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Año XVI, 28 de marzo de 2024


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Tonka-Tanka/ Waka-Waka: los cuerpos del mundial


Viernes 11 de junio 2010 18:47 hrs.


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Los cuerpos del mundial invaden los medios de comunicación y nos provocan deleitosamente con sus pliegues de movimientos, formas y gestos. La canción símbolo mundialera no podía estar en boca de una mujer que no fuera voluptuosa y sensual: Shakira; el programa chileno de uno de los canales imperdibles tampoco podía permitirse el lujo de no desplegar una imagen de mujer provocadora con un toque angelical (sin duda por lo de católico): Tonka. Los sonidos de los nombres de estas mujeres parecen responder a la necesaria exhuberancia y excentricidad del continente que recibe al mundial: es el momento de África.

Los cuerpos femeninos aparecen mezclados con felinos salvajes. Estos son  las leonas anhelantes de fundirse con leones de abundantes melenas; fieros ellos, sensuales ellas. Los cuerpos de los hombres -marcados por el color de la diferencia racial-  se ven asociados a  musculaturas y tamaños físicos descomunales propios de los pueblos de África (según imaginarios occidentalizados de un mundo más complejo). En estas comparaciones, asociaciones, metáforas  y montajes mediáticos el continente se ha transformado en paisaje más mítico que nunca partiendo desde los cuerpos para abarcar lenguajes, sonidos, ritmos, paisajes y vestimentas pintorescas.

Chile en este contexto no podía quedarse atrás. Se sube grotescamente a estas imágenes fabricadas, ignorante (por primera vez) acerca de las cuestiones sociales que pulsan en el territorio mundialero: Sudáfrica  sale del apartheid recién el año 94 y se sostiene en la actualidad frágilmente con un post colonialismo que hace gala de habitar un país con una de las mayores desigualdades sociales internas. Así se ha denunciado que en este contexto del mundial las autoridades han expulsado hacia la periferia a los llamados  “sin techo” para que desaparezcan de la vista de los turistas extranjeros. La “higiene ambiental” siempre ha sido bienvenida en Tercer Mundo para esconder “las mugres” cuando se llevan a cabo espectáculos mediáticos del alcance de un mundial de fútbol.

Y si de cuerpos se trata, volvemos a este “Chile nuestro de cada día” que pone en disputa a hombres y mujeres a propósito del deporte masivo. El sexismo ocupa el primer plano cuando vemos propagandas que recomiendan a las mujeres no “perturbar” a los hombres mientras se lleva a cabo este fundamental espectáculo que pareciera sólo deportivo, pero que a estas alturas sabemos  que mueve millones de dólares en su despliegue capitalista salvaje. Asimismo, pone en evidencia la misoginia más ácida cuando se señala: “¿Quién dijo que a las mujeres no les importaba el fútbol? Hasta las menopáusicas despidieron a la roja”. Una cultura que usa y abusa de sus mujeres, que se ríe burlonamente de los sujetos femeninos para resaltar al macho chileno futbolero muestra su hilacha autoritaria y descalificadora de las diferencias;  sin embargo, en su ignorancia (por segunda vez) es capaz de disfrazarse de africanismo de este modo olvida que la diferencia sexo-género es hermana de la diferencia racial y económica porque en el sistema sexo-género dominante cada una se trama inevitablemente con las otras.