Después de 37 años fueron finalmente sepultados 13 de los 15 cuerpos de campesinos de Isla de Maipo asesinados a golpes por funcionarios de Carabineros luego del 11 de septiembre de 1973 y cuyos restos fueron arrojados a los hornos de cal situados en el sector de Lonquén.
El sábado se realizó una ceremonia donde asistieron cerca de 3 mil personas y donde el Servicio Médico Legal entregó a los familiares las osamentas que en 2006 fueron exhumadas en el marco del proceso que se abrió por los crímenes.
El domingo, en tanto, los restos fueron sepultados en el Cementerio de Isla de Maipo en un mausoleo especialmente inaugurado para estos efectos en octubre de 2008.
Juan Luis Gumucio, miembro de la Corporación Lonquén, destacó el ambiente que rodeó la ceremonia.
“El primer sentimiento es de alegría, también hay pena, porque después de tanto tiempo se puede enterrar a nuestros seres queridos. Hay mucha emoción por lo que significa para las familias que han buscando por varios años poder dar un funeral digno a sus familiares”, indicó Gumucio.
Quien también estuvo presente en las exequias fue la Presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Lorena Pizarro, quien advirtió que aún falta que se haga justicia en este caso.
“Aquí no se cierra el ciclo porque faltan los nombres, el enjuiciamiento y la cárcel de quienes los secuestraron, torturaron, asesinaron en esa mina de cal para lanzarlos después a una fosa común, por lo tanto, queda algo fundamental como es el enjuiciamiento y la cárcel efectiva para todos los que participaron de estos crímenes”, señaló la dirigente.
Similar opinión tiene el Presidente de la Agrupación de Familiares de Víctimas de Lonquén, Emilio Astudillo, quien recordó que existe un proceso judicial en curso.
“Queremos que los responsables de las muertes de nuestros familiares sean enjuiciados. Es parte del proceso judicial la determinación de las víctimas y ahora vienen la acusaciones, las investigaciones para identificar a los culpables”, sostuvo Astudillo.
Los restos de los otros dos trabajadores agrícolas, Óscar Hernández Flores y Manuel Jesús Navarro, aún no han podido ser identificados.
Después de 37 años fueron finalmente sepultados 13 de los 15 cuerpos de campesinos de Isla de Maipo asesinados a golpes por funcionarios de Carabineros luego del 11 de septiembre de 1973 y cuyos restos fueron arrojados a los hornos de cal situados en el sector de Lonquén.
El sábado se realizó una ceremonia donde asistieron cerca de 3 mil personas y donde el Servicio Médico Legal entregó a los familiares las osamentas que en 2006 fueron exhumadas en el marco del proceso que se abrió por los crímenes.
El domingo, en tanto, los restos fueron sepultados en el Cementerio de Isla de Maipo en un mausoleo especialmente inaugurado para estos efectos en octubre de 2008.
Juan Luis Gumucio, miembro de la Corporación Lonquén, destacó el ambiente que rodeó la ceremonia.
“El primer sentimiento es de alegría, también hay pena, porque después de tanto tiempo se puede enterrar a nuestros seres queridos. Hay mucha emoción por lo que significa para las familias que han buscando por varios años poder dar un funeral digno a sus familiares”, indicó Gumucio.
Quien también estuvo presente en las exequias fue la Presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Lorena Pizarro, quien advirtió que aún falta que se haga justicia en este caso.
“Aquí no se cierra el ciclo porque faltan los nombres, el enjuiciamiento y la cárcel de quienes los secuestraron, torturaron, asesinaron en esa mina de cal para lanzarlos después a una fosa común, por lo tanto, queda algo fundamental como es el enjuiciamiento y la cárcel efectiva para todos los que participaron de estos crímenes”, señaló la dirigente.
Similar opinión tiene el Presidente de la Agrupación de Familiares de Víctimas de Lonquén, Emilio Astudillo, quien recordó que existe un proceso judicial en curso.
“Queremos que los responsables de las muertes de nuestros familiares sean enjuiciados. Es parte del proceso judicial la determinación de las víctimas y ahora vienen la acusaciones, las investigaciones para identificar a los culpables”, sostuvo Astudillo.
Los restos de los otros dos trabajadores agrícolas, Óscar Hernández Flores y Manuel Jesús Navarro, aún no han podido ser identificados.
Después de 37 años fueron finalmente sepultados 13 de los 15 cuerpos de campesinos de Isla de Maipo asesinados a golpes por funcionarios de Carabineros luego del 11 de septiembre de 1973 y cuyos restos fueron arrojados a los hornos de cal situados en el sector de Lonquén.
El sábado se realizó una ceremonia donde asistieron cerca de 3 mil personas y donde el Servicio Médico Legal entregó a los familiares las osamentas que en 2006 fueron exhumadas en el marco del proceso que se abrió por los crímenes.
El domingo, en tanto, los restos fueron sepultados en el Cementerio de Isla de Maipo en un mausoleo especialmente inaugurado para estos efectos en octubre de 2008.
Juan Luis Gumucio, miembro de la Corporación Lonquén, destacó el ambiente que rodeó la ceremonia.
“El primer sentimiento es de alegría, también hay pena, porque después de tanto tiempo se puede enterrar a nuestros seres queridos. Hay mucha emoción por lo que significa para las familias que han buscando por varios años poder dar un funeral digno a sus familiares”, indicó Gumucio.
Quien también estuvo presente en las exequias fue la Presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Lorena Pizarro, quien advirtió que aún falta que se haga justicia en este caso.
“Aquí no se cierra el ciclo porque faltan los nombres, el enjuiciamiento y la cárcel de quienes los secuestraron, torturaron, asesinaron en esa mina de cal para lanzarlos después a una fosa común, por lo tanto, queda algo fundamental como es el enjuiciamiento y la cárcel efectiva para todos los que participaron de estos crímenes”, señaló la dirigente.
Similar opinión tiene el Presidente de la Agrupación de Familiares de Víctimas de Lonquén, Emilio Astudillo, quien recordó que existe un proceso judicial en curso.
“Queremos que los responsables de las muertes de nuestros familiares sean enjuiciados. Es parte del proceso judicial la determinación de las víctimas y ahora vienen la acusaciones, las investigaciones para identificar a los culpables”, sostuvo Astudillo.
Los restos de los otros dos trabajadores agrícolas, Óscar Hernández Flores y Manuel Jesús Navarro, aún no han podido ser identificados.
