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Año XVI, 24 de abril de 2024


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Entrevista a Eugenio Tironi

“Piñera ganó gracias al éxito de la dupla Bachelet-Velasco”

El libro “Radiografía de una derrota” se convirtió en referente del errático debate político de hoy, con su franqueza para develar las sinrazones de una campaña que no cuajó al presentar a un candidato del pasado como “puente” hacia las nuevas generaciones.

Hugo Mery

  Jueves 13 de mayo 2010 19:36 hrs. 
Radio-Uchile

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A falta de un examen autocrítico de la Concertación, el libro de uno de los estrategas de su campaña presidencial vino a llenar el vacío. “Radiografía de una derrota” fue escrito por el empresario y sociólogo Eugenio Tironi cuando aún humeaba la pólvora del fuego cruzado entre Eduardo Frei y Sebastián Piñera. Una pólvora insuficiente, según el autor, porque la multipartidaria que gobernó Chile durante 20 años no pudo ni supo o, derechamente, no quiso convocar a un quinto gobierno.

En el libro se pone fuerte acento en la figura del candidato, antes de pasar al “relato” y las estrategias. Si el abanderado hubiese sido alguien más de la vieja guardia, otro ex Presidente, ¿pudo ser distinto el resultado?

La campaña fue el intento frustrado de desplazar el centro de atención desde el candidato hacia el programa o el “relato”. Tratamos de compensar sus debilidades sintonizándolo con las aspiraciones de la gente. Fue un esfuerzo titánico, pero frustrado, porque los electores toman sus decisiones de una manera menos racional, a partir de la figura y la biografía del candidato.

Mi gran aprendizaje es que esa sustitución estaba totalmente destinada al fracaso.

Así lo dicen ahora dirigentes como Pepe Auth.

Yo soy más autocrítico. No haber hecho un esfuerzo mayor para sacar a la luz algo de su biografía y trayectoria que fuese atractivo… No supe hacerlo, fallé.

Pero, ¿era posible hacerlo?

Era muy difícil. Contra ello conspiraban varios factores, como la mochila de plomo que porta un ex Presidente. En Chile no tenemos miedo al futuro, tenemos más miedo al pasado.

¿Se trataba para la Concertación de renovar su convocatoria con un “hijo” de la nueva generación?

Ahora pienso que sí. Visto en perspectiva, sí. Yo no lo anticipé ni lo adiviné… Pensé que el impacto de la crisis económica mundial iba a ser más fuerte de lo que fue en Chile, que crearía un vacío, un espacio para algo que nunca había ocurrido en la historia republicana de Chile, reelegir a un ex Presidente.     Pero el león no fue tan bravo como pintaron, en gran medida gracias a la dupla Bachelet-Velasco. La opción se desintegró. Sin la buena gestión de la crisis, la idea de Piñera habría sido más difícil para mucha gente. Este ganó gracias a Velasco, de su buena gestión, porque no se habría optado por un cambio si la crisis no se hubiese controlado.

¿A esas alturas las debilidades del candidato se hicieron, entonces, irremontables?

No me gusta hablar de las debilidades del candidato, sino del cambio de circunstancias, que se hicieron adversas para cualquiera que no fuese de una nueva generación. Seguir buscando en el baúl del pasado una figura con experiencia sólo refuerza la idea de que la Concertación leyó mal a Chile.

“Para los partidos, Frei era el mejor candidato con el cual perder”

Se ofreció una Patria Nueva con Frei como puente a una generación de recambio. ¿Por qué un puente y no una nueva generación de frentón? ¿Un joven habría entrado en tensión con las cúpulas partidarias?

No habría sido posible, porque en la coalición se fue diluyendo el espíritu comunitario, basado en valores y construido con un cemento a veces indefinible, que va más allá de las formalidades, de los protocolos. Por el contrario,  las instituciones, los intereses comunes se fueron erosionando y no sólo naturalmente. Hubo actores que se esforzaron en hacerlo. Las directivas de los partidos se veían amenazadas por esta fronda, llámese transversalismo o Mapu-Martínez o boeningerismo.

Para los partidos, Frei era el mejor candidato con el cual perder. Los hechos posteriores han demostrado que tenían razón.

Había también un déficit social en la administración del “modelo” por la Concertación.

Estoy francamente en desacuerdo con esa tesis de falta de reformas sociales y excesivo centrismo liberal. Si eso era lo que la gente quería tendríamos a Arrate de Presidente. No me calza. Dejémonos de historias. Bachelet no recibió tan alta aprobación por su carisma y simpatía. Eso es evadir la verdad. Ella metió al Estado como nunca antes en la vida de las personas más vulnerables, les puso jardines infantiles, les dio bonos y creó el programa Chile Crece Contigo.

¿Pero ese asistencialismo es socialismo?

No sé, pero es peso acumulativo. La Concertación básicamente introdujo más Estado en los`90 hasta que termina por distintas vías.

¿Por qué no cuajó el relato de la Patria Nueva, sólo por ser el candidato un hombre mayor?

No cuajó porque no se constituyó una comunidad que estuviese dispuesta a cortarse las venas. No hubo uno de esos grupos que se llaman generaciones. No hubo esfuerzo intelectual ni espacio de deliberación, sino una campaña fría e instrumental, con mucha desconfianza entre los partidos de una coalición sin agentes trasversales que disparó a quienes intentaron serlo. El candidato tuvo en general una actitud pragmática y rehuyó las instancias de reflexión, por considerarlas una pérdida de tiempo.

No cuajó porque no hubo interés ni intento de rehacerse, sino de retomar los intereses propios, confeccionando las respectivas plantillas parlamentarias. No se hizo siquiera el intento, lo que era más frustrante.

El anómalo duopolio de la prensa escrita

Entre todos los factores no se menciona en el libro la situación de la prensa diaria escrita, que marca la pauta noticiosa en la sección política de los otros medios. Aparte de constituir una anormalidad en un país democrático, ¿jugó un rol en el triunfo de Piñera?

Compartiendo contigo que es una anormalidad que no exista un medio con valores y acepciones de centro izquierda, no creo que fuese determinante. Lo que pasó es que, así como la británica se enamoró del líder liberal Nicholas Clegg, la prensa chilena se enamoró de Marco Enríquez…

Porque el conflicto es noticia.

La de Frei fue la campaña que menos cobertura tuvo. También porque había sintonía generacional con los periodistas jóvenes, por esa mezcla de celebridad que vinculaba el mundo del espectáculo con la política y de actitud iconoclasta propia de los jóvenes, que no se toman las cosas muy en serio. ME-O puso la agenda, el ritmo y el estilo. Frei es una persona mayor al que le costó mucho adaptarse a los realities y los talk-shows, que tienen más rating que un debate. Era extraordinariamente difícil poner una idea si no había un componente de espectáculo.

Mucho antes que la “Radiografía de una derrota”, en 1991 dijiste, como secretario de comunicaciones de Aylwin, que “la mejor política” en esa materia era “no tener una”. Y a 19 años seguimos con el predominio sin contrapeso de dos grandes cadenas de diarios.

Esa frase representa exactamente lo que dije, en controversia con los que querían emplear los recursos del Estado para propaganda, como hizo la dictadura. Decidimos no usar las mismas armas, sino destruirlas, emancipando a TVN del gobierno de turno y desmantelando radio Nacional. Pero no hicimos nada con el diario La Nación  y eso fue una deuda y un error.

¿Y no debieron preocuparse de que el Estado avisase en todos los medios escritos y no sólo en dos?

El mensaje se usa para llegar a ciertas audiencias y se cae en malversación de fondos públicos si se hace con otros fines. Así como no se le puede pedir al periodista que escriba según como piense el dueño del medio, sería muy poco profesional pedirle al gerente de marketing que avise en los medios que son de preferencia de los miembros del directorio de una empresa pública.

Se trata de equidad y de que justamente la empresa estatal no discrimine a favor de determinados medios, ya que el avisaje es tanto o más importante que la lectoría.

El Estado se desmanteló en tiempos de Pinochet, por lo que la proporción del avisaje público se volvió muy baja.

Hay aún otros recursos para resguardar este bien público que es la pluralidad informativa. Por ejemplo, los créditos blandos y los subsidios a la manera de la BBC y la Deutsche Welle…

Hay un subsidio que se entregó a TVN…

Empresa que debe autofinanciarse, según mandato de la ley prohijada por ustedes.

Sí, pero el deber de autofinanciarse viene después de entregar a la nueva empresa pública el patrimonio de Televisión Nacional, sin que tuviese que pagar jamás por él. Es como si a una empresa privada sometida a las reglas del mercado -donde no subsisten los medios malos-, el Estado le regalase el edificio.

Los dos medios subsistentes serán buenos o malos, pero partieron con una ventaja frente a los que han buscado romper su predominio: el Estado los salvó de la bancarrota durante la dictadura. Es como si les hubiese regalado el edificio. ¿Por qué no podía el Estado democrático compensar esa ventaja?

No, la cosa estaba en La Nación. Ahí estaba la madre del cordero.

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