El futuro del diario La Nación sigue en vilo, luego de la ofensiva iniciada por la UDI y algunos sectores de RN que exigen al gobierno la venta del medio de comunicación.
El tema incluso fue materia de análisis y controversia durante el comité político realizado entre los partidos de la Alianza por Chile y el gobierno en el Palacio de La Moneda.
El que llegó con la solicitud directa fue el senador UDI Hernán Larraín, quien indicó que “La Nación se convirtió hace mucho tiempo en un pasquín. Es una página negra del periodismo chileno porque depende políticamente de un gobierno” y agregó que espera “que esto se tenga en consideración, ya que mantener este diario implica para los chilenos entre dos y tres mil millones de pesos al año”.
Si bien, en Renovación Nacional hay ciertos dirigentes, como el senador Andrés Allamand que han insistido en deshacerse del diario, como partido la postura es que exista un cambio en la línea editorial del mismo.
El vicepresidente de la colectividad, Manuel José Ossandón, incluso aseguró que él mismo fue una de las figuras de la Alianza fuertemente cuestionadas por La Nación, en lo que calificó como una maniobra política.
“No tenemos que cometer los mismos pecados de la Concertación de transformar un medio de comunicación en una herramienta política porque deben ser reductos de información. No estamos disponibles en RN para eso y estoy seguro que el Presidente tampoco lo quiere así. A mí me acusaron casi de ladrón de autos y cuando se probó que no tenía nada que ver, no se escribieron ni dos líneas”, afirmó Ossandón.
La discusión entre los partidos por el futuro del diario estatal que también tiene capitales privados menores, fue zanjada de inmediato por el gobierno que, al parecer, no fue tan claro con los parlamentarios que aún encontraban la puerta abierta a la propuesta de vender.
La portavoz del Ejecutivo, Ena von Baer, aseguró que el diario “no se vende”, sino que se transformará en su propuesta informativa de manera permanente.
“El camino que está siguiendo el gobierno en este tema es que el diario La Nación no se vende y, por lo mismo, el directorio está buscando a una persona para que se encargue de este medio. La idea es tener un proyecto que sea objetivo, ciudadano y de servicio público”, comentó la secretaria de Estado.
Desde el Colegio de Periodistas son cautos al momento de tomar una postura respecto del tema, aunque su presidente, Abraham Santibáñez, asegura que apoyará la voluntad de los trabajadores de La Nación.
El periodista, que también formó parte del matutino a comienzos de los años noventa, reivindica la labor informativa de la empresa durante gran parte de los gobiernos de la Concertación y desestima así las calificaciones de Hernán Larraín.
“Salvo un par de episodios, uno de los cuales precisamente es el de Spiniak y el final de la campaña presidencial del año pasado, el diario no merece las descalificaciones que le han dado en estos días. Creo que la mayor parte de los últimos veinte años probablemente no satisfizo lo que hubiese querido la derecha, pero era creíble y respetado”, dijo el periodista.
Con la postura inflexible de gobierno en torno a la invariabilidad del nuevo proyecto de La Nación, habrá que esperar a ver si desde la UDI continuarán con la ofensiva tendiente a convencer al Ejecutivo de vender. Una estrategia que ya se adjudicó su primera victoria con la revocación de la designación de Mirko Macari como director del diario.
El futuro del diario La Nación sigue en vilo, luego de la ofensiva iniciada por la UDI y algunos sectores de RN que exigen al gobierno la venta del medio de comunicación.
El tema incluso fue materia de análisis y controversia durante el comité político realizado entre los partidos de la Alianza por Chile y el gobierno en el Palacio de La Moneda.
El que llegó con la solicitud directa fue el senador UDI Hernán Larraín, quien indicó que “La Nación se convirtió hace mucho tiempo en un pasquín. Es una página negra del periodismo chileno porque depende políticamente de un gobierno” y agregó que espera “que esto se tenga en consideración, ya que mantener este diario implica para los chilenos entre dos y tres mil millones de pesos al año”.
Si bien, en Renovación Nacional hay ciertos dirigentes, como el senador Andrés Allamand que han insistido en deshacerse del diario, como partido la postura es que exista un cambio en la línea editorial del mismo.
El vicepresidente de la colectividad, Manuel José Ossandón, incluso aseguró que él mismo fue una de las figuras de la Alianza fuertemente cuestionadas por La Nación, en lo que calificó como una maniobra política.
“No tenemos que cometer los mismos pecados de la Concertación de transformar un medio de comunicación en una herramienta política porque deben ser reductos de información. No estamos disponibles en RN para eso y estoy seguro que el Presidente tampoco lo quiere así. A mí me acusaron casi de ladrón de autos y cuando se probó que no tenía nada que ver, no se escribieron ni dos líneas”, afirmó Ossandón.
La discusión entre los partidos por el futuro del diario estatal que también tiene capitales privados menores, fue zanjada de inmediato por el gobierno que, al parecer, no fue tan claro con los parlamentarios que aún encontraban la puerta abierta a la propuesta de vender.
La portavoz del Ejecutivo, Ena von Baer, aseguró que el diario “no se vende”, sino que se transformará en su propuesta informativa de manera permanente.
“El camino que está siguiendo el gobierno en este tema es que el diario La Nación no se vende y, por lo mismo, el directorio está buscando a una persona para que se encargue de este medio. La idea es tener un proyecto que sea objetivo, ciudadano y de servicio público”, comentó la secretaria de Estado.
Desde el Colegio de Periodistas son cautos al momento de tomar una postura respecto del tema, aunque su presidente, Abraham Santibáñez, asegura que apoyará la voluntad de los trabajadores de La Nación.
El periodista, que también formó parte del matutino a comienzos de los años noventa, reivindica la labor informativa de la empresa durante gran parte de los gobiernos de la Concertación y desestima así las calificaciones de Hernán Larraín.
“Salvo un par de episodios, uno de los cuales precisamente es el de Spiniak y el final de la campaña presidencial del año pasado, el diario no merece las descalificaciones que le han dado en estos días. Creo que la mayor parte de los últimos veinte años probablemente no satisfizo lo que hubiese querido la derecha, pero era creíble y respetado”, dijo el periodista.
Con la postura inflexible de gobierno en torno a la invariabilidad del nuevo proyecto de La Nación, habrá que esperar a ver si desde la UDI continuarán con la ofensiva tendiente a convencer al Ejecutivo de vender. Una estrategia que ya se adjudicó su primera victoria con la revocación de la designación de Mirko Macari como director del diario.
El futuro del diario La Nación sigue en vilo, luego de la ofensiva iniciada por la UDI y algunos sectores de RN que exigen al gobierno la venta del medio de comunicación.
El tema incluso fue materia de análisis y controversia durante el comité político realizado entre los partidos de la Alianza por Chile y el gobierno en el Palacio de La Moneda.
El que llegó con la solicitud directa fue el senador UDI Hernán Larraín, quien indicó que “La Nación se convirtió hace mucho tiempo en un pasquín. Es una página negra del periodismo chileno porque depende políticamente de un gobierno” y agregó que espera “que esto se tenga en consideración, ya que mantener este diario implica para los chilenos entre dos y tres mil millones de pesos al año”.
Si bien, en Renovación Nacional hay ciertos dirigentes, como el senador Andrés Allamand que han insistido en deshacerse del diario, como partido la postura es que exista un cambio en la línea editorial del mismo.
El vicepresidente de la colectividad, Manuel José Ossandón, incluso aseguró que él mismo fue una de las figuras de la Alianza fuertemente cuestionadas por La Nación, en lo que calificó como una maniobra política.
“No tenemos que cometer los mismos pecados de la Concertación de transformar un medio de comunicación en una herramienta política porque deben ser reductos de información. No estamos disponibles en RN para eso y estoy seguro que el Presidente tampoco lo quiere así. A mí me acusaron casi de ladrón de autos y cuando se probó que no tenía nada que ver, no se escribieron ni dos líneas”, afirmó Ossandón.
La discusión entre los partidos por el futuro del diario estatal que también tiene capitales privados menores, fue zanjada de inmediato por el gobierno que, al parecer, no fue tan claro con los parlamentarios que aún encontraban la puerta abierta a la propuesta de vender.
La portavoz del Ejecutivo, Ena von Baer, aseguró que el diario “no se vende”, sino que se transformará en su propuesta informativa de manera permanente.
“El camino que está siguiendo el gobierno en este tema es que el diario La Nación no se vende y, por lo mismo, el directorio está buscando a una persona para que se encargue de este medio. La idea es tener un proyecto que sea objetivo, ciudadano y de servicio público”, comentó la secretaria de Estado.
Desde el Colegio de Periodistas son cautos al momento de tomar una postura respecto del tema, aunque su presidente, Abraham Santibáñez, asegura que apoyará la voluntad de los trabajadores de La Nación.
El periodista, que también formó parte del matutino a comienzos de los años noventa, reivindica la labor informativa de la empresa durante gran parte de los gobiernos de la Concertación y desestima así las calificaciones de Hernán Larraín.
“Salvo un par de episodios, uno de los cuales precisamente es el de Spiniak y el final de la campaña presidencial del año pasado, el diario no merece las descalificaciones que le han dado en estos días. Creo que la mayor parte de los últimos veinte años probablemente no satisfizo lo que hubiese querido la derecha, pero era creíble y respetado”, dijo el periodista.
Con la postura inflexible de gobierno en torno a la invariabilidad del nuevo proyecto de La Nación, habrá que esperar a ver si desde la UDI continuarán con la ofensiva tendiente a convencer al Ejecutivo de vender. Una estrategia que ya se adjudicó su primera victoria con la revocación de la designación de Mirko Macari como director del diario.
