Luego de sufrir varias externalidades, problemas de diseño y falta de financiamiento que ha debido enfrentar el sistema desde su implementación en febrero de 2007, el ministro de Transporte, Felipe Morandé, anunció una serie de medidas para intervenir la plataforma de servicio del Transantiago.

Entre las principales reformas de corto y mediano plazo destaca la introducción de competencia en el plan de transporte de la capital, a partir del cambio en los contratos con los alimentadores, reducir de diez a ocho las zonas alimentadoras y el envío de un proyecto de ley para transformar el Transantiago en un servicio público.

Esta última iniciativa legal, a juicio del Gobierno, aumentará la regulación del Estado en el plan, permitiéndole supervisar la venta de firmas operadoras y supervigilar el funcionamiento del plan de movilización.

Otro de los cambios radicales al sistema es la posibilidad de que dos empresas compitan en un mismo recorrido. Reducir la ventana horaria y la eliminación del cuarto transbordo gratuito, son otros de los elementos del nuevo esquema que empezarían a correr desde octubre del 2011.

El titular de la cartera de Transporte especificó que la meta no es volver a las carreras de las micros amarillas, sino fomentar “el interés de las empresas por entregar un buen servicio”.

“La palabra competencia produce siempre un grado de susto a quienes recuerdan las carreras locas de las micros amarillas. No es la idea. La idea más bien es que las personas tengan la capacidad de elegir, esto puede ser entre un operador de bus y una línea de metro o entre dos operadores de buses”, dijo Morandé.

La coordinadora del Transantiago, Ana Luisa Covarrubias, a su vez, explicó que la idea del Ejecutivo es que estas modificaciones sirvan para diversificar los medios de transporte de los santiaguinos. “Queremos mejorar la situación de todas las personas, en la medida en que le ofrezcamos a los usuarios alternativas de transporte para que ellos puedan elegir tanto entre una o más posibilidades de servicio de buses, como entre  distintos tipos de servicios, vale decir, metro, buses, o bicicletas y buses”, dijo.

La eliminación del aporte fijo que hoy da el Fisco a las empresas, el que pasará a estar absolutamente relacionado con la cantidad de pasajeros transportados, también forma parte de las modificaciones que introducirá el gobierno en el sistema.

El presidente de la Sociedad Chilena de Ingeniería en Transporte, Fernando Bravo, aseveró que estos cambios, de una u otra manera, permitirán mejorar el sistema y descartó que con esto se vuelva al anterior esquema de locomoción colectiva.

“Decir que se va a volver a las micros amarillas me parece incorrecto. Esto requiere de un grado de restructuración, pero en general no debiera pasar lo que terminó pasando con el anterior sistema. El plan en general, de acuerdo a sus condiciones actuales, requiere de una modificación porque no puede seguir así, el grado de déficit de financiamiento es muy alto. Nosotros como Sociedad de Ingeniería en Transporte de alguna forma estamos de acuerdo con esto”, afirmó el especialista.

Louis de Grange, especialista en ingeniería en Transporte, sin embargo, cree que el objetivo primordial de estas medidas es reducir el déficit financiero del Transantiago y no mejorar la calidad del servicio, y advierte que el éxito de estos cambios dependerá de los operadores.

“El principal objetivo de estas medidas es únicamente reducir el déficit… En segundo lugar, es altamente probable que se vuelva a un sistema similar al de las micros amarillas en determinados sectores y. por lo tanto, se atente contra la calidad del servicio. También es importante precisar que estas son propuestas y para que funcionen deben ser aceptadas por los operadores. Si es que no les parecen adecuadas, simplemente los operadores no van a presentarse a la licitación y pueden declararse desiertas”, subraya el experto.

De acuerdo a las estimaciones del gobierno, el sistema tendrá un déficit operacional de $107 millones de dólares durante este año.

Por esto, la autoridad señaló que se requerirá un aporte adicional de recursos fiscales para llevar a cabo la reestructuración y frenar la escalada tarifaria que hoy mantiene el pasaje de metro -en horario punta- en $560 y la tarifa de la micro en 480 pesos y que, según advirtieron, de no tomar medidas urgentes, podría elevarse hasta los 800 pesos para los buses y los 900 para el metro en los próximos dos años y medio.