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Año XVI, 25 de abril de 2024


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Renuncia del embajador Otero revive diferencias por la dictadura

Espina: “Los embajadores de la Concertación resaltaron la figura de Allende y nunca nadie los criticó”

En la Alianza calificaron la dimisión de Otero a la embajada de Argentina como un “gesto patriótico” y apoyaron su “opinión histórica” de defender públicamente la dictadura. Mientras que en la Concertación calificaron “de muy mal gusto” las analogías entre Pinochet y Allende e insistieron que los dichos del ex diplomático “hieren a la mayoría del país”.

Sohad Houssein T

  Martes 8 de junio 2010 22:02 hrs. 
Foto BCNMiguel Otero, foto BCN

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Tanto va el cántaro al agua que al final se rompe. Y fue precisamente lo que ocurrió pasadas las 19:00 horas del martes, cuando desde la Cancillería informaron que el embajador en Argentina, Miguel Otero, presentó su renuncia indeclinable al ministro Alfredo Moreno, la que le fue aceptada.

La esperada salida del ex senador RN de la representación chilena en Buenos Aires se produjo luego de las presiones de la Concertación y agrupaciones de derechos humanos, al conocerse una entrevista a El Clarín donde manifestó, entre otras cosas, que “la mayoría de los chilenos no sintieron la dictadura”, defendió el golpe de Estado llamándolo “pronunciamiento militar” y asegurando que de no haber ocurrido “Chile sería Cuba”.

Y aunque el gobierno había descartado pedirle la renuncia, incluso después de un oficio de la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara donde pedían que esto se realizara “a la brevedad”, terminó por cortarse el hilo, dejando caer a Otero.

Pero más allá del impasse diplomático que significaron los dichos del abogado, pues en Argentina explotó también el rechazo, la noticia de su renuncia sacó a flote argumentos y expresiones que parecían olvidadas o, al menos, guardadas dentro del clóset de la política chilena.

Uno de los mayores defensores del reconocido pinochetista mientras duraba la polémica por la entrevista fue su sobrino y senador RN Alberto Espina, quien al conocer su dimisión comparó los homenajes al gobierno de Salvador Allende con la apología a la dictadura realizada por Otero.

“Los embajadores de la Concertación durante años resaltaron la figura de Salvador Allende y nunca nadie los criticó. Resulta que para nosotros ese gobierno tenía como objetivo final derrocar la democracia”, afirmó Espina, y dijo que “la lección de esto es el tipo de oposición que vamos a tener, que va a ser contumaz”.

Declaraciones que molestaron el senador PPD Ricardo Lagos Weber, quien inmediatamente las calificó “de muy mal gusto”. “No hay nadie en la comunidad internacional que pueda entender la analogía que hizo el senador Espina, de comparar al Presidente Allende con el general Pinochet, después de las torturas…”.

Pero Espina no fue el único. El presidente de la UDI, Juan Antonio Coloma, dijo que se trató de “un gesto noble del senador Otero”, pero recalcó que le “queda un sabor amargo” por la “intolerancia de algunos a cualquier visión histórica distinta de la que la izquierda maneja”.

Coloma agregó que las críticas al ex senador responde a una “incomprensión de lo que son las opiniones personales en democracia. He visto a muchos embajadores en tiempos pasados dar impresiones personales respecto de lo que fue la Historia de Chile sin que por esto se declarara ninguna incompatibilidad”.

Mientras que el UDI Hernán Larraín, presidente de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado, valoró “profundamente el gesto patriótico” de Otero. Resaltó que sus palabras fueron “sin advertencia” por lo que no tenía necesidad de renunciar, ya que “el Ejecutivo no lo había puesto en entredicho”.

“Él tiene todo derecho a tener las opiniones sobre la Historia que él considere adecuadas, por eso mismo, el gesto de renunciar lo hace grande (…) sus palabras, legítimas, en su opinión, le han traído efectos en Argentina que podrían dificultar su misión, por lo tanto, cuando valoro el gesto patriótico es porque ha puesto el interés de Chile por sobre sus intereses personales”, agregó Larraín.

Desde la Concertación, el presidente del Senado, Jorge Pizarro dijo que “con esto se acaba una comedia de equivocaciones, una cadena de errores. Creo que esto le da al Presidente Piñera la oportunidad de plantear una política exterior con visión de Estado, en que el tema de los derechos humanos, el valor de la democracia, de la libertad, el respeto a las personas sea el eje rector, eso es lo que hemos estado haciendo en estos últimos 20 años”.

Por su parte, el ex canciller Ignacio Walker (DC), aclaró que las declaraciones del embajador eran nocivas para el país porque “ni siquiera representa al gobierno, representa al Estado de Chile (…)  Se ha hecho lo correcto porque (las declaraciones) hieren los sentimientos de la gran mayoría de los chilenos y lesionan el interés nacional”.

Mientras que Guillermo Teillier, diputado integrante de la comisión de Relaciones Exteriores y presidente del Partido Comunista, indicó que quienes solicitaron la renuncia  “teníamos toda la razón y representamos a la mayoría del país” y señaló que “decir tamaña tontería finalmente le costó el puesto”.

Teillier dijo además que esta renuncia “se hace parecer como voluntaria, pero es evidente que es una solicitud del Presidente de la República, quien hasta ahora no había dicho nada para no comprometerse”.

El líder del PC señaló además que “es indudable que las declaraciones del embajador pusieron en entredicho la política de unidad nacional que ha tratado de llevar adelante -por lo menos en la forma- el gobierno de Piñera y también ha puesto en entredicho lo que el gobierno ha dicho sobre que no tiene a nadie relacionado con  las violaciones a los derechos humanos en dictadura, ni menos partidarios de la dictadura dentro del nuevo gobierno”.

Pero además de generar nuevos cuestionamientos a las designaciones del Gobierno, este episodio reflotó expresiones y posturas políticas que después de más de dos décadas de Transición, acuerdos políticos, democracia tutelada y la vuelta de la Alianza a La Moneda, parecían guardadas bajo tierra.

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