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Año XVI, 19 de abril de 2024


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Restructuración del Sename:

¿Simple estrategia o reales esperanzas?

La reestructuración del Servicio Nacional de Menores, anunciada por el Presidente de la República el pasado 21 de mayo, dejó la incertidumbre sobre el destino de la institución. Dudas que se disiparon al cumplirse los primeros cien días de gobierno, cuando el mandatario informó que sería dividido entre la cartera de Justicia y el nuevo ministerio de Desarrollo Social. Ahora, el cuestionamiento es otro: ¿servirá esta reforma para mejorar una entidad duramente cuestionada por las malas prácticas?

Ninoska Leiva

  Martes 29 de junio 2010 19:55 hrs. 
Radio-Uchile

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La reestructuración del Servicio Nacional de Menores significará una división interna y externa de la institución. La división interna pasa por no tener “a cargo” de una misma entidad a los menores de edad que cometen delito y  aquellos que no han infringido la ley, mientras que los cambios externos obedecen a una delegación de funciones al nuevo ministerio de Desarrollo Social, manteniendo en la cartera de Justicia a los niños que “tienen problemas con la justicia”.

En este sentido, el director del Sename, Francisco Estrada, señaló que la iniciativa surge a raíz de la despreocupación existente por los niños en situación de vulnerabilidad que no han cometido delitos.

Yo mismo he visitado residencias de menores que no cometen delitos y en general las condiciones son peores que en los centros juveniles de niños con conductas delictuales. La diferencia se genera porque la preocupación está siempre en el niño que se portó mal o que cometió una falta, pareciera que mientras el menor no comete delitos no es una preocupación…es eso lo que queremos cambiar con al reestructuración del Sename”, afirma Estrada.

Asimismo, Estrada reconoció que las principales deficiencias de la institución están en la “mala gestión que ha tenido siempre” por lo que indica que “se va a invertir en personal adecuado, infraestructura y cambiar algunas cosas”.

Por su parte, el ministro de Justicia, Felipe Bulnes, informó que la principal razón para reformar el Sename es impedir que los menores que no han cometido delito se “contaminen” con los que sí lo han hecho.

El secretario de Estado indicó que “buscamos separar dos realidades muy distintas, los menores en riesgo social con necesidad de protección y los infractores de ley” agregando que “como gobierno estamos abiertos a estudiar todas las medidas con la mayor vocación política, porque los niños con riesgo social requieren de ayuda y de un Estado que les brinde lo que su familia biológica no ha sido capaz de proporcionarles”.

Según los especialistas, la iniciativa del gobierno es arriesgada pero interesante, ya que es la primera vez que se intenta hacer cambios significativos a una institución que ha sido duramente cuestionada por el hacinamiento, las malas prácticas y la casi nula posibilidad de rehabilitación.

Para el cientista político y académico de la Universidad de Chile Bernardo Navarrete, los cambios que se pretenden hacer al interior del Sename también responden a una estrategia política, ya que “si Piñera logra que funcione bien el nuevo ministerio, que permitirá ordenar las políticas sociales, y también consigue reformular positivamente una institución que acoge a los niños vulnerables, sin duda que eso significará quitarle a la izquierda su bandera de lucha que es la igualdad”.

Cambio de perfil

El perfil actual de los niños que viven en residencias del Sename es muy distinto del que tenían los menores hace veinte años atrás.

En el marco del seminario “Nuevos Desafíos de protección residencial para los niños, niñas y adolescentes” organizado por el Unicef y el Sename, se dieron a conocer los resultados de un estudio que devela que la pobreza ya no es el principal factor de vulnerabilidad de estos menores, sino que ahora existen situaciones de mayor complejidad como la violencia intrafamiliar, la negligencia de los padres y, principalmente, el maltrato y abuso infantil.

La iniciativa, que recoge la evolución del sistema desde el año 1990 hasta ahora, también indica que las niñas son más propensas a los abusos que los varones. Esto, además de poner en alerta a las autoridades al señalar que estas nuevas “desviaciones” de los valores y de la familia crean un perfil de niños más agresivos, hiperactivos, consumidores y  rebeldes.

Para la psicóloga de Unicef, Soledad Larraín, el “tratar” a esta nueva generación de niños pasa primero por un aumento considerable de los recursos.

“Al ser niños vulnerados en gran parte de sus derechos y que en su mayoría entra al sistema por resolución judicial, se genera un perfil de niños muy complicado, por lo que requieren de cuidados especiales que deberían tener las residenciales y que es posible entregarlos sólo con más recursos” aseveró la experta.

En este sentido, la psicóloga ve con “buenos ojos” la creación del nuevo ministerio de Desarrollo Social y la reformulación del Servicio Nacional de Menores, que a juicio de Larraín “por fin se va diferenciar a los tipos de niños que necesitan ayuda del Estado, tal y como lo exigen los principios de la convención de los derechos del niño”.

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