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Hallazgo de científicos de la U. de Chile ayudaría a prevenir Síndrome de Ovario Poliquístico

El estudio, que sumado al que se llevó a cabo con ovarios de mujeres que se habían sometido a cirugías, permitió determinar que los andrógenos controlan en forma directa a la AMH.

Editora Diario Electrónico

  Martes 29 de junio 2010 17:18 hrs. 
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Investigadores del Laboratorio de Endocrinología y Metabolismo de la Facultad de Medicina de la U. de Chile realizaron un importante hallazgo al constatar que los andrógenos (esteroides sexuales de predominio masculino) tienen, entre otras funciones, la de regular a la Hormona Antimülleriana (AMH), que juega un rol preponderante en el Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP), patología que afecta aproximadamente al 10% de las mujeres en edad reproductiva.

El hallazgo ayudaría a prevenir el trastorno que padece el 10% de las mujeres en edad reproductiva, el cual podría evitarse si se actúa durante el embarazo, al impedir la reprogramación fetal de las hijas.

Según explica el investigador principal del estudio, el doctor Nicolás Crisosto, en la literatura nunca se había descrito este vínculo. El médico, egresado del Programa de Doctorado en Ciencias Médicas impartido por la Escuela de Postgrado de la Facultad de Medicina, utilizó dos modelos experimentales, uno en vaca y el otro en humano, que le permitió analizar la fisiología de la AMH, la cual está relacionada con el número y tamaño de los folículos disponibles en el ovario, un aspecto que se ve alterado en el SOP.

“Cuando los folículos son pequeños los andrógenos inhiben la producción de AMH, lo que favorece su crecimiento. En cambio, al actuar sobre folículos de mayor tamaño, los andrógenos estimulan la síntesis de AMH, inhibiendo la selección folicular con lo que se impide la ovulación, por lo tanto, la AMH cumple una función dual”, resalta.

Resultados preliminares

En las mujeres con SOP los andrógenos se encuentran incrementados, eso llevaría a un aumento de la masa folicular. El problema está en que son estos mismos folículos los que fomentan la producción de andrógenos, perpetuando el problema y haciendo que en la etapa reproductiva la mujer no pueda ovular y, en consecuencia, embarazarse.

“La vaca es el modelo de estudio más apropiado porque tiene un sistema reproductivo muy parecido al de la mujer y, además, es el único mamífero que padece SOP”, señala la doctora Teresa Sir, Profesora Titular de la Universidad de Chile, quien dirige el Laboratorio de Endocrinología y Metabolismo de la Facultad de Medicina Occidente.

El estudio, que sumado al que se llevó a cabo con ovarios de mujeres que se habían sometido a cirugías, permitió determinar que los andrógenos controlan en forma directa a la AMH, es un hallazgo que tendrá importantes consecuencias clínicas.

El grupo ha estudiado mujeres con SOP que esperan fetos femeninos a quienes se les suministró metformina, fármaco que tiene efectos antiandrogénicos, con el fin de reducirles, justamente, los niveles de andrógenos, sobre todo durante el último trimestre del embarazo. “Las niñas que nacen de madres con SOP suelen tener la AMH alta, al tiempo que sus ovarios presentan una masa folicular aumentada. Esto se debería a que fueron expuestas in útero a un exceso de andrógenos. Nuestra idea es intervenir durante el embarazo para evitar que estas niñas nazcan con ovarios grandes”, señala el doctor Crisosto.

Los resultados preliminares indican que la metformina produce un cambio significativo tanto en las mujeres que llegan a presentar un nivel de andrógenos cercano al normal durante el embarazo, como en las recién nacidas, cuyo nivel de AMH, entendido como un marcador de SOP, es similar al grupo control, es decir, a las niñas cuyas madres no tienen el síndrome.

“Las menores con AMH alta al nacer probablemente mantienen esa condición durante toda su vida. Así, cuando llegan a la adolescencia comienzan a manifestar los síntomas propios del SOP: hirsutismo, irregularidad menstrual y acné, situación que se ve agravada si la joven es obesa y no hace ejercicio”, explica el doctor Crisosto.

Por lo tanto, la reprogramación a la que se expone el feto durante el embarazo sería crucial y las medidas generales, incluido el control del peso corporal de la madre, fundamental. En tanto, la metformina, podría cortar el círculo vicioso que lo perpetuá en las nuevas generaciones. Sin embargo, los médicos señalan que el uso de metformina en mujeres con SOP durante el embarazo aún no ha sido totalmente aceptado por la comunidad científica.

“El SOP está determinado por factores genéticos y ambientales, por eso, para atacar este síndrome y otras patologías metabólicas hay que prevenir y actuar en forma precoz, no en la etapa escolar o en la adolescencia, sino durante el embarazo”, acota la doctora Sir.

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