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Año XVI, 16 de abril de 2024


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Expertos reconocen dificultades en el sistema predictivo en las primeras preemergencias del año

Los primeros episodios ambientales críticos del año en Santiago han estado marcados por las descoordinaciones. Desde el Cenma, organismo que administra el sistema de pronóstico de la calidad, asumieron que existen profundas fallas en el sistema predictivo, pese a las inversiones que se han realizado para mejorarlo. En tanto, diputados proponen aumentar las multas a vehículos y empresas que violen los estados de alerta.

Ninoska Leiva

  Lunes 10 de mayo 2010 21:21 hrs. 
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Llegó el periodo de mayor contaminación a Santiago y ya quedó en evidencia la vulnerabilidad de los sistemas de predicción de episodios críticos de nuestro país.

Las primeras preemergencias del año ya se presentaron en la capital. Sin embargo, estos episodios no fueron del todo normales: la primera de ellas se decretó sobre la marcha, ya que la Intendencia Metropolitana sólo había determinado alerta ambiental preventiva, porque el sistema de pronóstico no detectó la alta contaminación que se acercaba.

Esta es la segunda vez este año en que la Intendencia no decreta un episodio, a pesar de que, efectivamente, se registra. El primero de ellos fue el 30 de abril pasado, cuando se produjo una alerta ambiental y el Gobierno no lanzó ninguna medida preventiva.

En este escenario, el diputado de la UDI, Gustavo Hasbún, propuso mejorar el sistema predictivo de la calidad del aire y aumentar las multas a vehículos y empresas que violen los estados de alerta, preemergencia o emergencia ambiental.

Hasbún fue enfático en decir que “el modelo predictivo fracasó hace mucho tiempo, lo que  demuestra el fracaso de las políticas medioambientales de los gobiernos de la Concertación” y agregó que espera que esta administración entienda “que no es aceptable y que no se puede seguir siendo negligente porque se está afectando la salud de muchos chilenos. Esta es la mejor oportunidad que tienen para hacer las modificaciones, de lo contrario, van a pasar a ser cómplices de políticas erradas, que fracasan en el tiempo”.

Pero las críticas también vienen del interior. Desde el Centro Nacional del Medio Ambiente de la Universidad de Chile (CENMA), que administra el sistema de pronóstico de calidad de aire desde el año 2000, reconocen que los problemas se dan porque es un sistema dinámico y altamente complejo.

“Uno se enfrenta algo tan delicado como predecir lo que va a donde ocurrir al día siguiente y la tarea se vuelve aún más difícil en meteorología hay eventos que se desarrollan en un par de horas. Por ejemplo, en este momento estamos esperando que se desarrolle una vaguada costera que podría limpiar la atmósfera de Santiago, pero también puede ocurrir lo contrario. Estos son procesos difíciles de pronosticar y si uno revisa los distintos países donde se produce esta situación, el diagnóstico no es mejor que el que existe hoy en Chile”, explicó el jefe de la unidad de modelación y gestión de calidad de aire, Rodrigo Seguel.

De todas formas, el ingeniero ambiental aseguró  que es posible implementar mejoras significativas y que se está trabajando en esa dirección. “Hay que perfeccionar el sistema de pronóstico que se utiliza hoy y eso es claro. Pese a que existe una red meteorológica operativa, todavía hay incertidumbre, sobre todo, en lo que tiene que ver con cómo se distribuyen las emisiones en la Región Metropolitana. Cuando se genera una alerta o una preemergencia, en ocasiones, sólo involucra a una comuna de la región, pero se afectan todas. La gestión apunta a ser más específico y esa es la medida en la que se está trabajando en todos los centros de investigación que ven el tema ambiental en la actualidad”, afirmó.

El experto indico además que el CENMA en conjunto con otros organismos relacionados con el medio ambiente como la CONAMA, la Intendencia regional y  la Dirección Meteorológica han hecho una inversión reciente que supera el millón de dólares. Todo con el fin de mejorar el tan cuestionado modelo predictivo.

Durante mayo y junio se realizaran seminarios, exposiciones y capacitaciones sobre calidad del aire y ozono. La idea es que expertos de nivel mundial como Erik Fugita, Barbara Zielinska y James Norris vean la realidad chilena y puedan  entregar su experiencia en centros de máximo nivel para ayudar a resolver la problemática chilena de la contaminación.

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