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Año XVI, 29 de marzo de 2024


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Los silencios del mensaje presidencial

La primera Cuenta Pública de Sebastián Piñera como Presidente de la República giró en torno a un eje de siete temáticas, donde abundaron las propuestas y los anuncios. Sin embargo, fueron varias las omisiones que tuvo el mensaje, donde indígenas, homosexuales y deudores habitacionales, entre otros, quedaron fuera de las futuras políticas del Ejecutivo.

Daniela Ruiz

  Viernes 21 de mayo 2010 15:22 hrs. 
Radio-Uchile

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Marcado por un eje de siete temáticas como el crecimiento económico, mayor empleo , combate a la delincuencia, mejoras de la salud, calidad de la educación, superación de la pobreza y fortalecimiento de la democracia, y con  una extensión de una hora con 49 minutos, se desarrolló la primera cuenta pública del Presidente Sebastián Piñera frente al Congreso este 21 de mayo.

No obstante, varios temas fueron omitidos o brevemente enunciados por el mandatario, los que tienen que ver con demandas históricas de varios sectores de la sociedad, problemáticas contingentes y  relaciones exteriores con  países del concierto internacional.

Las culturas indígenas y los conflictos con pueblos originarios quedaron fuera de todo anuncio, solamente mencionados por breves segundos cuando Piñera recordó el “Plan Araucanía”, parte de su programa  de gobierno, que hasta el momento no se ha desarrollado más allá de los cambios en la dirección de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena.

Del mismo modo, aunque les dio la mano durante su campaña presidencial, el mandatario obvió todo tipo de anuncio en relación a las minorías sexuales, dando cuenta del éxito de las gestiones establecidas desde la UDI para que entre los temas valóricos no se mencionaran iniciativas como la unión civil de parejas, pero sí se anunciaran un bono de Bodas de Oro para las parejas que cumplan 50 años de matrimonio.

Por otro lado, aunque esta vez se quedaron fuera Salón de Honor del Congreso, al que varias veces pudieron colarse para el 21 de mayo para demandar mejoras a su situación, los deudores habitacionales fueron relegados a un segundo plano, producto de las políticas de reconstrucción en Vivienda.

Quienes sí llegaron al Parlamento, pero sólo para manifestarse a sus afueras, fueron los funcionarios públicos, los que sin embargo no oyeron respuestas a sus denuncias por los despidos arbitrarios a los que han sido sometidos en la administración del Estado, pese a las promesas de campaña de Piñera de que estas medidas no se iban a tomar.

Lo mismo ocurrió con los profesores, quienes sólo escucharon críticas a la calidad de la educación y medidas tendientes a mejorar su desempeño, pero se quedaron nuevamente a la expectativa de una mención acerca de su demanda por la deuda histórica.

El diario La Nación y su futuro, tampoco fue tocado en su discurso por el líder del Ejecutivo, manteniendo en la incertidumbre a los trabajadores del periódico, quienes han exigido claridad al gobierno y lo han emplazado para que establezca un estatuto de autonomía en el medio, similar al que rige en Televisión Nacional de Chile.

La palabra “Cultura” tampoco resonó en el Salón de Honor del Congreso, considerando  que Chile vive el año del Bicentenario y que el gobierno de la Presidenta Michelle Bachellet estableció varias medidas en esta área tomando como hito los doscientos años del país.

Tampoco se hizo mención a las política exterior del país, considerando los acercamientos del Presidente Piñera con el mandatario peruano, Alan García, pero también su encuentro con el equipo de abogados que asesora al gobierno ante el Tribunal de La Haya por el conflicto de diferendo marítimo con Perú. Asimismo, la situación con Argentina y los Campos de Hielo Sur también fue omitida.

Finalmente, pese a que se hizo hincapié en aprobar las reformas de ley de inscripción automática y voto voluntario, y se anunció una reforma a ley de partidos políticos con la intención de modificar las primarias de las colectividades, reformas al sistema binominal que rige en el país desde la implementación de la Constitución de 1980 fueron parte de los silencios que Sebastián Piñera guardó en su primera Cuenta Pública como Presidente.

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