El ministerio de Hacienda obtuvo, por parte del ente regulador de la industria financiera de Estados Unidos, la efectividad del registro de la emisión de deuda, para realizar una oferta de valores en ese país.
Con la venia de la Comisión del Mercado de Valores, el Ejecutivo podrá realizar este año la colocación de un bono global por un monto aproximado de mil 500 millones de dólares, el cual se destinará al fondo nacional de reconstrucción.
La deuda tendrá un plazo de diez años y se concretará primero mediante la colocación de un bono por alrededor de US$1.000 millones denominado en dólares y luego se incluirá un bono por US$500 millones en pesos, en línea con la intención de la autoridad de internacionalizar la moneda nacional.
El gobierno también informó que actuarán como agentes colocadores los bancos Citigroup Global Market, HSBC y JPMorgan.
El ministro de Hacienda Felipe Larraín fue el encargado de realizar el anuncio y recalcó que la operación no tendrá efectos negativos sobre el tipo de cambio pues el mercado ya tenía internalizada esta medida.
“Dado que esto había sido anunciado, es algo que el mercado tenía incorporado. Por lo tanto, creemos que aquí no hay efectos adicionales por esta emisión porque había sido difundida ampliamente desde un viaje que hiciéramos a Estados Unidos algunos meses atrás”, precisó.
Respecto de dónde se obtendrán los seiscientos millones de dólares que no se consiguieron con el royalty minero para financiar parte de la reconstrucción, Larraín indicó que se echará mano de manera moderada a los fondos soberanos depositados en el exterior y se liquidarán activos públicos prescindibles como las acciones en las sanitarias o inmuebles.
“El royalty era parte del financiamiento a la reconstrucción. Si no están esos recursos tenemos opciones que son menos buenas y dentro de ellas está el poder endeudarnos de forma adicional interna o externamente (FES) o liquidar los activos prescindibles del sector público. Será una combinación de esas la que cubrirá en caso de que estos recursos no lleguen”, afirmó el secretario de Estado.
En tanto, en lugar de liquidar dólares en el mercado interno, el gerente de estudios de la consultora Gemines, Alejandro Fernández, se mostró partidario de aumentar la línea de financiamiento a nivel global.
“No hay un pacto diferenciado si es que se utiliza, por ejemplo, el FES o la venta de activos prescindibles que sean comprados por inversionistas extranjeros. Al final del día el impacto es similar. Yo usaría lo menos posible el FES porque tiene otra finalidad y preferiría usar la venta de activos del Estado que no son necesarios que los tenga”, sostuvo el experto.
Hacienda explicó que la materialización y las condiciones en que se realizará la colocación dependerán del cuadro que enfrenten los mercados al momento de la emisión.
El pasado 15 de junio el gobierno inscribió una línea para una emisión de deuda soberana por hasta US$3.000 millones en Estados Unidos, luego de seis años de no haber buscado financiamiento en los mercados externos.
El ministerio de Hacienda obtuvo, por parte del ente regulador de la industria financiera de Estados Unidos, la efectividad del registro de la emisión de deuda, para realizar una oferta de valores en ese país.
Con la venia de la Comisión del Mercado de Valores, el Ejecutivo podrá realizar este año la colocación de un bono global por un monto aproximado de mil 500 millones de dólares, el cual se destinará al fondo nacional de reconstrucción.
La deuda tendrá un plazo de diez años y se concretará primero mediante la colocación de un bono por alrededor de US$1.000 millones denominado en dólares y luego se incluirá un bono por US$500 millones en pesos, en línea con la intención de la autoridad de internacionalizar la moneda nacional.
El gobierno también informó que actuarán como agentes colocadores los bancos Citigroup Global Market, HSBC y JPMorgan.
El ministro de Hacienda Felipe Larraín fue el encargado de realizar el anuncio y recalcó que la operación no tendrá efectos negativos sobre el tipo de cambio pues el mercado ya tenía internalizada esta medida.
“Dado que esto había sido anunciado, es algo que el mercado tenía incorporado. Por lo tanto, creemos que aquí no hay efectos adicionales por esta emisión porque había sido difundida ampliamente desde un viaje que hiciéramos a Estados Unidos algunos meses atrás”, precisó.
Respecto de dónde se obtendrán los seiscientos millones de dólares que no se consiguieron con el royalty minero para financiar parte de la reconstrucción, Larraín indicó que se echará mano de manera moderada a los fondos soberanos depositados en el exterior y se liquidarán activos públicos prescindibles como las acciones en las sanitarias o inmuebles.
“El royalty era parte del financiamiento a la reconstrucción. Si no están esos recursos tenemos opciones que son menos buenas y dentro de ellas está el poder endeudarnos de forma adicional interna o externamente (FES) o liquidar los activos prescindibles del sector público. Será una combinación de esas la que cubrirá en caso de que estos recursos no lleguen”, afirmó el secretario de Estado.
En tanto, en lugar de liquidar dólares en el mercado interno, el gerente de estudios de la consultora Gemines, Alejandro Fernández, se mostró partidario de aumentar la línea de financiamiento a nivel global.
“No hay un pacto diferenciado si es que se utiliza, por ejemplo, el FES o la venta de activos prescindibles que sean comprados por inversionistas extranjeros. Al final del día el impacto es similar. Yo usaría lo menos posible el FES porque tiene otra finalidad y preferiría usar la venta de activos del Estado que no son necesarios que los tenga”, sostuvo el experto.
Hacienda explicó que la materialización y las condiciones en que se realizará la colocación dependerán del cuadro que enfrenten los mercados al momento de la emisión.
El pasado 15 de junio el gobierno inscribió una línea para una emisión de deuda soberana por hasta US$3.000 millones en Estados Unidos, luego de seis años de no haber buscado financiamiento en los mercados externos.
El ministerio de Hacienda obtuvo, por parte del ente regulador de la industria financiera de Estados Unidos, la efectividad del registro de la emisión de deuda, para realizar una oferta de valores en ese país.
Con la venia de la Comisión del Mercado de Valores, el Ejecutivo podrá realizar este año la colocación de un bono global por un monto aproximado de mil 500 millones de dólares, el cual se destinará al fondo nacional de reconstrucción.
La deuda tendrá un plazo de diez años y se concretará primero mediante la colocación de un bono por alrededor de US$1.000 millones denominado en dólares y luego se incluirá un bono por US$500 millones en pesos, en línea con la intención de la autoridad de internacionalizar la moneda nacional.
El gobierno también informó que actuarán como agentes colocadores los bancos Citigroup Global Market, HSBC y JPMorgan.
El ministro de Hacienda Felipe Larraín fue el encargado de realizar el anuncio y recalcó que la operación no tendrá efectos negativos sobre el tipo de cambio pues el mercado ya tenía internalizada esta medida.
“Dado que esto había sido anunciado, es algo que el mercado tenía incorporado. Por lo tanto, creemos que aquí no hay efectos adicionales por esta emisión porque había sido difundida ampliamente desde un viaje que hiciéramos a Estados Unidos algunos meses atrás”, precisó.
Respecto de dónde se obtendrán los seiscientos millones de dólares que no se consiguieron con el royalty minero para financiar parte de la reconstrucción, Larraín indicó que se echará mano de manera moderada a los fondos soberanos depositados en el exterior y se liquidarán activos públicos prescindibles como las acciones en las sanitarias o inmuebles.
“El royalty era parte del financiamiento a la reconstrucción. Si no están esos recursos tenemos opciones que son menos buenas y dentro de ellas está el poder endeudarnos de forma adicional interna o externamente (FES) o liquidar los activos prescindibles del sector público. Será una combinación de esas la que cubrirá en caso de que estos recursos no lleguen”, afirmó el secretario de Estado.
En tanto, en lugar de liquidar dólares en el mercado interno, el gerente de estudios de la consultora Gemines, Alejandro Fernández, se mostró partidario de aumentar la línea de financiamiento a nivel global.
“No hay un pacto diferenciado si es que se utiliza, por ejemplo, el FES o la venta de activos prescindibles que sean comprados por inversionistas extranjeros. Al final del día el impacto es similar. Yo usaría lo menos posible el FES porque tiene otra finalidad y preferiría usar la venta de activos del Estado que no son necesarios que los tenga”, sostuvo el experto.
Hacienda explicó que la materialización y las condiciones en que se realizará la colocación dependerán del cuadro que enfrenten los mercados al momento de la emisión.
El pasado 15 de junio el gobierno inscribió una línea para una emisión de deuda soberana por hasta US$3.000 millones en Estados Unidos, luego de seis años de no haber buscado financiamiento en los mercados externos.
