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Advierten sobre gran movimiento en el norte

Sismólogos descartan relación entre últimos terremotos

En el 2010 Chile, México, Indonesia, España, Islas Salomón, y muchos otros países del globo han experimentado sismos de manera inusual. Según las cifras del Servicio Geológico de EEUU en los 102 días que van de este año hemos sufrido cerca de 40 movimientos telúricos superiores a 5 grados en la escala de Richter, casi la misma cantidad que ocurrieron durante todo el 2009.

Ninoska Leiva

  Lunes 12 de abril 2010 18:16 hrs. 
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Los terremotos ocurridos recientemente en diversas partes del mundo han provocado la alerta de millones de personas, quienes con temor sienten como literalmente “el piso se les mueve”.  Sin embargo, esta serie de sismos no estarían interconectados. Según los especialistas, un movimiento telúrico sólo podría generar alguna alteración en otra zona del planeta en un muy largo plazo.

Así lo afirma el sismólogo y académico de la Universidad de Chile Armando Cisternas, quien explica que “un cambio en una de las placas sólo influye en el movimiento de las otras placas muchos años después. Los terremotos son algo común en el mundo, la diferencia es que ahora han aumentado un poco en intensidad y han causado daño”.

Carta de Inundación de Arica ante un maremoto. Fuente: SHOA

Cisternas, discípulo de  Frank Press, el padre de la sismología moderna, en el Instituto Tecnológico de California Caltech, insiste en la necesidad de preparar a la población ante eventuales emergencias. “Las catástrofes son humanas, los fenómenos naturales”, advierte.

El norte chileno: un peligro latente

En 1877 el norte de nuestro país vivió uno de los mayores terremotos de la historia chilena. El

epicentro fue en Iquique, región de Tarapacá, y tuvo una magnitud de 8,5º en la escala de Richter. El movimiento telúrico estuvo acompañado de un posterior maremoto, el cual destruyó por completo el resto de las edificaciones que quedaban de pie. Según los sobrevivientes “los cadáveres de la mayoría de los pobladores estaban flotando en las calles”.

Carta de Inundación de Iquique ante un maremoto. Fuente: SHOA

Si bien somos el país más sísmico del mundo y con mayor cantidad de maremotos por nuestra característica geográfica de borde costero, no tenemos  un sistema de alerta competente, ni tampoco un órgano que sea un nexo entre las universidades, la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) y del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA).  Vulnerabilidad que quedó de manifiesto en el terremoto y posterior maremoto del pasado 27 de febrero, donde no se dio la alerta  correspondiente, impidiendo que cientos de vidas se salvaran.

Para Armando Cisternas, quien ha estudiado los suelos nortinos y la acumulación de energía desde hace varias décadas “el terremoto del norte va a venir y la población no está preparada. La zona no ha liberado energía desde hace más de 120 años, de hecho las placas involucradas (Placa de Nazca y la Placa Sudamericana) están muy próximas y van a tener un desplazamiento de 10 o 12 metros, lo que es equivalente a un sismo de una magnitud semejante a la vivida en la zona centro-sur o quizás un poco mayor, y las autoridades no han hecho nada”.

Carta de inundación de Antofagasta, según el SHOA.

En el año 2007 se terminó un estudio de expertos nacionales e internacionales que establecía claramente que “en un futuro cercano” se produciría un sismo de magnitud 8.0 a 8.5 grados en la zona

comprendida entre Concepción y Constitución. En marzo de 2009 dicho informe fue publicado por la revista científica “Physics of the Earth and Planetary Interiors”, sin embargo las autoridades chilenas no tomaron conciencia del peligro.

Para uno de los ingenieros sísmicos de la Universidad de Chile que participó en este estudio, Rubén Boroschek, no es “presentable” que después de la experiencia vivida no se tomen medidas concretas en materia de prevención.

“La necesidad de alerta es urgente, las autoridades deben desarrollar tecnologías adecuadas para enfrentar las catástrofes, por ejemplo en infraestructura. En el caso del norte deben existir medidas de alerta y evacuación en las zonas de inundación”, advirtió Boroschek.

Si bien tanto los sismólogos como los ingenieros estructurales reconocen que la norma de construcción antisísmica chilena es destacable, creen que es necesario legislar para que se incluyan también los maremotos en dicha normativa. Evitando de esta forma que mayores edificaciones colapsen, al estar construidas en suelos no inundables y con materiales más resistentes.

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