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Carlos Larraín: “La UDI es como una señorita buenamoza y exigente”

Así graficó el actual presidente de Renovación Nacional en el programa RadioAnálisis de nuestra emisora, la relación con sus compañeros de coalición, quienes en el último tiempo han lanzado fuertes críticas a la gestión de Sebastián Piñera. Además, analizó el rol político que jugará quien dirija la tienda oficialista en el próximo periodo, cargo al que vuelve a postular.

Loreto Soto

  Miércoles 19 de mayo 2010 1:59 hrs. 
Radio-Uchile

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Dirigir el partido al que pertenece el Presidente de la República no es tarea fácil. Bien lo sabe Carlos Larraín, el actual líder de Renovación Nacional, quien ha tenido que lidiar con la gran cantidad de críticas que ha recibido el Gobierno en sus primeros meses a la cabeza del país, incluso, desde sus propios compañeros de coalición.

Por eso, la decisión de volver a postular a un nuevo periodo en la dirigencia de la tienda oficialista obedecería más bien a una estrategia política, comentó Larraín al programa RadioAnálisis de nuestra emisora.

“Hay gustos que merecen palos, es cierto. En mi caso es penitencia por mis pecados porque no es una cosa fácil, es un arbitraje permanente. Todo el mundo quiere un pedacito de la persona presidente, algunos para incinerarlo, otros no sé para qué. Es un trabajo muy demandante, pero quiero hacer una contribución que consiste en ponerle un tapón por dos años a los tironeos internos que son propios de los partidos políticos y como este es uno de los partidos que sustenta al gobierno de Sebastián Piñera, está la obligación de darle al Presidente un pulmón y un riñón sano que cumplan sus funciones”, dijo.

En este sentido, el concejal de Las Condes indicó que no cree que la recién oficializada lista del diputado Cristián Mönckeberg logre cumplir a cabalidad con la tarea de ser el principal apoyo del gobierno, porque su primera responsabilidad es su labor como parlamentario.

Larraín insistió en que Renovación Nacional debía ser la columna vertebral de la gestión del Gobierno, pese a que, desde un principio, Sebastián  Piñera se distanció de lo puramente político, por ejemplo, en el nombramiento de su gabinete y de las principales autoridades de su administración.

Por lo mismo, ante el eventual menoscabo del partido en relación con lo que resulte del mandato de Piñera, el abogado señaló que en conversación con el propio Jefe de Estado le manifestó que “en el minuto en que esté en un desacuerdo frontal con su gestión yo me voy a ir de la presidencia del partido. Eso no es una amenaza, pero ese es el papel de un partido. Que esto pueda terminar en un detrimento de la colectividad, no sería la primera vez en que el partido de gobierno se achica en el transcurso de un periodo presidencial, son los que tienen que pagar los platos rotos”.

Sin embargo, uno de los temas que ha generado mayor controversia es la relación que mantiene la UDI  tanto con sus socios de coalición como con Piñera. Larraín comparó esta situación con la de un matrimonio, apuntando que “hay que acostumbrarse y aprender a convivir, que el señor en la noche llega de mala y que la señora no se peinó en la mañana, ese tipo de cosas. Si se puso muy pesada la vieja ahora el divorcio está mucho más facilitado. O se va ella o se va uno. En estos momentos la UDI más que ser una vieja mañosa, es una señorita buenamozona y exigente”.

Otra posible “vieja mañosa” en el camino de RN sería el carácter autosuficiente del actual jefe de Estado. Sin embargo, el dirigente descartó inmediatamente esta analogía y sostuvo que “ él sabe mandar y le gusta que las cosas se hagan como él quiere, pero eso no es malo para el país. Estuvimos en un líquido amniótico durante mucho tiempo donde no se resolvía casi nada y si no hubiese sido porque el cobre estuvo cerca de los 3,50 dólares la libra, habríamos tenido un porrazo a la griega”.

Con este escenario en mente, Larraín adelantó que su arma para enfrentar las internas de su partido será reforzar la idea de lo que se ha logrado hasta el momento.  “Renovación Nacional se ha embarnecido. Perdimos dos diputados, pero ganamos un senador, tenemos el mayor número de alcaldes, de concejales y sin jactancia, somos el partido más previsible. Antes era un ring permanente y ahora ha dejado de serlo. Hemos pacificado esta tienda, la hemos hecho crecer. Además, no tengo absolutamente ninguna aspiración política. Por mi me retiraría a podar mis rositas porque no quiero ningún cargo para mí”.

A juicio de Larraín, la tarea primordial es fortalecer RN, ya que según él, “no tiene estructura y pese a las concomitancias oligárquicas, no tiene plata. Somos un partido pobre”.

Por lo mismo concluyó que su ventaja comparativa para esta carrera es su dedicación, casi al cien por ciento, a la actividad partidaria.

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