El abordaje violento por parte de Israel en la flotilla con ayuda humanitaria que navegaba desde Turquía hacia la franja de Gaza muestra el extremo nerviosismo que reina en el gobierno israelí ante la presión internacional para que negocie con los palestinos.
Israel ha usado masivamente y de forma desproporcionada la violencia, como en muchas ocasiones anteriores, para mostrar que cualquier violación de sus reglas es duramente castigada. Cuando todavía hay ecos de la operación de la inteligencia israelí que asesinó a un líder de Hamás en Dubai usando pasaportes falsos de ciudadanos europeos, esta acción en el Mediterráneo confirma que Israel ha decidido atrincherarse en posiciones de fuerza.
El ataque a la flotilla se une a leyes recientes y restricciones que Israel está imponiendo contra las organizaciones no gubernamentales israelíes, palestinas e internacionales.
Para Israel la flotilla humanitaria le ha dado la excusa para atacarla, y justificarse indicando que no está integrada por grupos pacifistas y humanitarios sino que son violentos aliados de Hamás, y de esta forma dinamitar el proceso de negociaciones indirectas con los palestinos que Estados Unidos acaba de acordar con las dos partes. De inmediato Hamás ha hecho un llamado a la Autoridad Palestina para que cesen las conversaciones con el gobierno israelí poniéndola en un serio aprieto. También para los países árabes, especialmente Egipto, será un serio problema cómo responder.
No resulta creíble que fuerzas especiales como las de Israel no pudiesen controlar la flotilla sin producir entre 10 a 14 víctimas como indican las primeras cifras. De hecho, los barcos podrían hacer sido detenidos por barcos de guerra de Israel impidiéndoles avanzar. Esta ha sido una maniobra de castigo.
Esta operación le producirá a Israel mayor desprestigio y le acarreará más problemas con la comunidad internacional. El informe Goldstone sobre la operación en Gaza en 2008 2009 ha preocupado mucho al gobierno israelí pero, por el momento, el primer ministro Benjamin Netanyahu y el ministro de Defensa Ehud Barak parecen decididos a continuar con una política de resistencia y fuerza que les aislará y les producirá más problemas desde la perspectiva del Derecho Internacional.
El abordaje violento por parte de Israel en la flotilla con ayuda humanitaria que navegaba desde Turquía hacia la franja de Gaza muestra el extremo nerviosismo que reina en el gobierno israelí ante la presión internacional para que negocie con los palestinos.
Israel ha usado masivamente y de forma desproporcionada la violencia, como en muchas ocasiones anteriores, para mostrar que cualquier violación de sus reglas es duramente castigada. Cuando todavía hay ecos de la operación de la inteligencia israelí que asesinó a un líder de Hamás en Dubai usando pasaportes falsos de ciudadanos europeos, esta acción en el Mediterráneo confirma que Israel ha decidido atrincherarse en posiciones de fuerza.
El ataque a la flotilla se une a leyes recientes y restricciones que Israel está imponiendo contra las organizaciones no gubernamentales israelíes, palestinas e internacionales.
Para Israel la flotilla humanitaria le ha dado la excusa para atacarla, y justificarse indicando que no está integrada por grupos pacifistas y humanitarios sino que son violentos aliados de Hamás, y de esta forma dinamitar el proceso de negociaciones indirectas con los palestinos que Estados Unidos acaba de acordar con las dos partes. De inmediato Hamás ha hecho un llamado a la Autoridad Palestina para que cesen las conversaciones con el gobierno israelí poniéndola en un serio aprieto. También para los países árabes, especialmente Egipto, será un serio problema cómo responder.
No resulta creíble que fuerzas especiales como las de Israel no pudiesen controlar la flotilla sin producir entre 10 a 14 víctimas como indican las primeras cifras. De hecho, los barcos podrían hacer sido detenidos por barcos de guerra de Israel impidiéndoles avanzar. Esta ha sido una maniobra de castigo.
Esta operación le producirá a Israel mayor desprestigio y le acarreará más problemas con la comunidad internacional. El informe Goldstone sobre la operación en Gaza en 2008 2009 ha preocupado mucho al gobierno israelí pero, por el momento, el primer ministro Benjamin Netanyahu y el ministro de Defensa Ehud Barak parecen decididos a continuar con una política de resistencia y fuerza que les aislará y les producirá más problemas desde la perspectiva del Derecho Internacional.
El abordaje violento por parte de Israel en la flotilla con ayuda humanitaria que navegaba desde Turquía hacia la franja de Gaza muestra el extremo nerviosismo que reina en el gobierno israelí ante la presión internacional para que negocie con los palestinos.
Israel ha usado masivamente y de forma desproporcionada la violencia, como en muchas ocasiones anteriores, para mostrar que cualquier violación de sus reglas es duramente castigada. Cuando todavía hay ecos de la operación de la inteligencia israelí que asesinó a un líder de Hamás en Dubai usando pasaportes falsos de ciudadanos europeos, esta acción en el Mediterráneo confirma que Israel ha decidido atrincherarse en posiciones de fuerza.
El ataque a la flotilla se une a leyes recientes y restricciones que Israel está imponiendo contra las organizaciones no gubernamentales israelíes, palestinas e internacionales.
Para Israel la flotilla humanitaria le ha dado la excusa para atacarla, y justificarse indicando que no está integrada por grupos pacifistas y humanitarios sino que son violentos aliados de Hamás, y de esta forma dinamitar el proceso de negociaciones indirectas con los palestinos que Estados Unidos acaba de acordar con las dos partes. De inmediato Hamás ha hecho un llamado a la Autoridad Palestina para que cesen las conversaciones con el gobierno israelí poniéndola en un serio aprieto. También para los países árabes, especialmente Egipto, será un serio problema cómo responder.
No resulta creíble que fuerzas especiales como las de Israel no pudiesen controlar la flotilla sin producir entre 10 a 14 víctimas como indican las primeras cifras. De hecho, los barcos podrían hacer sido detenidos por barcos de guerra de Israel impidiéndoles avanzar. Esta ha sido una maniobra de castigo.
Esta operación le producirá a Israel mayor desprestigio y le acarreará más problemas con la comunidad internacional. El informe Goldstone sobre la operación en Gaza en 2008 2009 ha preocupado mucho al gobierno israelí pero, por el momento, el primer ministro Benjamin Netanyahu y el ministro de Defensa Ehud Barak parecen decididos a continuar con una política de resistencia y fuerza que les aislará y les producirá más problemas desde la perspectiva del Derecho Internacional.
