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Año XVI, 24 de abril de 2024


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Confiabilidad institucional y movilizaciones gremiales

Columna de opinión por Antonio Infante
Martes 15 de junio 2010 20:51 hrs.


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Como era de esperar se han iniciado las fintas entre el nuevo gobierno y las organizaciones gremiales del sector público. En salud la discusión ha sido provocada por las concesiones de hospitales y en los últimos días por la posibilidad de concesionar consultorios municipales.

Frente a esta declaración los trabajadores de la salud municipal han señalado su desacuerdo y también, como era de esperar, han anunciado movilizaciones.

Entiendo el derecho que tienen unos y otros de manifestar sus puntos de vista, pero creo que los trabajadores tienen que ser particularmente sabios y cautelosos en lo que piensen desarrollar. Si hay algo que ha caracterizado a los trabajadores de la salud municipal es anteponer sus reivindicaciones a las necesidades del los usuarios, dejando muchas veces botada la atención de salud con el consiguiente desprestigio de ésta.

Es cierto que en el caso de la salud municipal no hay una equivalente particular subvencionada y, por lo tanto, no existe el temor a la migración de pacientes, como lo que ha ocurrido con la educación municipal que con el paro de dos meses del año pasado prácticamente firmó su certificado de defunción.

Los usuarios necesitan servicios que atiendan a sus necesidades y cuando reiteradamente estos fallan o no cumplen con los estándares de calidad que ellos esperan, tienen todo el derecho a pedir alternativas.

Por múltiples razones hoy la salud municipal no responde a las expectativas de las personas. He señalado reiteradamente que tiene que ser la primera prioridad del gobierno. El primer contacto de los pacientes con el sistema de salud tiene que ser satisfactorio, confiable, acogedor y esas características no se encuentran hoy en los consultorios municipales. A ello ha contribuido el ministerio de Salud, los municipios y los funcionarios. Cada cual ha puesto lo suyo para que la salud municipal no goce de buena salud.

Una movilización de los trabajadores con los consiguientes paros significará el certificado de defunción de la salud municipal. Es probablemente lo que el gobierno espera para proponer alternativas privadas que en ese escenario serían apoyadas por la ciudadanía, cansada de recurrir a un sistema que no responde adecuadamente.

Desde mi punto de vista, los trabajadores de la salud municipal tienen que sentarse a conversar con el ministerio de Salud ¿Qué pretende el gobierno con las concesiones? ¿Por qué las plantea? Frente a ello ofrecer alternativas; plantear alianzas estratégicas entre el Estado y los trabajadores; poner a los usuarios y los pacientes en el centro de las conversaciones; asumir compromisos para dar una salud de calidad y pedir reciprocidad en el gobierno.

Esa es la salida que todos esperamos. Una salud municipal fortalecida, con actores jugados decididamente por las necesidades de la población y particularmente de los más vulnerables.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.