La celebración del Día de la Tierra ha adquirido un cariz diferente este año. Los recientes fenómenos sísmicos y climáticos que se han manifestado en diversos puntos del planeta, alertaron sobre el nefasto futuro que se avecina de no mitigarse los problemas medioambientales más urgentes.
El cambio climático se erige como el principal tema pendiente y las organizaciones ambientales destacan que la gran derrota en este sentido fue la Cumbre de Copenhague, donde los países desarrollados no reconocieron su deuda como los principales emisores de gases efecto invernadero y no se consensuaron líneas de acción para reemplazar el Protocolo de Kyoto, que vence el 2012.
Según el director del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA), Lucio Cuenca, el encuentro en Dinamarca demostró la falta de voluntad política de las autoridades y organismos internacionales para enfrentar el problema.
“Esta cumbre fue un fracaso, pero también queda plasmado que Naciones Unidas como principal organismo que reúne a los Estados a nivel mundial no logró restablecer las condiciones que permitan pensar en un planeta que pueda seguir desarrollándose en el futuro”, aseguró Cuenca.
Pese a ello, las distintas entidades ligadas al tema ven en la Cumbre de los Pueblos, que se está realizando esta semana en Cochabamba, Bolivia, la oportunidad para que la sociedad civil exija políticas públicas que garanticen el derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación y que, finalmente, pongan atajo al efecto invernadero.
Y aunque la aplicación de las propuestas emanadas de estos encuentros, por lo general, se materializan a través de la “buena voluntad” de los Estados, el director ejecutivo de Greenpeace Chile, Rodrigo Herrera, subrayó la necesidad de que se institucionalicen todas las decisiones que salgan de estas instancias.
“Hay que establecer un acuerdo legal y vinculante entre los países. Eso es lo que potencialmente daría, a nivel político, una solución al tema del calentamiento global. Por otro lado, las naciones se deben comprometer en este acuerdo a través de sus legislaciones. La información sobre el problema ya está sobre la mesa, el tema ahora es que los factores económicos no afecten las decisiones políticas, mediambientales y sociales”, sostuvo Herrera.
La idea es llegar con nuevos aires al encuentro de Cancún en México -que se estableció después de no haber llegado a consenso en Copenhague – tomando en cuenta lo que se saque en limpio de Cochabamba, para profundizar las negociaciones sobre el reemplazo o la continuidad del Protocolo de Kyoto.
¿Cómo estamos en Chile?
Pero el Cambio Climático no es el único tema pendiente. Según los ambientalistas, sólo en nuestro país la diversificación de la matriz energética constituye un problema que lejos de solucionarse se agrava, por ejemplo, con la aprobación de proyectos termoeléctricos a base de carbón, altamente contaminante.
Tampoco se han resuelto los grandes conflictos ambientales de la década, como Hydroaysén o Pascua Lama, ni se ha concretado la puesta en marcha de la nueva institucionalidad en la materia.
“En Chile estamos en una situación de crisis ambiental que se viene agravando en el tiempo producto de las opciones de desarrollo que han tomado los gobiernos de los últimos años. El país sigue sobreexplotando los recursos naturales y expandiendo actividades que hipotecan la vida de la gente, como la minería en el norte. Esperamos que en el futuro se cambie de rumbo porque además de perjudicar el panorama internacional, se empobrece cada vez más nuestro país desde todo punto de vista”, manifestó Lucio Cuenca.
Es por eso que Cristina Hoar, representante de la Conferencia Religiosa que opera en la diócesis de Copiapó, llamó la atención respecto de la presión que ejercen los grandes grupos económicos para que se aprueben proyectos que van en desmedro del ambiente y de las comunidades locales.
“Pascua Lama sigue siendo un problema grave para la vida y la tranquilidad de la gente que vive allá. Hay inquietud por la destrucción de los glaciales, que son fuentes de agua para el valle y aunque las personas siguen resistiendo se están debilitando por la campaña propia de la empresa”, dijo.
Todas preocupaciones que vuelven a surgir en la cuadragésima conmemoración del Día de la Tierra, que busca crear conciencia sobre la importancia del cuidado del medio ambiente para la conservación de las especies en la tierra y, por consiguiente, también de la raza humana.