Según expertos:
Empresas seguirían pagando la misma tasa de impuestos pese al alza tributaria
Si bien el gobierno elevará transitoriamente el tributo a las grandes compañías, el Comité de Defensa y Recuperación del Cobre advierte que este mecanismo no provocará una mayor recaudación tributaria para el tesoro público. Una verdadera alza de impuestos se daría sólo a partir del aumento del impuesto personal a los empresarios, aseguran los economistas.
Martes 20 de abril 2010 19:53 hrs.
En 1984 se modificó mediante una franquicia la tasa del Impuesto de Primera Categoría que grava a las grandes compañías, pasando así de una tributación real a un “impuesto de crédito”.
Con esta reforma, el gravamen se convirtió en una “tributación teórica”, transformándose en un crédito que financia el Impuesto Global Complementario que deben pagar los accionistas de dichas empresas por los retiros o las distribuciones de utilidades que efectúen.
Teniendo presente este marco normativo, el Comité de Defensa y Recuperación del Cobre manifestó sus reparos al proyecto de ley que eleva de 17 a 20 por ciento el Impuesto a la Renta de Primera Categoría que afecta a las sociedades anónimas.
En términos simples, esto significa que una empresa que tiene utilidades por $ 1.000, paga actualmente $ 170 de Impuesto de Primera Categoría (17 por ciento), y con la reforma del gobierno ese tributo aumentaría a $ 200 (20 por ciento); pero al mismo tiempo, al hacer sus declaraciones personales de Impuesto Global Complementario o Adicional, la devolución de impuestos también aumenta de $ 170 a $ 200, por lo que la recaudación fiscal tributaria no se incrementaría en nada.
Los expertos explican que aunque se puede producir un aumento temporal de recaudación en un determinado ejercicio tributario si los empresarios no retiran sus utilidades, esto vuelve a fojas cero si al año siguiente la junta de accionistas de la sociedad decide retirar esas ganancias.
El economista y director de la Comité de Defensa del Cobre, Julián Alcayaga, asegura que obligatoria y matemáticamente el Impuesto de Primera Categoría en el largo plazo es anulado por el impuesto personal de los dueños de esas empresas y frente a esta situación, solicitó al gobierno que este aumento de impuestos sea permanente en el tiempo.
“El aumento de este impuesto, que el Estado luego tiene que devolver, a lo menos debería ser permanente, porque este gobierno durante dos años va a recibir un impuesto de Primera Categoría un poco superior, pero en los años siguientes el fisco va a quedar con esta deuda que tendrá que devolver a los contribuyentes. Lo que está haciendo Piñera es traspasar la obligación financiera a otras administraciones, lo cual no es correcto.”, dijo el experto.
Según Alcayaga, este fenómeno se daría porque en Chile sólo las personas pagan impuestos y las empresas sólo cancelan un tributo virtual. “Somos el único país en el mundo donde se devuelve la totalidad del impuesto que pagan las compañías”.
En el mismo plano, el profesor del Departamento de Sistemas de Información de la Universidad de Chile, Javier Jaque, asegura que el proyecto de reforma tributaria del Ejecutivo no implicará un pago de impuestos adicional al que ya existe.
“Tengo la sensación de que esto tiene más relación con un préstamo que con un impuesto, cuando sería aumento impositivo real, cuando suba el Impuesto Global Complementario o Adicional (personas naturales o accionistas). Eso realmente sería un aumento de la carga tributaria, mientras tanto es simplemente un incremento de Primera Categoría que podría ser utilizado como crédito”, afirmó.
Una visión distinta de este mecanismo manifestó el especialista en derecho tributario de la de nuestra casa de estudios, Juan Manuel Baraona, enfatizando que de todos modos las empresas van a realizar una mayor tributación debido al alza de impuestos. “A la empresa claramente le afecta esta alza tributaria de tres por ciento en la medida que no distribuyan utilidades. Este crédito es aprovechado por los accionistas y no por la empresa. Si se mira este problema desde un punto de vista societal, obviamente que se deja sentir a través de un déficit financiero”, dijo.
Desde un punto de vista formal, el abogado y socio principal del Estudio Jurídico Pérez Donoso, Franco Brzovic, sostiene que una mayor recaudación impositiva dependerá de las decisiones financieras que tome el directorio de la sociedad. “Si -en teoría- deciden retirar todas las utilidades eso obviamente tendría un efecto de tipo financiero. Lo normal es que las grandes empresas retiren sólo un treinta por ciento de las utilidades. Algo de mayor recaudación va haber en este período, pero todo está en función si los socios deciden o no retirar las ganancias”, aseveró.
En síntesis, la doctrina económica considera el Impuesto de Primera Categoría como anticipo que los empresarios luego descuentan del pago del global complementario, que teóricamente está sujeto a una tasa de 35 por ciento, después de sucesivas rebajas efectuadas por gobiernos de la Concertación.
En 1984 se modificó mediante una franquicia la tasa del Impuesto de Primera Categoría que grava a las grandes compañías, pasando así de una tributación real a un “impuesto de crédito”.
Con esta reforma, el gravamen se convirtió en una “tributación teórica”, transformándose en un crédito que financia el Impuesto Global Complementario que deben pagar los accionistas de dichas empresas por los retiros o las distribuciones de utilidades que efectúen.
Teniendo presente este marco normativo, el Comité de Defensa y Recuperación del Cobre manifestó sus reparos al proyecto de ley que eleva de 17 a 20 por ciento el Impuesto a la Renta de Primera Categoría que afecta a las sociedades anónimas.
En términos simples, esto significa que una empresa que tiene utilidades por $ 1.000, paga actualmente $ 170 de Impuesto de Primera Categoría (17 por ciento), y con la reforma del gobierno ese tributo aumentaría a $ 200 (20 por ciento); pero al mismo tiempo, al hacer sus declaraciones personales de Impuesto Global Complementario o Adicional, la devolución de impuestos también aumenta de $ 170 a $ 200, por lo que la recaudación fiscal tributaria no se incrementaría en nada.
Los expertos explican que aunque se puede producir un aumento temporal de recaudación en un determinado ejercicio tributario si los empresarios no retiran sus utilidades, esto vuelve a fojas cero si al año siguiente la junta de accionistas de la sociedad decide retirar esas ganancias.
El economista y director de la Comité de Defensa del Cobre, Julián Alcayaga, asegura que obligatoria y matemáticamente el Impuesto de Primera Categoría en el largo plazo es anulado por el impuesto personal de los dueños de esas empresas y frente a esta situación, solicitó al gobierno que este aumento de impuestos sea permanente en el tiempo.
“El aumento de este impuesto, que el Estado luego tiene que devolver, a lo menos debería ser permanente, porque este gobierno durante dos años va a recibir un impuesto de Primera Categoría un poco superior, pero en los años siguientes el fisco va a quedar con esta deuda que tendrá que devolver a los contribuyentes. Lo que está haciendo Piñera es traspasar la obligación financiera a otras administraciones, lo cual no es correcto.”, dijo el experto.
Según Alcayaga, este fenómeno se daría porque en Chile sólo las personas pagan impuestos y las empresas sólo cancelan un tributo virtual. “Somos el único país en el mundo donde se devuelve la totalidad del impuesto que pagan las compañías”.
En el mismo plano, el profesor del Departamento de Sistemas de Información de la Universidad de Chile, Javier Jaque, asegura que el proyecto de reforma tributaria del Ejecutivo no implicará un pago de impuestos adicional al que ya existe.
“Tengo la sensación de que esto tiene más relación con un préstamo que con un impuesto, cuando sería aumento impositivo real, cuando suba el Impuesto Global Complementario o Adicional (personas naturales o accionistas). Eso realmente sería un aumento de la carga tributaria, mientras tanto es simplemente un incremento de Primera Categoría que podría ser utilizado como crédito”, afirmó.
Una visión distinta de este mecanismo manifestó el especialista en derecho tributario de la de nuestra casa de estudios, Juan Manuel Baraona, enfatizando que de todos modos las empresas van a realizar una mayor tributación debido al alza de impuestos. “A la empresa claramente le afecta esta alza tributaria de tres por ciento en la medida que no distribuyan utilidades. Este crédito es aprovechado por los accionistas y no por la empresa. Si se mira este problema desde un punto de vista societal, obviamente que se deja sentir a través de un déficit financiero”, dijo.
Desde un punto de vista formal, el abogado y socio principal del Estudio Jurídico Pérez Donoso, Franco Brzovic, sostiene que una mayor recaudación impositiva dependerá de las decisiones financieras que tome el directorio de la sociedad. “Si -en teoría- deciden retirar todas las utilidades eso obviamente tendría un efecto de tipo financiero. Lo normal es que las grandes empresas retiren sólo un treinta por ciento de las utilidades. Algo de mayor recaudación va haber en este período, pero todo está en función si los socios deciden o no retirar las ganancias”, aseveró.
En síntesis, la doctrina económica considera el Impuesto de Primera Categoría como anticipo que los empresarios luego descuentan del pago del global complementario, que teóricamente está sujeto a una tasa de 35 por ciento, después de sucesivas rebajas efectuadas por gobiernos de la Concertación.
En 1984 se modificó mediante una franquicia la tasa del Impuesto de Primera Categoría que grava a las grandes compañías, pasando así de una tributación real a un “impuesto de crédito”.
Con esta reforma, el gravamen se convirtió en una “tributación teórica”, transformándose en un crédito que financia el Impuesto Global Complementario que deben pagar los accionistas de dichas empresas por los retiros o las distribuciones de utilidades que efectúen.
Teniendo presente este marco normativo, el Comité de Defensa y Recuperación del Cobre manifestó sus reparos al proyecto de ley que eleva de 17 a 20 por ciento el Impuesto a la Renta de Primera Categoría que afecta a las sociedades anónimas.
En términos simples, esto significa que una empresa que tiene utilidades por $ 1.000, paga actualmente $ 170 de Impuesto de Primera Categoría (17 por ciento), y con la reforma del gobierno ese tributo aumentaría a $ 200 (20 por ciento); pero al mismo tiempo, al hacer sus declaraciones personales de Impuesto Global Complementario o Adicional, la devolución de impuestos también aumenta de $ 170 a $ 200, por lo que la recaudación fiscal tributaria no se incrementaría en nada.
Los expertos explican que aunque se puede producir un aumento temporal de recaudación en un determinado ejercicio tributario si los empresarios no retiran sus utilidades, esto vuelve a fojas cero si al año siguiente la junta de accionistas de la sociedad decide retirar esas ganancias.
El economista y director de la Comité de Defensa del Cobre, Julián Alcayaga, asegura que obligatoria y matemáticamente el Impuesto de Primera Categoría en el largo plazo es anulado por el impuesto personal de los dueños de esas empresas y frente a esta situación, solicitó al gobierno que este aumento de impuestos sea permanente en el tiempo.
“El aumento de este impuesto, que el Estado luego tiene que devolver, a lo menos debería ser permanente, porque este gobierno durante dos años va a recibir un impuesto de Primera Categoría un poco superior, pero en los años siguientes el fisco va a quedar con esta deuda que tendrá que devolver a los contribuyentes. Lo que está haciendo Piñera es traspasar la obligación financiera a otras administraciones, lo cual no es correcto.”, dijo el experto.
Según Alcayaga, este fenómeno se daría porque en Chile sólo las personas pagan impuestos y las empresas sólo cancelan un tributo virtual. “Somos el único país en el mundo donde se devuelve la totalidad del impuesto que pagan las compañías”.
En el mismo plano, el profesor del Departamento de Sistemas de Información de la Universidad de Chile, Javier Jaque, asegura que el proyecto de reforma tributaria del Ejecutivo no implicará un pago de impuestos adicional al que ya existe.
“Tengo la sensación de que esto tiene más relación con un préstamo que con un impuesto, cuando sería aumento impositivo real, cuando suba el Impuesto Global Complementario o Adicional (personas naturales o accionistas). Eso realmente sería un aumento de la carga tributaria, mientras tanto es simplemente un incremento de Primera Categoría que podría ser utilizado como crédito”, afirmó.
Una visión distinta de este mecanismo manifestó el especialista en derecho tributario de la de nuestra casa de estudios, Juan Manuel Baraona, enfatizando que de todos modos las empresas van a realizar una mayor tributación debido al alza de impuestos. “A la empresa claramente le afecta esta alza tributaria de tres por ciento en la medida que no distribuyan utilidades. Este crédito es aprovechado por los accionistas y no por la empresa. Si se mira este problema desde un punto de vista societal, obviamente que se deja sentir a través de un déficit financiero”, dijo.
Desde un punto de vista formal, el abogado y socio principal del Estudio Jurídico Pérez Donoso, Franco Brzovic, sostiene que una mayor recaudación impositiva dependerá de las decisiones financieras que tome el directorio de la sociedad. “Si -en teoría- deciden retirar todas las utilidades eso obviamente tendría un efecto de tipo financiero. Lo normal es que las grandes empresas retiren sólo un treinta por ciento de las utilidades. Algo de mayor recaudación va haber en este período, pero todo está en función si los socios deciden o no retirar las ganancias”, aseveró.
En síntesis, la doctrina económica considera el Impuesto de Primera Categoría como anticipo que los empresarios luego descuentan del pago del global complementario, que teóricamente está sujeto a una tasa de 35 por ciento, después de sucesivas rebajas efectuadas por gobiernos de la Concertación.
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