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Democracia urbana en Santiago ¿Sólo para el ABC1?

Columna de opinión por Julio Hurtado
Jueves 3 de junio 2010 14:06 hrs.


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En el comentario de la semana anterior, manifestamos preocupación por la sospechosa coincidencia entre la repentina aparición en los medios de los problemas del Transantiago, y el anuncio del ministerio del ramo por introducir reformas estructurales al sistema de transporte público en Santiago.

Lo preocupante del tema es que se pretende introducir más mercado, mayor competencia entre los operadores del sistema, desnaturalizando de esa manera los pocos avances que ha significado el Transantiago, para volver nuevamente a la ley de la selva en nuestra ciudad. Todo motivado por una ideología decimonónica de aquellos talibanes del mercado que, transversalmente, abundan en nuestro país.

Pero, decíamos también, que nos interesaba analizar la consulta que se realizará en la comuna de Las Condes respecto a la posible instalación de un mall (pequeño, pero mall) en el barrio aledaño a las calles Martín de Zamora y Colón.

Al respecto, habrá que estar atentos. Nuevamente están los actores de la ideología del mercado a ultranza tratando de imponer su modelo en la ciudad.

En este caso, se pretende cambiar un uso escolar por uno comercial. Y no cualquier uso comercial, sino uno que implica congestión, inseguridad, contaminación y pérdida de valores urbanos para un barrio residencial característico y tradicional de nuestra ciudad.

En este caso, al igual que en el del Transantiago, se privilegia la ganancia de la micro localización urbana por sobre la rentabilidad social de la ciudad. Sin embargo, hay algún consuelo, ya que debido a su alto nivel socioeconómico, sus habitantes tendrán oportunidad para pronunciarse acerca de esta propuesta. Lo anterior significa un interesante grado de democracia urbana, único instrumento para contrarrestar la voraz acción de empresas e ideólogos del libre mercadismo a ultranza.

Sin embargo, esta interesante iniciativa, que puede contribuir a la construcción de una mejor ciudad por la acción de sus vecinos (algo similar a lo que ocurrió, hace más de un año atrás, con un plebiscito sobre la edificación en altura en la comuna de Vitacura), nos deja algunas dudas.

¿Sólo puede ser aplicada esta “democracia urbana” entre los vecinos de sectores socioeconómicos medios-altos y altos? ¿Tuvieron una posibilidad similar aquellos vecinos que frente a su vivienda se construyeron autopistas, pasos bajo y sobre nivel? ¿Se les consultó a los vecinos del occidente de Santiago cuando se les cercenó la posibilidad de acceso al río Mapocho debido al paso de las carreteras urbanas? ¿Tienen opinión los vecinos a quienes se les instaló una cárcel o un vertedero?

Al parecer, a estas personas no se les ha consultado nada. Coincidentemente, todas pertenecen a sectores socioeconómicos medio bajo y bajo.

Por otro lado, habrá que estar atentos a la actuación de los medios, quienes en aras del crecimiento económico, más que informar, están dispuestos, interesadamente, a crear opinión acerca de ciertos asuntos.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.