Diario y Radio Universidad Chile

Año XVI, 23 de abril de 2024


Escritorio

Las banderas sindicales que ya no representan a todos los trabajadores

En esta celebración del Día del Trabajador, nuevamente sale a relucir la baja calidad del empleo en Chile. El 45 por ciento de la fuerza laboral tiene trabajos precarios o "desechables". Son los parias de la fuerza laboral, quienes no pueden acceder a los beneficios de las leyes, ni tampoco gozarían de las garantías que eventualmente podrían lograr los sindicatos, pues tampoco pueden ser parte de ellos.

Cristián Zúñiga Pozo

  Viernes 30 de abril 2010 18:58 hrs. 
MARCHA_SINDICAL

Compartir en

En una nueva conmemoración del 1 de mayo y, especialmente este del Bicentenario, la situación de cientos de miles de trabajadores no parece muy auspiciosa, sobre todo por la precariedad de las condiciones laborales en las que se desempeñan el grueso de los trabajadores chilenos. Demandas que se volverán a escuchar en las calles este Día del Trabajador.

Sin embargo, las peticiones que expondrán los trabajadores agrupados en sindicatos, tampoco son representativas de la fuerza laboral chilena, ya que gran parte de ella se encuentra en condiciones informales que les impiden, incluso, ser parte de estas organizaciones.

La Encuesta de Caracterización Socioeconómica (CASEN) de 2006 es clarificadora en este sentido. El 45 por ciento de la fuerza laboral (poco menos de 2 millones y medio de trabajadores) forma parte del empleo precario o trabajo desechable. El desglose de las cifras es la siguiente: Contrato Indefinido: 41,9 %; Contratos Atípicos (Contrato a plazo fijo, por faena, de aprendizaje, de servicios transitorios) 12,9%; Asalariados sin contrato (asalariado sin contrato, asalariado a honorarios):21,5%; Independientes (empleador, cuenta propia profesional, cuenta propia): 23,7 por ciento

De manera complementaria, las estadísticas que surgen a través del cobro del seguro de cesantía, demuestran que más de la mitad de los asalariados duran menos de un año en sus empleos. Esta situación, además incide en la baja productividad.El último informe de la OCDE muestra que ella ha disminuido de un 2.1 por ciento a un 1.2 por ciento durante las últimas décadas. Además, el explica que el 80 por ciento de la brecha entre el PIB de Chile y el de los países más desarrollados es atribuible a la baja productividad laboral.

Un estudio sobre los países miembros de la OCDE demuestra que aquellos con regulaciones laborales supuestamente “rígidas” son más productivos. Esto se explica por el capital humano que se puede acumular con empleos estables y con la motivación e identificación que tiene un trabajador con un determinado empleo.

Los trabajadores finalmente “rinden menos” porque tienen empleos que Kirsten Sehnbruch, académica del Instituto de Asuntos Públicos de la U. de Chile califica como “desechables”, donde se generan bajos niveles de ingresos y se reciben poca o nula capacitación, lo que termina influyendo en los resultados.

“Es muy poco probable que lleguemos a ser un país desarrollado con una economía basada en recursos naturales con la inequidad que tenemos y con un 45 por ciento de la fuerza laboral que tiene trabajo desechable o que no tiene trabajo o que ni siquiera puede acceder a un trabajo. Si uno hace el ejercicio de sumar los desocupados, los cesantes, la gente que le gustaría participar en el mercado laboral pero no puede y además estos trabajos que son poco productivos, los trabajos desechables uno llega a una cifra de un 45 por ciento. No veo cómo con el modelo actual vamos a lograr absorber ese 45 por ciento de sobre oferta laboral que tenemos en el fondo sin cambiar el modelo económico y si no la absorbemos vamos a seguir siendo un país muy desigual, muy inequitativo”, señaló Kirsten Sehnbruch, profesora del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile.

Otro de los puntos en conflicto es que actualmente los trabajadores con contratos indefinidos que son despedidos por razones no relacionados a su propia conducta tienen el derecho de recibir un mes de sueldo por cada año que duró su relación laboral. Pero los empresarios rechazan la ley que les impone el pago de las indemnizaciones por años de servicio porque les impone costos muy altos al momento de tener que despedir a un trabajador. Este costo puede llegar a ser insostenible durante momentos de crisis económica.

Sin embargo, los expertos aseguran que el objetivo de avanzar hacia el desarrollo del país también debe comprometer a los empresarios en su relación con los trabajadores.  En ese sentido, Sehnbruch considera que este 1 de mayo se da en un contexto especialmente favorable para lograr avanzar debido a la cercanía del actual gobierno con el sector.

“Me parece que al tener un gobierno que tiene estrechos vínculos con los empresarios, si hay un grupo de actores sociales que entienden este problema son los empresarios, ya que, ellos saben perfectamente que se pueden fomentar nuevos sectores económicos a través de políticas que atraen inversiones por ejemplo. Se tiene que tener en cuenta que un empresario perfectamente puede ganar más plata cortando un árbol y exportándolo a China que convirtiendo ese árbol en un producto terminado que se venda en el país. El rol de los empresarios no es cambiar el modelo económico, el rol de los empresarios es hacer su negocio y generar utilidades de la forma que ellos quieran”, agregó la investigadora del Centro de Micro Datos del Departamento de Economía de la Universidad de Chile.

Frente a esta situación, el secretario de negociación y conflicto de la CUT, Cristián Cuevas, destacó que sigue siendo relevante defender los derechos de los trabajadores en este nuevo marco político en que se dan las negociaciones.

“Necesitamos ampliar los derechos de los trabajadores y trabajadoras, lo que significa: Negociación colectiva por sector, la implementación del ejercicio de la libertad sindical, el derecho efectiva a huelga, además de avanzar hacia trabajadores que no están organizados los que son mayoritarios, como por ejemplo, los empleados del retail, los trabajadores de los Call Center, los trabajadores a honorarios que son miles en el país y que no tienen ningún tipo de protección social. Consideramos también importante la mirada política para constituirnos en un eje orientador, transformador y movilizador”, señaló el dirigente.

En las marchas de este 1 de mayo en varias ciudades del país, los trabajadores reiterarán demandas que no son nuevas para las autoridades actuales y las antiguas y que, en definitiva, buscan aumentar y hacer respetar los derechos laborales de los chilenos. Mientras esto ocurra, la mitad de la fuerza laboral será un mero espectador de estas solicitudes que, aunque se aceptaran como válidas, a ellos tampoco los beneficiarían por estar marginados del Código del Trabajo, que no se hace cargo de la nueva realidad de este mercado laboral que, en los hechos, funciona bajo la impronta de la flexibilidad que capta especialmente a los trabajadores menos calificados.

Síguenos en