La educación cívica tiene como objetivo otorgar a los estudiantes los conocimientos necesarios para que, en el futuro, cumplan con su rol de ciudadanos, conozcan sus deberes, derechos y se comprometan a formar parte de la comunidad.
Sin embargo, de acuerdo al último estudio internacional 2009 sobre educación cívica y formación ciudadana Chile aún está lejos de este ideal. Y pese a que el país obtuvo el primer lugar entre los países latinoamericanos, presentó índices bajo el promedio internacional (500 puntos) con 483 puntos.
“En relación con otras pruebas como matemática o lenguaje, en esta nos va mejor. Como en general a Chile le va mal en las pruebas internacionales, es bueno destacar cuando hay una donde estamos prácticamente en el promedio internacional. De todas formas, falta formación cívica en los jóvenes y por eso tal vez sea necesario restaurar esta materia en el currículum porque es clave para el derecho democrático y el ejercicio de la ciudadanía”, dijo el ministro de Educación, Joaquín Lavín.
Fueron 38 países de cuatro continentes los que participaron de este estudio: 26 de Europa, cinco de Asia, uno de Oceanía y seis latinoamericanos (Colombia, Paraguay, Guatemala, México y República Dominicana). De ellos, Finlandia y Dinamarca lideraron el ranking con 576 puntos.
En relación a los niveles de desempeño en el conocimiento cívico, los resultados revelan que hay sólo uno de cada cinco estudiantes son capaces de relacionar distintos aspectos de la realidad política y social y que conocen los mecanismos legales e institucionales que se utilizan para controlar estos procesos.
Un 16 por ciento no alcanza el nivel mínimo, lo que significa que no comprende cómo funciona la sociedad en la que debe insertarse.
En nuestro país se eliminó la asignatura que se llamaba educación cívica y se planteó un objetivo transversal, en el último ajuste curricular se hace más explícito y se ingresa historia y geografía.
Pese a ello, la coordinadora de Estudios Internacionales del Mineduc, Leonor Cariola llama la atención respecto del importante rol que juega la familia y otros actores de la comunidad en el proceso. “Los alumnos no reciben toda su educación del colegio, sino que otros agentes, como la familia y la prensa, tienen un rol fundamental y como es un tema actitudinal y valórico, depende mucho del resto de la sociedad”, precisó.
Por su parte, Osvaldo Silva Galdames, profesor de Estado en Historia, Geografía y Educación Cívica de la Universidad de Chile, sostuvo que “los programas son muy malos”, ya que “no hay nada sobre la Constitución y muy poco sobre derechos humano. Si uno no adquiere en el colegio la conciencia de querer participar y la certeza de que alguien toma esta participación en serio, la falencia podría durar para siempre”.
Pero las autoridades reconocen que estos ajustes no están entregando todos los resultados que se esperaban por eso informan que también pretenden medir “el clima escolar” en cada establecimiento y reevaluar los contenidos y la forma en que se entregan.
La educación cívica tiene como objetivo otorgar a los estudiantes los conocimientos necesarios para que, en el futuro, cumplan con su rol de ciudadanos, conozcan sus deberes, derechos y se comprometan a formar parte de la comunidad.
Sin embargo, de acuerdo al último estudio internacional 2009 sobre educación cívica y formación ciudadana Chile aún está lejos de este ideal. Y pese a que el país obtuvo el primer lugar entre los países latinoamericanos, presentó índices bajo el promedio internacional (500 puntos) con 483 puntos.
“En relación con otras pruebas como matemática o lenguaje, en esta nos va mejor. Como en general a Chile le va mal en las pruebas internacionales, es bueno destacar cuando hay una donde estamos prácticamente en el promedio internacional. De todas formas, falta formación cívica en los jóvenes y por eso tal vez sea necesario restaurar esta materia en el currículum porque es clave para el derecho democrático y el ejercicio de la ciudadanía”, dijo el ministro de Educación, Joaquín Lavín.
Fueron 38 países de cuatro continentes los que participaron de este estudio: 26 de Europa, cinco de Asia, uno de Oceanía y seis latinoamericanos (Colombia, Paraguay, Guatemala, México y República Dominicana). De ellos, Finlandia y Dinamarca lideraron el ranking con 576 puntos.
En relación a los niveles de desempeño en el conocimiento cívico, los resultados revelan que hay sólo uno de cada cinco estudiantes son capaces de relacionar distintos aspectos de la realidad política y social y que conocen los mecanismos legales e institucionales que se utilizan para controlar estos procesos.
Un 16 por ciento no alcanza el nivel mínimo, lo que significa que no comprende cómo funciona la sociedad en la que debe insertarse.
En nuestro país se eliminó la asignatura que se llamaba educación cívica y se planteó un objetivo transversal, en el último ajuste curricular se hace más explícito y se ingresa historia y geografía.
Pese a ello, la coordinadora de Estudios Internacionales del Mineduc, Leonor Cariola llama la atención respecto del importante rol que juega la familia y otros actores de la comunidad en el proceso. “Los alumnos no reciben toda su educación del colegio, sino que otros agentes, como la familia y la prensa, tienen un rol fundamental y como es un tema actitudinal y valórico, depende mucho del resto de la sociedad”, precisó.
Por su parte, Osvaldo Silva Galdames, profesor de Estado en Historia, Geografía y Educación Cívica de la Universidad de Chile, sostuvo que “los programas son muy malos”, ya que “no hay nada sobre la Constitución y muy poco sobre derechos humano. Si uno no adquiere en el colegio la conciencia de querer participar y la certeza de que alguien toma esta participación en serio, la falencia podría durar para siempre”.
Pero las autoridades reconocen que estos ajustes no están entregando todos los resultados que se esperaban por eso informan que también pretenden medir “el clima escolar” en cada establecimiento y reevaluar los contenidos y la forma en que se entregan.
La educación cívica tiene como objetivo otorgar a los estudiantes los conocimientos necesarios para que, en el futuro, cumplan con su rol de ciudadanos, conozcan sus deberes, derechos y se comprometan a formar parte de la comunidad.
Sin embargo, de acuerdo al último estudio internacional 2009 sobre educación cívica y formación ciudadana Chile aún está lejos de este ideal. Y pese a que el país obtuvo el primer lugar entre los países latinoamericanos, presentó índices bajo el promedio internacional (500 puntos) con 483 puntos.
“En relación con otras pruebas como matemática o lenguaje, en esta nos va mejor. Como en general a Chile le va mal en las pruebas internacionales, es bueno destacar cuando hay una donde estamos prácticamente en el promedio internacional. De todas formas, falta formación cívica en los jóvenes y por eso tal vez sea necesario restaurar esta materia en el currículum porque es clave para el derecho democrático y el ejercicio de la ciudadanía”, dijo el ministro de Educación, Joaquín Lavín.
Fueron 38 países de cuatro continentes los que participaron de este estudio: 26 de Europa, cinco de Asia, uno de Oceanía y seis latinoamericanos (Colombia, Paraguay, Guatemala, México y República Dominicana). De ellos, Finlandia y Dinamarca lideraron el ranking con 576 puntos.
En relación a los niveles de desempeño en el conocimiento cívico, los resultados revelan que hay sólo uno de cada cinco estudiantes son capaces de relacionar distintos aspectos de la realidad política y social y que conocen los mecanismos legales e institucionales que se utilizan para controlar estos procesos.
Un 16 por ciento no alcanza el nivel mínimo, lo que significa que no comprende cómo funciona la sociedad en la que debe insertarse.
En nuestro país se eliminó la asignatura que se llamaba educación cívica y se planteó un objetivo transversal, en el último ajuste curricular se hace más explícito y se ingresa historia y geografía.
Pese a ello, la coordinadora de Estudios Internacionales del Mineduc, Leonor Cariola llama la atención respecto del importante rol que juega la familia y otros actores de la comunidad en el proceso. “Los alumnos no reciben toda su educación del colegio, sino que otros agentes, como la familia y la prensa, tienen un rol fundamental y como es un tema actitudinal y valórico, depende mucho del resto de la sociedad”, precisó.
Por su parte, Osvaldo Silva Galdames, profesor de Estado en Historia, Geografía y Educación Cívica de la Universidad de Chile, sostuvo que “los programas son muy malos”, ya que “no hay nada sobre la Constitución y muy poco sobre derechos humano. Si uno no adquiere en el colegio la conciencia de querer participar y la certeza de que alguien toma esta participación en serio, la falencia podría durar para siempre”.
Pero las autoridades reconocen que estos ajustes no están entregando todos los resultados que se esperaban por eso informan que también pretenden medir “el clima escolar” en cada establecimiento y reevaluar los contenidos y la forma en que se entregan.
