo establecer grupos de riesgo que, una vez que contraían la infección, podrían complicarse más rápidamente con fallas respiratorias y neumonías bacterianas muy severas. Los tres grupos con mayor relevancia fueron los jóvenes, pacientes obesos y con patologías respiratorias y las embarazadas”, advirtió.
El infectólogo del Hospital Clínico de la Universidad de Chile explicó que, si bien existe un grupo de riesgo, cualquier persona fuera de éste puede comprar la vacuna, que acorta el período de síntomas, disminuye el riesgo de complicaciones y permite un menos ausentismo laboral.
