Mejorar la salud pública: su gestión, su infraestructura y su atención, entre otras cosas, es la bandera de lucha del gobierno, de los trabajadores del sector, de los usuarios, de los médicos e, incluso, del sector privado.

Y aunque parecen todos de acuerdo, la fórmula que busca cada uno es el punto en el que aún están muy lejos de coincidir… y propuestas hay muchas.

El Gobierno del Presidente Sebastián Piñera ya fijó su postura: los nuevos hospitales se construirán a través del sistema de concesiones.

El tema se abrió a la discusión el Debate sobre Concesiones Hospitalarias organizado por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, en la que participaron actores de todos los frentes implicados.

El jefe del departamento de Desarrollo Estratégico del ministerio de Salud, doctor Emilio Santelices, reiteró que en la licitación de seis hospitales que el MOP ya anunció sólo se incluye la construcción del recinto, la implementación y algunos servicios anexos como mantenimiento o aseo, entre otros.

Desde esa posición, pidió a trabajadores, médicos, usuarios y dirigentes políticos, mirar el tema con “apertura de mente”, a la vez que aseguró que con este escenario se “abren mayores oportunidades y ofertas para trabajar en el sector público” con lo que quedaría descartada la tesis de los funcionarios de la salud de que concesión es igual a reducción de personal.

Desde el sector privado, César Oyarzo, gerente general Integramédica y ex director de Fonasa, es claro en advertir que con la externalización de algunos aspectos de la salud estatal no se acaban los problemas, sino que se traspasan al ámbito de los contratos que deba administrar el Estado.

Según el experto, si se toma el camino de las concesiones para mejorar el sistema público de Salud es fundamental que el ministerio de Hacienda se ponga la mano en el bolsillo.

“Detrás de los estándares que se están determinando para los nuevos hospitales hay implícito un aumento de la calidad de la atención que se está ofreciendo y eso significa mayores recursos” que si no están contemplados en un incremento global del presupuesto público se tendrían que descontar de otros ítemes del mismo sector.

Según César Oyarzo, el modelo de concesiones que plantea el actual gobierno sólo va a permitir mejores edificios a más largo plazo, por lo que tampoco es bueno generar expectativas mayores a la realidad, aunque sí es partidario abrirse a una concesión de gestión dentro de los hospitales.

“Cuando se entrega una concesión de gestión no se habla de los médicos que trabajan adentro. Eso debe seguir siendo público. Pero entregar hospitales nuevos  concesionados en la infraestructura a equipos de gestión que van a seguir manejando mal los hospitales no va a generar ningún beneficio importante para la atención de la población”, afirma categóricamente el gerente general de Integramédica.

Desde el mundo de los trabajadores del sector surgió el Frente de Defensa de la Salud Pública desde donde rechazan tajantemente el método de concesiones, sobre todo después de haber estudiado los ejemplos similares de Inglaterra y España, donde se externalizó el sistema en diferentes grados.

La doctora Vivienne Bachelet, quien participó en el debate como vocera del Frente, aseguró que existen grandes riesgos para el Estado al momento de concesionar los establecimientos públicos de salud.

La experta afirmó que los costos de las concesiones hospitalarias son muy altos y siempre lo termina pagando el Estado el margen que no logró sacar el privado: “En Inglaterra se ha producido un excesivo endeudamiento fiscal, los concesionarios obtienen utilidades por sobre lo adecuado, lo que en España se está tratando de corregir poniéndole tope en la rentabilidad, se disminuye la capacidad del sistema”, dijo Bachelet.

Según la vocera del Frente de Defensa de la Salud Pública, En Chile se podría producir una selección por riesgo, en la que los hospitales concesionados terminan atendiendo a los pacientes menos enfermos sumando a esto que el copago sería otro peligro.

Otras conclusiones de la revisión de literatura sobre el tema efectuado por la doctora Vivienne Bachelet indica que en el modelo inglés -que es el más similar a Chile, donde se concesionó sólo infraestructura y equipamiento- la calidad de atención al público bajó ostensiblemente, tampoco aumentó la capacidad de atención pública y hubo una notoria reducción del personal del sistema.

Todo lo anterior se suma a que con un modelo como el establecido por el gobierno actual, no habría ningún hospital funcionando antes del año 2014, por lo tanto, tampoco habría pago a esas empresas antes de esa fecha, pago que quedaría endosado desde el próximo gobierno en adelante.

Si bien los trabajadores de salud del sector público se muestran conformes con la apertura del gobierno a debatir sobre el tema, también temen que las conversaciones queden en nada debido a que el gobierno ya tiene una postura ya asumida sobre el tema.

“La posibilidad real de que la gestión clínica pase a concesión está vigente. Hay una promesa presidencial, pero hoy está en vilo. Nos gustaría que el Estado esté a cargo de este debate. Cuando el ministro Mañalich se compromete a iniciar un proceso de debate en el Parlamento y que las puertas del ministerio están abiertas para nosotros, falta mucho para pasar del discurso al hecho y aquí hay una agenda hecha”, se lamenta Claudio González, presidente de la Federación Nacional de Profesionales Universitarios de los Servicios de Salud (Fenpruss).