Nuevo inicio de “temporada de esmog” sin medidas concretas

Nuevamente llegó el periodo de mayor contaminación ambiental sin que se implementen estrategias efectivas para mejorar la calidad del aire y evitar la crisis hospitalaria, que este año podría verse acrecentada por los centros de Salud destruidos con el terremoto.

Nuevamente llegó el periodo de mayor contaminación ambiental sin que se implementen estrategias efectivas para mejorar la calidad del aire y evitar la crisis hospitalaria, que este año podría verse acrecentada por los centros de Salud destruidos con el terremoto.

A la par con el inicio de la temporada crítica de contaminación y enfermedades respiratorias asume el nuevo jefe del aire, Marcelo Fernández, quien tendrá una competencia nacional y un vínculo directo con el ministerio de Medio Ambiente.

Fernández no sólo deberá hacer frente a la contaminación sin la vigencia de un plan adecuando, sino que además tendrá que lidiar con el frío, las campañas de invierno y la crisis hospitalaria, que este año podría verse acrecentada por las pérdidas de camas originadas por el terremoto.

Pero nuevamente la “temporada de smog” en Santiago y otras ciudades del país arrecia sin que se tomen las medidas necesarias.
El Plan de Gestión de Episodios Críticos 2010, implementado por el gobierno y  que busca disminuir la contaminación atmosférica capitalina, determinó que  la restricción  vehicular será de cuatro dígitos para autos no catalíticos y en preemergencia subirá a seis dígitos y dos para catalíticos, marcando una diferencia negativa con la anterior administración que mantuvo la norma en cuatro dígitos para catalíticos.

El ministro de Transportes, Felipe Morandé, explicó que “la medida busca no sobrecargar el sistema de transportes”, para que los santiaguinos no se vean afectados.

Además aún no entra en vigencia el Plan de Prevención y Descontaminación de la Región Metropolitana, el cual tiene como función “limpiar” el aire de Santiago y reducir las emisiones de gases  tóxicos en un 35 por ciento. La normativa, en la que se trabajó por más de dos años, se mantiene en Contraloría por supuestos  “errores jurídicos”.

Y si bien el pasado 9 de marzo el consejo de ministros de la Conama aprobó una nueva norma que permitirá fiscalizar el material participado fino PM 2,5,  aún está en el ministerio Secretaría General de la Presidencia a la espera de que Sebastián Piñera se pronuncie al respecto y sólo pretende aplicarse de manera gradual a partir del año 2012, llegando a funcionar en un cien por ciento recién el 2032, según informó el jefe de Modelación y Calidad del Aire, Rodrigo Seguel.

Demora que, según el ingeniero químico ambiental, se entiende porque “Chile está muy atrasado, ya que la contaminación atmosférica se comenzó a trabajar en la década del 80 con la medición de las partículas suspendidas, mientras que los países industrializados y la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya trabajaban con el PM10 desde los años 70” agregando que “aunque es bueno que tengamos una norma de PM 2,5 y tratemos de seguir las recomendaciones de la OMS, hay que entender que si no cumplimos con lo actual, difícilmente seremos responsables con medidas más complejas”.

Un dato positivo es que por primera vez nuestro país cuenta con un perfilador vertical atmosférico que permite medir verticalmente la temperatura, determinando la inversión térmica, es decir, saber cuál es el techo de la atmósfera y hasta donde pueden mezclarse los contaminantes. Tecnología que debería ser utilizada por la Conama para determinar las alertas ambientales.

Desafiando a la salud

El aumento de la contaminación va en directa proporción con las enfermedades respiratorias y cardiovasculares. Según el académico del laboratorio de patología ambiental de la Universidad de Chile, Andrei Tchernitchin, los problemas de salud asociados a la contaminación pueden ir desde un simple resfrío hasta la muerte.

“Los contaminantes presentes en el aire producen daño inmediato y a largo plazo. En lo reciente produce enfermedades broncopulmonares y cardiovasculares, pudiendo aumentar la mortalidad desde el índice ICAP 33. A largo plazo ocasiona enfermedades crónicas, sobre todo en los niños y en los adultos mayores” aseveró el médico.

La actual norma medioambiental, permite un índice ICAP de hasta 150 mg de PM10 por metro cúbico, índice riesgoso si consideramos que los expertos aseguran que la mortandad aumenta con un ICAP de 33 mg.

Y si bien en las regiones del Maule y del Bío Bío ya comenzó la campaña de invierno del ministerio de Salud, destinada a disminuir las enfermedades respiratorias en este periodo, este año se avizora complejo debido al desmedro de la capacidad hospitalaria como consecuencia de la catástrofe.

El ministro de Salud, Jaime Mañalich, reconoció que “producto del terremoto podría empeorar la situación hospitalaria”, agregando que “aunque estamos elaborando una macro red para enfrentar la situación no podemos tener la vanidad de decir que estamos preparados”.





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