Disconformidad e incertidumbre existe entre los funcionarios y asociaciones gremiales de la Salud respecto del futuro de la construcción del hospital Barros Luco. La preocupación se desató luego que el gobierno anunciara la posibilidad de concesionar el centro asistencial por el alto costo que involucra.
Según explicó el ministro del ramo, Jaime Mañalich, todos los recursos que se ahorren a través de este mecanismo serán destinados a obras de emergencia que mitiguen los efectos del terremoto del 27 de febrero pasado.
“El proyecto sufrirá un retraso de algunos meses porque deberá volver a estudiarse el proceso de licitación para que algún privado asuma los quinientos millones de dólares que costará el hospital que reúne en un solo lugar el actual hospital infantil Exequiel González Cortés y el Barros Luco”, dijo el secretario de Estado.
Es por eso que el presidente metropolitano de la Federación de Funcionarios de la Salud, Carlos Castro, calificó la situación como un “simple aprovechamiento” de la emergencia que sufre el país por parte de las autoridades y aseguró que “a propósito del terremoto las grandes empresas apoyadas por el gobierno de Piñera se están repartiendo las platas que pueden disponerse para la reconstrucción del país”.
A juicio de Castro es una gran mentira que los dineros se vayan a utilizar en la reconstrucción, ya que de acuerdo a un documento firmado por el ministro Mañalich, el noventa por ciento de los centros asistenciales afectados por el terremoto serían reconstruidos mediante al vía concesionaria.
El dirigente recordó además que el hospital Barros Luco fue comprometido en los gobiernos de la Concertación e incluso, que la misma Presidenta Michelle Bachelet había visitado el hospital, ocasión en la que aseguró que los dineros ya estaban destinados para esos fines.
En esta misma línea, el consejero en materia de Salud de la Central Unitaria de Trabajadores y miembro de la Confusam, Esteban Maturana, indicó que “la política de privatización responde a los intereses de la actual administración gubernamental” y que agregó que “cuando se hace de la salud un negocio, los encarecimientos están a la orden del día y la calidad de los servicios deja bastante que desear”.
Los dirigentes se reunieron en el frontis del Barros Luco para protestar por la situación y adelantaron que las manifestaciones continuarán hasta que por lo menos se les aclare el panorama.
De hecho, el representante de la Federación Nacional de Profesionales de la Salud del Barros Luco, Eduardo Riobo, emplazó al ministro a clarificar el escenario. “El temor real es que, efectivamente, se vaya externalizando tanto todo que se llegue al punto en que las funciones clínicas sean entregadas por entidades que son externas al hospital. Allí el tema de las responsabilidades legales y el cuidado técnico, no se sabe quién va a cautelarlo, si es que se llegara a necesitarse”, sostuvo Riobo.
Esta externalización de los servicios sería un equivalen a los “hospitales clínicos”, donde no existe atención de salud gratuita y en, el fondo, se paga casi lo mismo que en una clínica, pero con infraestructura y servicio de hospital.
Disconformidad e incertidumbre existe entre los funcionarios y asociaciones gremiales de la Salud respecto del futuro de la construcción del hospital Barros Luco. La preocupación se desató luego que el gobierno anunciara la posibilidad de concesionar el centro asistencial por el alto costo que involucra.
Según explicó el ministro del ramo, Jaime Mañalich, todos los recursos que se ahorren a través de este mecanismo serán destinados a obras de emergencia que mitiguen los efectos del terremoto del 27 de febrero pasado.
“El proyecto sufrirá un retraso de algunos meses porque deberá volver a estudiarse el proceso de licitación para que algún privado asuma los quinientos millones de dólares que costará el hospital que reúne en un solo lugar el actual hospital infantil Exequiel González Cortés y el Barros Luco”, dijo el secretario de Estado.
Es por eso que el presidente metropolitano de la Federación de Funcionarios de la Salud, Carlos Castro, calificó la situación como un “simple aprovechamiento” de la emergencia que sufre el país por parte de las autoridades y aseguró que “a propósito del terremoto las grandes empresas apoyadas por el gobierno de Piñera se están repartiendo las platas que pueden disponerse para la reconstrucción del país”.
A juicio de Castro es una gran mentira que los dineros se vayan a utilizar en la reconstrucción, ya que de acuerdo a un documento firmado por el ministro Mañalich, el noventa por ciento de los centros asistenciales afectados por el terremoto serían reconstruidos mediante al vía concesionaria.
El dirigente recordó además que el hospital Barros Luco fue comprometido en los gobiernos de la Concertación e incluso, que la misma Presidenta Michelle Bachelet había visitado el hospital, ocasión en la que aseguró que los dineros ya estaban destinados para esos fines.
En esta misma línea, el consejero en materia de Salud de la Central Unitaria de Trabajadores y miembro de la Confusam, Esteban Maturana, indicó que “la política de privatización responde a los intereses de la actual administración gubernamental” y que agregó que “cuando se hace de la salud un negocio, los encarecimientos están a la orden del día y la calidad de los servicios deja bastante que desear”.
Los dirigentes se reunieron en el frontis del Barros Luco para protestar por la situación y adelantaron que las manifestaciones continuarán hasta que por lo menos se les aclare el panorama.
De hecho, el representante de la Federación Nacional de Profesionales de la Salud del Barros Luco, Eduardo Riobo, emplazó al ministro a clarificar el escenario. “El temor real es que, efectivamente, se vaya externalizando tanto todo que se llegue al punto en que las funciones clínicas sean entregadas por entidades que son externas al hospital. Allí el tema de las responsabilidades legales y el cuidado técnico, no se sabe quién va a cautelarlo, si es que se llegara a necesitarse”, sostuvo Riobo.
Esta externalización de los servicios sería un equivalen a los “hospitales clínicos”, donde no existe atención de salud gratuita y en, el fondo, se paga casi lo mismo que en una clínica, pero con infraestructura y servicio de hospital.
Disconformidad e incertidumbre existe entre los funcionarios y asociaciones gremiales de la Salud respecto del futuro de la construcción del hospital Barros Luco. La preocupación se desató luego que el gobierno anunciara la posibilidad de concesionar el centro asistencial por el alto costo que involucra.
Según explicó el ministro del ramo, Jaime Mañalich, todos los recursos que se ahorren a través de este mecanismo serán destinados a obras de emergencia que mitiguen los efectos del terremoto del 27 de febrero pasado.
“El proyecto sufrirá un retraso de algunos meses porque deberá volver a estudiarse el proceso de licitación para que algún privado asuma los quinientos millones de dólares que costará el hospital que reúne en un solo lugar el actual hospital infantil Exequiel González Cortés y el Barros Luco”, dijo el secretario de Estado.
Es por eso que el presidente metropolitano de la Federación de Funcionarios de la Salud, Carlos Castro, calificó la situación como un “simple aprovechamiento” de la emergencia que sufre el país por parte de las autoridades y aseguró que “a propósito del terremoto las grandes empresas apoyadas por el gobierno de Piñera se están repartiendo las platas que pueden disponerse para la reconstrucción del país”.
A juicio de Castro es una gran mentira que los dineros se vayan a utilizar en la reconstrucción, ya que de acuerdo a un documento firmado por el ministro Mañalich, el noventa por ciento de los centros asistenciales afectados por el terremoto serían reconstruidos mediante al vía concesionaria.
El dirigente recordó además que el hospital Barros Luco fue comprometido en los gobiernos de la Concertación e incluso, que la misma Presidenta Michelle Bachelet había visitado el hospital, ocasión en la que aseguró que los dineros ya estaban destinados para esos fines.
En esta misma línea, el consejero en materia de Salud de la Central Unitaria de Trabajadores y miembro de la Confusam, Esteban Maturana, indicó que “la política de privatización responde a los intereses de la actual administración gubernamental” y que agregó que “cuando se hace de la salud un negocio, los encarecimientos están a la orden del día y la calidad de los servicios deja bastante que desear”.
Los dirigentes se reunieron en el frontis del Barros Luco para protestar por la situación y adelantaron que las manifestaciones continuarán hasta que por lo menos se les aclare el panorama.
De hecho, el representante de la Federación Nacional de Profesionales de la Salud del Barros Luco, Eduardo Riobo, emplazó al ministro a clarificar el escenario. “El temor real es que, efectivamente, se vaya externalizando tanto todo que se llegue al punto en que las funciones clínicas sean entregadas por entidades que son externas al hospital. Allí el tema de las responsabilidades legales y el cuidado técnico, no se sabe quién va a cautelarlo, si es que se llegara a necesitarse”, sostuvo Riobo.
Esta externalización de los servicios sería un equivalen a los “hospitales clínicos”, donde no existe atención de salud gratuita y en, el fondo, se paga casi lo mismo que en una clínica, pero con infraestructura y servicio de hospital.
