La muerte de Cristo hace 1977 años fue, según la Biblia, para expiar de sus pecados a la humanidad. Sin embargo, en la actualidad quienes dicen representarlo están en la palestra pública precisamente por uno de los pecados más graves, como es robar la inocencia a un niño.
Esa es la lectura que la gente hace en muchas partes del mundo frente al escándalo por el que atraviesa la Iglesia Católica producto de las ya numerosas denuncias de abusos sexuales contra menores, que incluso han llegado al Papa Benedicto XVI, quien no habría castigado con la diligencia requerida a uno de sus subalternos que cometió este tipo de violaciones contra 200 niños sordos.
El teólogo Álvaro Ramis señaló que esto pasa por las decisiones equivocadas que se adoptaron al interior de la curia y que buscó impedir el castigo civil a quienes cometieron lo que son sencillamente delitos.
“Esas malas decisiones supusieron pensar que la iglesia como institución perfecta podía suspender la sanción a aquellos miembros que habían caído en prácticas que legalmente son sancionables Y, por lo tanto, se superpuso la ley canónica a la ley civil. Y en ese sentido creo que ahora se paga un alto costo de prestigio y de credibilidad de la Iglesia Católica”, señaló Ramis.
El teólogo agregó que por ahora la Iglesia aparece más preocupada por recuperar su credibilidad que de las víctimas, como quedó demostrado en una protesta hecha por cuatro personas abusadas en la Plaza San Pedro del Vaticano durante la última semana, quienes reclamaron por la falta de apoyo de la institución religiosa.
Para Raquel Mallavibarrena del Movimiento Somos Iglesia de España, el clero debe comprometerse con la protección y el acompañamiento de las víctimas, pero al mismo tiempo revisar sus prácticas para erradicar este tipo de situaciones de su seno.
“Urgentemente necesita la Iglesia hacer una revisión, buscar razones de forma como si la sociedad como si fuera culpable, sino realmente hacer una revisión profunda, porque a nuestro juicio hay estructuras, hay procedimientos que deberían revisarse no sólo por este motivo, pero también por este motivo, y que podrían ayudar a que estas cuestiones no vuelvan a repetirse”, precisó.
Por su parte, para Luis Guerreiro, miembro del movimiento brasileño de Curas Casados, la pedofilia es lamentablemente un tema que trasciende a la propia Iglesia Católica, pero a su juicio en el caso de los religiosos pasa además por contravenir a la propia naturaleza humana al obligarlos al celibato.
“La situación de célibes puede llevar a algunos curas que no tienen esa tendencia a practicar actos de pedofilia no siendo ellos pedófilos. Y eso, por ejemplo los estudios que hizo un periodista español en un grupo de curas españoles, revela de alguna manera eso”, afirmó Guerreiro.
Este es un momento en que la Iglesia Católica está frente a la posibilidad de erradicar definitivamente la ocurrencia de estas violaciones contra menores que se han dado a conocer en el último tiempo en diversas naciones del mundo, o de lo contrario, perder una oportunidad histórica para volver a recuperar la deteriorada confianza de la opinión pública y especialmente de sus feligreses.
La muerte de Cristo hace 1977 años fue, según la Biblia, para expiar de sus pecados a la humanidad. Sin embargo, en la actualidad quienes dicen representarlo están en la palestra pública precisamente por uno de los pecados más graves, como es robar la inocencia a un niño.
Esa es la lectura que la gente hace en muchas partes del mundo frente al escándalo por el que atraviesa la Iglesia Católica producto de las ya numerosas denuncias de abusos sexuales contra menores, que incluso han llegado al Papa Benedicto XVI, quien no habría castigado con la diligencia requerida a uno de sus subalternos que cometió este tipo de violaciones contra 200 niños sordos.
El teólogo Álvaro Ramis señaló que esto pasa por las decisiones equivocadas que se adoptaron al interior de la curia y que buscó impedir el castigo civil a quienes cometieron lo que son sencillamente delitos.
“Esas malas decisiones supusieron pensar que la iglesia como institución perfecta podía suspender la sanción a aquellos miembros que habían caído en prácticas que legalmente son sancionables Y, por lo tanto, se superpuso la ley canónica a la ley civil. Y en ese sentido creo que ahora se paga un alto costo de prestigio y de credibilidad de la Iglesia Católica”, señaló Ramis.
El teólogo agregó que por ahora la Iglesia aparece más preocupada por recuperar su credibilidad que de las víctimas, como quedó demostrado en una protesta hecha por cuatro personas abusadas en la Plaza San Pedro del Vaticano durante la última semana, quienes reclamaron por la falta de apoyo de la institución religiosa.
Para Raquel Mallavibarrena del Movimiento Somos Iglesia de España, el clero debe comprometerse con la protección y el acompañamiento de las víctimas, pero al mismo tiempo revisar sus prácticas para erradicar este tipo de situaciones de su seno.
“Urgentemente necesita la Iglesia hacer una revisión, buscar razones de forma como si la sociedad como si fuera culpable, sino realmente hacer una revisión profunda, porque a nuestro juicio hay estructuras, hay procedimientos que deberían revisarse no sólo por este motivo, pero también por este motivo, y que podrían ayudar a que estas cuestiones no vuelvan a repetirse”, precisó.
Por su parte, para Luis Guerreiro, miembro del movimiento brasileño de Curas Casados, la pedofilia es lamentablemente un tema que trasciende a la propia Iglesia Católica, pero a su juicio en el caso de los religiosos pasa además por contravenir a la propia naturaleza humana al obligarlos al celibato.
“La situación de célibes puede llevar a algunos curas que no tienen esa tendencia a practicar actos de pedofilia no siendo ellos pedófilos. Y eso, por ejemplo los estudios que hizo un periodista español en un grupo de curas españoles, revela de alguna manera eso”, afirmó Guerreiro.
Este es un momento en que la Iglesia Católica está frente a la posibilidad de erradicar definitivamente la ocurrencia de estas violaciones contra menores que se han dado a conocer en el último tiempo en diversas naciones del mundo, o de lo contrario, perder una oportunidad histórica para volver a recuperar la deteriorada confianza de la opinión pública y especialmente de sus feligreses.
La muerte de Cristo hace 1977 años fue, según la Biblia, para expiar de sus pecados a la humanidad. Sin embargo, en la actualidad quienes dicen representarlo están en la palestra pública precisamente por uno de los pecados más graves, como es robar la inocencia a un niño.
Esa es la lectura que la gente hace en muchas partes del mundo frente al escándalo por el que atraviesa la Iglesia Católica producto de las ya numerosas denuncias de abusos sexuales contra menores, que incluso han llegado al Papa Benedicto XVI, quien no habría castigado con la diligencia requerida a uno de sus subalternos que cometió este tipo de violaciones contra 200 niños sordos.
El teólogo Álvaro Ramis señaló que esto pasa por las decisiones equivocadas que se adoptaron al interior de la curia y que buscó impedir el castigo civil a quienes cometieron lo que son sencillamente delitos.
“Esas malas decisiones supusieron pensar que la iglesia como institución perfecta podía suspender la sanción a aquellos miembros que habían caído en prácticas que legalmente son sancionables Y, por lo tanto, se superpuso la ley canónica a la ley civil. Y en ese sentido creo que ahora se paga un alto costo de prestigio y de credibilidad de la Iglesia Católica”, señaló Ramis.
El teólogo agregó que por ahora la Iglesia aparece más preocupada por recuperar su credibilidad que de las víctimas, como quedó demostrado en una protesta hecha por cuatro personas abusadas en la Plaza San Pedro del Vaticano durante la última semana, quienes reclamaron por la falta de apoyo de la institución religiosa.
Para Raquel Mallavibarrena del Movimiento Somos Iglesia de España, el clero debe comprometerse con la protección y el acompañamiento de las víctimas, pero al mismo tiempo revisar sus prácticas para erradicar este tipo de situaciones de su seno.
“Urgentemente necesita la Iglesia hacer una revisión, buscar razones de forma como si la sociedad como si fuera culpable, sino realmente hacer una revisión profunda, porque a nuestro juicio hay estructuras, hay procedimientos que deberían revisarse no sólo por este motivo, pero también por este motivo, y que podrían ayudar a que estas cuestiones no vuelvan a repetirse”, precisó.
Por su parte, para Luis Guerreiro, miembro del movimiento brasileño de Curas Casados, la pedofilia es lamentablemente un tema que trasciende a la propia Iglesia Católica, pero a su juicio en el caso de los religiosos pasa además por contravenir a la propia naturaleza humana al obligarlos al celibato.
“La situación de célibes puede llevar a algunos curas que no tienen esa tendencia a practicar actos de pedofilia no siendo ellos pedófilos. Y eso, por ejemplo los estudios que hizo un periodista español en un grupo de curas españoles, revela de alguna manera eso”, afirmó Guerreiro.
Este es un momento en que la Iglesia Católica está frente a la posibilidad de erradicar definitivamente la ocurrencia de estas violaciones contra menores que se han dado a conocer en el último tiempo en diversas naciones del mundo, o de lo contrario, perder una oportunidad histórica para volver a recuperar la deteriorada confianza de la opinión pública y especialmente de sus feligreses.
